El día de ayer, a horas de conmemorarse el tercer aniversario de la muerte del músico Chris Cornell (Soundgarden, Audioslave) su hermano Peter publicó la siguiente carta en su muro de Facebook, la cual nos tomamos la libertad de traducir y publicar.

A continuación, sus emocionantes palabras.

Ha pasado un tiempo. Espero que este post los pille sanos y a salvo. Lo digo literalmente. Este desalmado y brutal huracán global que nos hemos visto forzados a navegar nos ha tocado a todos de alguna forma cruel. Mi familia y yo les enviamos a todos ustedes amor y fuerza.

3 años. Han pasado 3 años. A veces se siente como si fueran 50 años y a veces como si hubiese sido ayer. 3 noches esta semana Chris estuvo en mis sueños, desperté llorando dos de las tres. En uno, estabamos sentados en el suelo del living comiendo cereales y hablando sobre autos y botes. Salí de la pieza un minuto y pasé caminando a su lado camino a la cocina. Ahí fue cuando me pegó como un bate de baseball en la frente. No estaba realmente ahí. Porque está muerto. Entonces empecé a llorar.

En otro sueño, venía hacia mi a decirme que había tomado una decisión equivocada y me pedía ayuda para poder viajar en el tiempo y no hacerlo. Trabajamos incansablemente en lograrlo pero sin éxito. Hacia el final del sueño sentí que empecé a flotar lejos y el se iba poniendo más pequeño en el horizonte. Me dijo adiós justo antes de desaparecer, y cuando ya casi no se veía gritó “Al menos pude despedirme esta vez. Te amo, hermano!”.

Desperté entre sollozos.

Durante el primer año después del suicidio de Chris, me encontré repitiendo insistentemente el cliché “el tiempo cura todas las heridas”. Lo que siento ahora es que ese dicho es una mierda. El tiempo no ha curado nada y no debe hacerlo. Sin tristeza no conoceríamos la felicidad. Sin dolor no conoceríamos la salud ni la dicha. Sin la muerte, no apreciaríamos la vida.

He descubierto que no se trata de un proceso de “superar” la devastación, sino que es un proceso de aprender a aceptarla como parte de mi vida. De nuestras vidas. La tristeza no se va a disipar.

Es mi tarea sostenerla cerca como parte de un hombre al que amé mi vida entera y que seguiré amando hasta que me toque volver a encontrarlo. Él siempre quiso que yo estuviera bien, probablemente porque por varias décadas no lo estuve. Hizo lo mejor que pudo, siempre, para ayudarme a mantenerme a flote. Lo último que le dijo a mi esposa cuando la vio el 19 de abril de 2017, fue “prométeme que siempre vas a cuidar a Peter”.

Su partida me envió por un camino en el que no he dejado una sola piedra sin voltear cuando se trata de buscar formas de manejar mis enfermedades mentales, mi rehabilitación y mi estrés post-traumático.

 

Lo extraño diariamente. Frecuentemente lloro. Serán 3 años, o 5 o 25, y yo seguiré siendo el guardián de los recuerdos, de nuestros recuerdos. Suyos y míos. Lo último que me dijo, el día de mi cumpleaños cuando lo fui a dejar donde Fallon, fue lo mismo que me dijo cuando yo vivía en NY hace 17 años.

Los detalles son personales, pero el fondo del asunto era que el confiaba en que yo sería fuerte y que protegería a quienes él más amaba.

Hermano, te amo. Te extraño de la misma manera que cuando volamos a casa desde Detroit ese mayo. Descansa en paz. Esta vez, estoy a cargo.

Amor a todos ustedes, PC.