El error es como una rasgadura, una fuga y esto en un trabajo de carácter experimental es fundamental, dice la directora del Festival Proceso de Error Daniela Lillo.

“Quien fracasa en la sociedad neoliberal del rendimiento se hace a sí mismo responsable y se avergüenza, en lugar de poner en duda a la sociedad o al sistema. En esto consiste la especial inteligencia del régimen neoliberal (…) En el régimen neoliberal de la auto-explotación uno dirige la agresión hacia sí mismo. Esta auto-agresividad no convierte al explotado en revolucionario, sino en depresivo“– Byung-Chul

Cometer errores es importante, es reivindicativo y es un formato de auto-exploración. El error está presente en todas las artistas de la vida y hay que tener claro que en aquellos momentos de frustración frente al fracaso se pueden encontrar momentos de brillantez a los que sólo se puede llegar “tocando fondo”.

“Sacar una mala calificación, que nos despidan, perder un concurso, desafiar al sistema, entender que la perfección es retórica, buscar lo que nos importa, mantener las cosas sencillas, entender que probablemente fracasaremos, si buscamos reconocimiento mejor paremos”, dice el Fuckup Book del Instituto del Fracaso.

En una performance en vivo por ejemplo, es algo que está potencialmente siempre y hay que considerarlo como parte de la acción. En el video o en el cine, está conectado con la libertad.

El miedo a cometer errores nunca permitirá que se descubran nuevas cosas o se amplíe el espectro de lo que podemos hacer con una cámara, con un cuerpo, con un computador, y con todos a la vez.

Daniela Lillo es directora del Festival Proceso de Error, cineasta y performer. Ha incursionado en la performance y en el arte del video experimental. Su trabajo ha recorrido Inglaterra, Italia, Grecia y Turquía. Fue invitada a ser parte de la Venice Performance Art Week curada por el dúo VestandPage.

“En la gira realice la secuencia de performance llamada ‘Los Trozos de mis madres’ la cual constó de cinco performances. La primera fue en Roma curada por Francesca Fini para Mondrian Suite Gallery, la segunda y tercera tuvieron lugar en la Venice Performance Art Week, curada por el dúo VestandPage, realizada en el Palazzo Mora (Venecia) y la cuarta y quinta fueron en Cosmos of Culture (Atenas), curada por Evangelia Basdekis. Los primeros espacios son galerías especialistas en artes visuales, uno de ellos es parte de la bienal de Venecia, pero el último lugar pedí que fuera descontextualizado, es así como la curadora eligió Cosmos, un lugar que funciona dentro de un barrio apoyando a inmigrantes”.

“Es muy sano y motivante viajar y conocer la obra de otros”.


Empezar a entender lo experimental en video

Si queremos entender o tratar de entender y apreciar el cine y video experimental estos son los exponentes con los que deberíamos partir.

Tiziana Panizza, sus cartas visuales y juegos desarrollados a partir del super-8.

Jose Luis Torres Leiva, quien lleva una amplia y prolífica carrera, muy ligado al tiempo en la imagen, si bien lo que más se conoce de él está más ligado al cine documental, tiene una obra experimental muy basta, que se puede ver en su canal de Youtube.

https://www.youtube.com/watch?v=YTnXm39gfhw

El trabajo del duo León y Cociña con sus cortometrajes de animación stop motion, y que ahora acaban de estrenar Casa Lobo en Berlinale. Dirigieron este video de Camila Moreno.

Perut y Osnovikoff desde el documental, con su estilización formal y temáticas provocadoras.

Y muchos otros realizadores contemporáneos como Paulina Soto, Roberto Mathews, Andrea González, Pablo Molina, Fanny Leiva, etc. “Y claro maravillosos eternos como Raúl Ruiz y Juan Downey“.


Proceso de Error

Proceso de Error nace en 2014 a partir de Vórtice, un laboratorio de video experimental. “Nos parecía importante abrir un espacio donde explorar en profundidad el error, el cuerpo, el video y conocer a otros artistas y curiosos en general. Invitamos a bailarines, performistas y cineastas, compañías y productoras de la V región a crear y estrenamos sus obras en la muestra. Todo ellos dijeron ‘que necesario es juntarse a pensar el, cine a experimentar y crear sin miedo al error, buscar y compartir’. Así sucedió, esto tiene vida propia”.

Este año tendrá lugar en el Teatro Condell de Valparaíso. Esta es su 5º versión y “hacerlo nos ha permitido invitar a diversos exponentes del video experimental, tanto nacional como internacional y desarrollar otras actividades, como laboratorios artísticos, talleres, charlas, intervenciones en espacio público y nuestra tradicional exhibición en el mar”.

El auge de la producción audiovisual está causando revuelo en todo el mundo. Desde lo experimental, desde el error se crean nuevas miradas, y este festival en particular es una vitrina de ideas, estéticas, que pueden contribuir a ampliar el horizonte de posibilidades artísticas, vinculación e intercambio entre disciplinas.


Performance, cuerpo, narrativas de laboratorio

Respecto a esto podemos hablar específicamente del video danza, también llamado video movimiento y el video performance.

Ambos buscan apartarse de lo que es sólo un registro de cuerpos, la idea es que la cámara adquiera cierta corporalidad y pueda generar la misma sensación de tensión que existe en el cuerpo presente al momento de accionar o bailar.

Esta tensión va mucho en la propuesta y la sensibilidad para que la cámara se convierta en alguna parte del cuerpo, en la visión de un objeto en movimiento, del aire, del trayecto. Desfragmentar el movimiento, coreografiar en el montaje. En el caso del video performance, lograr poner la cámara en el “entre”, en donde sea o se entienda la “terceridad”, esa energía que se dispone en el espacio en la medida que se va componiendo con el cuerpo y que se sigue construyendo, con otros cuerpos, al momento de visualizar la obra.

Hacer un video performance es muy difícil, se levantan teorías al respecto y cuesta encontrar uno que sea “puro”, en general tienden a la mixtura.

Las narrativas en los procesos experimentales suelen ser muy ambiguas, en algunos casos se conserva cierto hilo narrativo ligado a los actos clásicos, y en otros la narrativa se encuentra totalmente diluida en pos de la experimentación formal de la imagen.

No hay que olvidar que a pesar de que nunca se experimente de forma fidedigna una narratividad en la obra, siempre existen los 3 actos principales, es decir, inicio, desarrollo, final y no necesariamente en ese orden.

Todo está mucho más vinculado a la emocionalidad y la capacidad proyectiva del espectador, es decir, que el espectador sea capaz de reflejarse en la obra vista y desde ahí poder comprenderla. Generalmente los autores de cine-video experimental no cuentan mucho qué es lo que quisieron lograr con sus obras.