Conversamos con la autora de la novela ilustrada “No se trata de mi” (Catalonia, 2018) sobre sus apreciaciones del mundo del arte, la pérdida, los tiempos que corren y la responsabilidad de la ilustración en la sociedad.
Estudió Arte en la Universidad de Chile, y se especializó en Grabado. Empezó con la ilustración sin tener la noción de que lo era. “Claramente yo no encajaba con el prototipo de artista que iba a exponer en las galerías. Siempre me provocó rechazo el mercado del arte y la figura del artista visual engrandecido. Me parecía soberbio y egoísta que todo gire tan en torno a sí mismx y a su obra. Nunca tuve referencias de ilustración hasta ya más grande cuando viví en Argentina”, dice en conversación con POUSTA Constanza Salazar, autora de No Se Trata de Mí, una novela ilustrada que retrata la pérdida de una manera íntima y profunda.
Sus referentes en primera instancia las encontró en el Cine, en directores como Michelangelo Antonioni, Pier Paolo Pasolini o Michael Haneke: “Recuerdo que en épocas de crisis en la universidad me quedaba en la casa viendo películas”.
La literatura tuvo gran influencia en su trabajo también. “Fueron los libros de Roberto Bolaño, la poesía de Enrique Lihn o de Gabriela Mistral lo que me abrió una especie de portal. A no tener miedo a escribir, porque escribir también es dibujar. Y en general pienso que la poesía latinoamericana tiene mucha carne y sangre y eso es hermoso”.
Admira profundamente el trabajo de ilustradorxs como Amanda Baeza, Simon Hanselmann, David Shirley, Alejandro Magallanes, PowerPaola, Toto Duarte, Enzo Cortavitarte, Sofía Garabito, entre otros, y no sólo por su identidad en el dibujo sino por el contenido de sus ilustraciones. “Creo que hay mucho naif en la ilustración, no digo que esté mal, entiendo que tiene que haber de todo, pero a ratos creo que sólo se queda en lo mero estético y pierde el sentido. El dibujo y las palabras tienen un gran poder y sí tenemos la capacidad de usarlas pues entonces hagámonos cargo”.
Lo que le impulsa a dibujar o escribir son las cosas que ve en su cotidianidad que me provocan desconcierto. “Todxs vivimos haciéndonos los locxs, aceptando un montón de huevadas que son tan injustas y absurdas, como por ejemplo las AFP, las Isapres, las jubilaciones miserables, las empresas forestales, la privatización de la educación, la hipocresía de la iglesia católica, que nos juzguen por nuestro derecho a decidir si ser madres o no, que sigan matando a los comuneros mapuche y que sigan destruyendo el wallmapu”.
Conversamos con Constanza sobre la ilustración y actualidad. Aquí lo que nos dijo.
¿De qué manera te ayudó la ilustración a pasar por la muerte de tu madre?
Mucho. Creo que fue mi terapia sin darme cuenta.
¿Cómo es tu relación con la muerte ahora?
Sigue siendo un misterio para mí. No siento que le haya perdido el miedo, el miedo a perder a alguien que amo sigue presente. He aprendido a vivir con ello. Es parte de la historia que me constituye. Quizás mi relación con la muerte ahora es no verla como un tabú, lo mismo me pasa con la maternidad, con ese lado no tan amable que tiene de la que nadie te habla. También a tener consciencia de lo que significa estar enfermo, no tener recursos para tratarte. De preguntarme por que enfermedades como el cáncer siguen sin cura. Creo que el ser humano es muy responsable de lo que le va pasando y en su relación con este mundo.
¿Cómo la ilustración te ayuda a trabajar las emociones, los sentimientos, la memoria…?
Me ha servido para exteriorizar eso justamente que está como estancado. De repente no me doy cuenta y estoy garabateando lo que siento y cuando veo el resultado entiendo un poco más lo que me pasa. Es algo parecido al mundo de los sueños. A veces está lleno de simbolismos y es uno mismx el que finalmente tiene la respuesta para todo.
¿Cómo lidias tú con la pena, la tristeza, la melancolía?
La vivo. Me gusta pasar tiempo sola cuando me siento así, como si me fuera a mi caparazón
¿Qué se te ocurre hacer para alimentar los procesos creativos con emociones que muchas veces te pueden inmovilizar?
Pienso que las crisis son profundamente necesarias. Cuando algo me inmoviliza dejo que suceda, por más desesperante que parezca sé que luego va venir el momento de lucidez.
Constanza Salazar también trabaja en Abasto Serigrafía que es un proyecto independiente destinado a artistas, diseñadores o ilustradores que quieran trabajar desde la autogestión. “Nos apasiona generar un red de colaboración con personas que quieran explorar la técnica de la serigrafía, y posteriormente hacemos circular el material dentro de ferias de arte impreso. Creemos que es muy importante la libertad al momento de generar las ediciones, alejado de lineamientos externos que puedan limitar nuestro que hacer”, dice.
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