Hace mucho tiempo atrás que hemos sido propulsores de que salgan de su casa y hagan deporte, siendo correr uno de los que más nos gustan por la simpleza y el estado mental al que te puede llegar a elevar.
Es en ese contexto, en el que por ejemplo vimos la campaña de Nike llamada Nike Better World, cuyo manifiesto realmente te eriza la piel si es que el deporte ha mejorado de manera rotunda tu calidad de vida y que de hecho si no lo recuerdan aquí lo dejo para refrescar su memoria.
Don’t tell us what we can’t do.
Don’t tell us not to dream.
Big fat hairy hairy audacious dreams.
Like making the world better through sport.
Sport is our passion.
Sport reduces disease, lowers crime, rallies communities and denies prejudice.
Sport laughs in the face of racism and flicks a towel on sexism’s butt.
Hell, it’s even been known to stop wars.
That’s a pretty impressive resume.
Sport, you’re hired.
We won’t rest until everyone on this planet has access to it.
We will make the best gear to propel humanity forward,
without wrecking our global playground in the process.
We will do good with a vengeance.
We’re going to be so environmentally friendly it will make you puke.
Think performance and sustainability
hitting off so well they have each other’s names tattooed across their chest.
And to all the cynics, we’re going to make the world better for you anyway.
Because like sport, we don’t discriminate.
We’ve made the world better
but we still want a better world.
¿Conclusión? El deporte nos hace inevitablemente más felices, y eso es un hecho.
Es en un contexto así de entusiasta Rob Krar nos cuenta en este pequeño documental cómo venció una profunda depresión y se convirtió en un ultra maratonista, todo esto, mientras lo vemos ir y venir a través del gran cañón, que obviamente luce mejor que nunca frente a las cámaras de The Wolpertinger, especialistas en material audiovisual de este tipo.