Tú, como cientos de miles de personas, una vez más llegaste al verano sin cumplir tu anhelada meta de vacaciones sin polera. Derrotad@, los kilos de más siguen ahí mismo dónde siempre han estado por una multiplicidad de factores, que incluso tú, quien conoce más su cuerpo que nadie, ignora. No es solo la falta de actividad física, el sedentarismo laboral o el comer mal; son muchas más cosas las que influyen.

Cambiar hábitos de por sí ya es muy difícil; estamos acostumbrados a irnos por lo fácil y comprar cualquier cosa que nos presente el camino de la comida rápida, y sobre todo si lo que más nos hace flaquear es la frágil fuerza de voluntad. Incluso si ya estás en el camino de la “vida sana”, comiendo bien, seguido, nutritivo y sano, haciendo ejercicio, pero el cuerpo y la cabeza tiene unas maneras misteriosas de boicotearnos.

Estas son algunas de las cosas que qzuiás no sabías que afectan a tu meta de tener una forma de vida saludable:

I. El alcohol

Es conocido que los tragos o coctéles combinados con algún tipo de bebida azucarada no son los más aptos cuando estás siguiendo un régimen, por su composición calórica. Los investigadores Gregory Traversy y Jean-Philippe Chaput concluyeron que el consumo moderado de alcohol (para hombres 2 al día y en mujeres 1) no estaría asociado a un probabilidad más grande de sobrepeso u obesidad, pero si el consumos es superior a 5 o más bebidas (consumo agudo) este si podría llevarte a ganar peso.


II. Medicamentos con efectos secundarios

Antes de iniciar un tratamiento de cualquier tipo, ya sea psiquiátrico, ginecológico u otro, siempre lean la letra chica de las contraindicaciones. Muchos antidepresivos o pastillas anticonceptivas tienen como efecto adverso la subida de peso al consumirlos. Si logras identificar estos efectos secundarios, es bueno que te acerques a tu doctor de cabecera para discutir alguna alternativa que no implique la suspensión del medicamento.


III. Falta de sueño

Tu mamá ya te lo dijo: esas 8 horas de sueño son esenciales para que puedas rendir en el día a día. No solo nuestro cerebro sale mal de una noche de farra, sino que también el cuerpo no funciona como corresponde. También, tu metabolismo está en juego aquí y puede ayudarte a ganar peso. Cuando dormimos poco, el cuerpo se pone en modo “ahorro de energía”, tal como algunos artículos electrónicos, aumentando la liberación de la hormona que estimula el apetito (cortisol) y bajando la que nos ayuda a sentirnos satisfechos (leptina).


IV. El estado del lugar donde vivas

Esta razón es, probablemente, una de las más inesperadas. Existen dos factores que pueden afectar al aumento de peso con respecto a tu hogar: la temperatura y la limpieza. ¿Por qué la temperatura? Porque tu cuerpo necesita exponerse a cambios estacionales constantemente, para así por consumir energía como corresponde. Contrario a la creencia popular de las personas que viven en ambientes más cálidos son tan delgadas como aquellas que viven en lugares fríos, este estudio sugiere que es necesario pasar por diferentes temperaturas, y no solo vivir en el extremo fresco del aire acondicionado o el calor de los calefactores, para quemar calorías.

Ahora, la parte dos. Investigadores de la Asociación Américana de Química quisieron ver los efectos de los obesógenos, que son tipos de disruptores endocrinos presentes en compuestos químicos naturales o sintéticos que están en productos de limpieza y en el polvo de nuestras casas. Para ello, los científicos recoletaron polvo de algunas casas para aplicarlo a célulcas adiposas de ratón. Esta células mostraron que existía una acumulación de triglicéridos, un tipo de grasa, y que puede estar afectando a la salud metabólica, sobre todo de niños, si la exposición de esta es constante y temprana.


V. Aprender a escuchar al cuerpo

Siempre es bueno chequearnos de vez en cuando con un médico para saber cómo está nuestro cuerpo. Para eso, algunos doctores piden medir las hormonas tiroideas por si existe alguna condición relacionada a la tiroide. Si una persona presenta hipotiroidismo, condición que afecta directamente al metabolismo del cuerpo, quiere decir que su cuerpo relentiza el metabolismo y hace que aumente de peso, incluso si es que lleva una atención especial a las calorías que come.

También, es bueno analizar nuestra salud mental, ya que muchas veces estas están ligadas a problemas con la falta de voluntad y ansiedad, que lleva al sobrepeso y la obesidad. Para eso, además es bueno mantener una vida con el estrés controlado, pues este aumenta también los niveles de cortisol, que aumenta el apetito y la acumulación de grasa.