El hombre que hizo la logomanía un must de los 80 en Harlem fue fichado por la firma italiana para crear una colección cápsula que tiene todo lo mejor que Dapper sabe hacer: exceso.

Los 80 fueron años de extraños. Cocaína, Wall Street en el apogeo máximo, el nacimiento y consolidación del hip-hop, animal print y un montón de chicos sin dinero que soñaban con usar ropas y prendas de marcas como Louis Vuitton o Gucci.

Con todo este panorama aparece Dapper Dan, un sastre afroamericano de Harlem, New York, que decide abrir una tienda de ropa y empezar a crear sus versiones de prendas utilizando los famosos logos de las casas de moda más usadas de la época.

Dapper Dan fue Tom Ford antes de que apareciera Tom Ford. Debería haber sido contratado en vez de clausurarle. Deberían haberle contratado como diseñador para alguna firma de élite de la época, porque tuvo la visión de hacer en ese entonces lo que cinco o diez años después empezaron a hacer otros”. Con esas palabras el rapero NAS define y habla del trabajo de Dapper en el imperdible documental de ropa y estilo Fresh Dressed.

El diseñador, afuera de su tienda en 1988

El que fuera bautizado como “The hip-hop tailor of Harlem” (algo así como “el modisto del hip-hop de Harlem”) supo convertir las firmas con las que soñaba la comunidad negra en prendas asequibles adaptadas a sus tallas y gustos. Y también, en otras tantas que acabaron costando casi igual que los originales. Si tuviéramos que elegir al culpable de que año a año la moda urbana y el lujo se unan, él sería el principal sospechoso.

A la izquierda, diseño de Dapper Dan de 1989. A la derecha, el homenaje de Gucci en su colección Crucero 2018

Aparte de sus versiones “pirata”, Dapper también vendía pantalones de cuero por 1.000 dólares y cazadoras de borrego de 2 mil dólares. Un verdadero hustler de NY.

Hoy casi 30 años después que Gucci lo demandara por copyright, la misma empresa lo elige como rostro y le encarga ser el director de una de las mejores colecciones de Gucci de lo que va este 2018. Así es la vida: nadie sabe para quién trabaja.

Así es, por que la colección del hombre de Harlem es ya llamada por la prensa especializada como la “colección millennial de Gucci”; una colección de Gucci tan streetwear que hasta tu abuelita te va pedir prestar alguna pañoleta o bomber jacket para no quedarse fuera de la onda.

¡Que viva la logomanía!