Si presentas más de tres de estos síntomas, llegó la hora de renunciar. En serio.


Cerca del 61% de los chilenos vive con estrés laboral y durante el año 2016 se aprobaron más de 5 millones de licencias, siendo casi la mitad de ellas (42%), correspondientes a factores ligados a la salud mental como estrés y depresión.

El estrés se produce cuando las exigencias del entorno en el que se trabaja sobrepasan las capacidades del individuo. Según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud, para el año 2020 la ansiedad y depresión se convertirá en el primer motivo de baja laboral en el mundo.

Cuando una persona se siente insatisfecha con su trabajo -y esto actúa de forma transversal en todas las carreras u oficios- su cuerpo comienza a somatizar las preocupaciones a través de avisos que nuestro cerebro envía como señales de alerta que debemos escuchar.

The Huffington Post elaboró una lista de molestias que debes considerar si te encuentras en un trabajo tóxico (y debes tomar acción de inmediato para no seguir con una rutina que finalmente, te hace daño).

Sueño intermitente

Uno de los primeros síntomas presentes dentro del estrés laboral corresponde a la falta de sueño. Es normal presentar insomnio cuando nos sentimos preocupados o pasar noches en vela cuando una situación lo amerita. Sin embargo, el factor “peligro” se encuentra cuando estas situaciones son una regla en lugar de un patrón o ciclo determinado. Muchas personas se despiertan en medio de la noche pensando en las situaciones y obligaciones que deben hacer durante el día afectando su descanso y rendimiento laboral.

Migrañas constantes

Tus músculos se tensionan para prevenir que tu cuerpo se lastime, y cuando sientes tu lugar de trabajo como un espacio de peligro o incomodidad tus músculos faciales tienden a presentar rigidez  provocando migrañas o dolores de cabeza esporádicos. Estos dolores también se presentan en el cuello y  hombros.

En general, todos tus músculos duelen

Cuando te encuentras en un trabajo tóxico, tu sistema actúa como una forma de combate constante frente al peligro inminente que suponen tus preocupaciones. Bajo estas circunstancias, tu cerebro llena tu sistema nervioso de hormonas como la adrenalina y otros potenciadores del estrés.

Si te encuentras anticipando un conflicto con tu jefe o algún compañero de trabajo, tus músculos generalmente se encontrarán bajo tensión provocando dolores en la espalda y extremidades. Una forma de comprobar esto es revisar la posición de tus hombros y mandíbula: si ambos se encuentran tensionados al momento de trabajar, es un signo anticipativo del estrés al que te enfrentas y que puede empeorar conforme transcurren los días.

Tu salud mental peligra

Chile es uno de los países OCDE con menor aporte público para tratar problemas relacionados a la salud metal. Según un informe completo realizado por CIPER Chile, una de cada tres personas sufre problemas de salud mental en algún momento de su vida. Santiago encabeza las capitales con mayor número de trastornos ansiosos y depresivos en el mundo, lo cual se ha traducido en un aumento explosivo en el consumo de antidepresivos.

Esto tiene completa correlación con el entorno laboral al que nos encontramos sujetos, a jornadas laborales extensas y pocas posibilidades de surgir dentro de una empresa.

Tu estómago avisa

Estreñimiento, indigestión y diarrea son signos asociados al estrés laboral y que afecta de forma crónica nuestro estado de ánimo y capacidad resolutiva.

También cambia tu apetito, y al principio tu cuerpo puede privarte de querer comer lo suficiente para guardar la fuerzas que el estrés requiere. Sin embargo, bajo periodos de estrés sostenido, el cortisol liberado puede incrementar tus ansias llevándote a hábitos poco saludables al buscar azúcar para calmar la ansiedad correspondiente.


¿Que hacer en estos casos?

Tomate un tiempo. Nuestro sistema nervioso necesita un reseteo luego de pasar por periodos de estrés prolongados. No es ningún misterio que 30 minutos de actividad física al día pueden ayudar a sobrellevar las situaciones angustiosas en el trabajo; también se recomienda la compañía de personas que NO TRABAJEN CONTIGO para desconectarte por completo de la situación particular.

Requilibra tu forma de pensar. Uno de los principios terapéuticos que maneja el pensamiento cognitivo, se refiere a que si cambiamos nuestra forma de pensar también cambia la manera en la que nos sentimos. Si bien no todos podemos cambiar de trabajo es posible controlar una situación a la vez sin abrumarnos por el futuro. También se pueden realizar ejercicios mentales para evitar que nos preocupe la percepción que tienen nuestros compañeros de trabajo sobre nosotros u otras situaciones que provocan inseguridades.

Huye. Todos los síntomas descritos con anterioridad son un indicador de que tu trabajo te hace sentir horrible y no vale la pena tanto sacrificio para que te sientas de esa manera. Dedícate tiempo para ver las opciones que entrega el mundo laboral, pero privilegia tu salud. Eso siempre debe estar primero.