Cuando Tunick desnudó a casi 4 mil chilenos en el Parque Forestal hace casi 15 años pensamos que ya habíamos superado un poco el pudor del cuerpo en pelota. El tiempo pasó y seguimos indignándonos del cuero ajeno y, sobre todo, del propio. Basta de esto: es momento de que pases un tiempo con tu cuerpo frente al espejo, apreciándolo.
El otro día vi el especial de Amy Schumer en Netflix, muy recomendable y mejor aún bajo la influencia de unos estupefacientes naturales, donde ella hablaba de la polémica que se armó cuando publicó una foto en ropa interior. La comediante se reía de los comentarios que publicaban en su foto de Instagram, los que en su mayoría decían que era muy “valiente”. Nadie quiere le digan que es valiente cuando se empelota. Es, básicamente, un motivo para hacerte bolita en tu cama.
Nos da  penita vivir en una sociedad donde muchas personas asumen la vergüenza como la emoción principal al estar sin ropa. ¿No somos todos un poco haters de nuestro cuerpo desnudo, de una manera u otra?
Para que comencemos a querernos más, porque este es el cuerpo en el que te tocó vivir, te entregamos cinco maneras para sentirte increíble en tu propia piel al natural, sin importar tu edad, tamaño, talla o código genético y no sigamos perdiendo energía en odiar a nuestra máquina perfecta y única.
I. El falso ideal de belleza
Hoy la belleza está basada en la moda y en las tendencias, pero no siempre ha sido así. Antes estaba asociada, principalmente, a la estética, en tanto la belleza es el sujeto de estudio ésta, en relación a la percepción y esencia. Gracias al paso del tiempo y las distintas apreciaciones, nos queda claro que nada es permanente, estándar u objetivo. Durante la historia del universo, lo que se ha considerado como “bello” ha cambiado muchísimas veces. Estos también aplica para la propia visión que tenemos del cuerpo, ya sea que lo consideres una obra de arte o no. Así que si puedes recordar eso, podrás subirte sin problema al tren del body positivity.
II. Temido chequeo de realidad
Lo que vemos en los medios de comunicación y en la publicidad no son imágenes aterrizadas a la realidad. Ese producto final pasó por un maquillador, peluquero, iluminador, fotógrafo, posproductor que se encargaron de que no hubiera NI-UN-SOLO-DEFECTO reconocible en esa foto. Piensa en el cuerpo de tu herman@, de tu mejor amig@ y de todas esas personas que has visto caminar por la playa…ninguno de esos es perfecto. Cuando esta estrategia falle, busca las redes de Chrissy Teigen o Ashley Graham, donde comparten fotos de su celulitis y estrías, que son tan parte de su cuerpo como sus otros atributos.
https://www.instagram.com/p/BPthBsNAK8O/?taken-by=theashleygraham
III. Aprecia tus virtudes
Si tienes un@ amig@ que es delgado, quizás le envidias su figura. Si tienes un@ amig@ curvilíne@, quizás puedas querer tener su trasero. En todos lados hay gente que no quiere estar en su propia piel y estar en la de otros; algunos podrían estar deseando tener algo que tú tienes, eso que jamás pensaste que podría ser atractivo para nadie. Celébralo y aprécialo, somos todos afortunados de diferentes maneras y darte cuenta de eso solo te va a hacer crecer como ser humano.
https://www.instagram.com/p/BK59G2CBIHE/?taken-by=myladalbesio
IV. Reimagina tus “defectos”
Cualquiera sea la parte del cuerpo que te obsesiona cambiar a como de lugar, créeme que la única persona que lo notas eres tú. Deja de pensar que lo que tienes son “defectos”, porque al menos en mi experiencia existe la posibilidad de transformar la manera que te sientes sobre estos y convertirlos en atributos.
V. “Tu cuerpo es un templo”
Durante muchos años, pensamos en lo imperfecto que nuestro cuerpo parece ser. No te tomes esto como un cliché, porque es cierto, así que trata a tu cuerpo con cariño. Con lo que comes, como descansas o las cosas que puedes o no hacerle, un día recordaremos esta actitud y nos daremos cuenta de lo muy mal agradecidos que fuimos. La verdad es que lo que hace nuestro cuerpo día a día es un milagro y no siempre lo tratamos con el amor que se merece. Aprende a sentir gratitud por el cuerpo en el que estás. Y paséate más seguido por tu casa desnudo, mirando directamente a ese reflejo en pelota en el espejo y tírate unos besitos, porque eres hermoso.