La película española de ciencia ficción -y un poquito de realismo mágico- llegó la semana pasada a Netflix y quedamos todxs flipando bastante. Aunque perturbadora, por alguna razón nos tuvo comiendo de las uñas pegadxs al televisor durante los 94 minutos que duró esa tortura culpable entre canibalismo y diálogos propios de teatro en tabla.
El Hoyo es una cárcel vertical con un montón de pisos y un agujero en el centro de todos ellos, por donde pasa una plataforma flotante con comida bufete todos los días para alimentar a los dos presos por calabozo. Lo conflictivo es que la comida es escasa y va de arriba hacia abajo, dejando sin alimentos y desposeídos a quienes están en los niveles inferiores. El piso más alto es el cero y desconocemos hasta que número llega el de más abajo (pero son muchos, muchos).
Básicamente la peli es una metáfora de la lucha de clases, el egoísmo humano y el sistema dualista entre el Estado desconectado y la ciudadanía salvaje.
Escribo esto porque la trama está más cargada de simbolismos de lo que parece, y como son muchos los explicaré de a uno, así no nos enredamos tanto:
Los pisos representan las clases sociales
Éste es uno de los elementos más obvios. Mientras más arriba, mejor comes y vives. Al descender, las comodidades disminuyen hasta diluirse en miserias y a tales puntos en muerte. “¿Qué vamos a comer? / Lo que les sobre a los de arriba” es producto de la dirección en la que corren los bienes: de lo alto hacia lo bajo.
La administración es el gobierno
En el piso de más arriba, muy alejados y ajenos a los niveles de abajo, el equipo de cocina es sofisticado y obsesivo. La escena insonora del pastel que contiene un pelo es muy significativa porque es una metáfora de cómo las autoridades se traban discutiendo y perfeccionando cuestiones irrelevantes, ignorando que más abajo hay gente muriendo por su mala gestión y poca conexión con la realidad. Dato: El pelo probablemente pertenecía a Goreng, que en un momento del camino destapó el pastel.
Goreng y Baharat están muertos
De seguro habrás notado un quiebre en la película en el que todo se pone aún más absurdo y gore. Esto se explicaría porque los protagonistas habrían muerto en su ruta hacia abajo, precisamente en el piso de los guerreros, cuando reciben cortes punzantes de catana. ¿Por qué deducimos esto? Pues porque el pastel que revisan lxs cocinerxs es una panna cotta -el mismo que portaban y que la niña supuestamente comió-, entonces, en esa pelea habrían muerto todos y la plataforma hubiese descendido con el postre hasta el nivel 333 sin detenerse (ya que no quedaba nadie vivo por esas celdas) y después vuelto a ascender al 0, llevando “el mensaje” a la administración, pero siendo mal recibido.
El viaje del héroe
Un poco antes de presuntamente morir se produce un quiebre previo, específicamente cuando Goreng conoce a Baharat en el seis. Éste ha perdido la esperanza en Dios y nuestro protagonista comienza a delirar y a verse a sí mismo como un héroe, tanto por los mensajes que le dio su pasada compañera de celda -quien le dijo “quizá por eso entró usted aquí” ante la fallida solidaridad espontánea- y El Quijote de la Mancha. En ese punto, Baharat comienza a ser su Sancho Panza y juntos emprenden una alegoría contra los molinos de viento; de eso a que Goreng haya continuado la misión después de muerto. En el film, todos los personajes que mueren continúan en espíritu, como vimos con los dos compañeros de celda del protagonista.
El vacío de la riqueza
Trimagasi le explica varias veces a Goreng cómo funciona la psicología de los pisos. “En los niveles superiores puedes comer lo que le dé la gana. Luego no tienes mucho que esperar”, “yo que usted rezaría porque siguiera en los niveles intermedios” y “yo creo que usted es de los que saltan cuando están arriba, y de los que no tienen agallas cuando están abajo” son mensajes que se refieren al sinsentido de la riqueza excesiva y la clase media como mejor estrato para pertenecer.
Imouguiri representa a Jesús
Lo central de este personaje es su temple y su lucha por mejorar las cosas a través del convencimiento pacífico (solidaridad espontánea): recordemos que entró voluntariamente cuando se enteró que moriría de cáncer, para mejorar las cosas allí dentro. Ese espíritu de salvar el mundo de la cárcel a través de la paz condice con el piso 33 -la edad de Cristo- en el que la conocemos, y su suicidio cuando despiertan en el nivel 202, momento en el que da su vida para que Goreng se alimente de ella y así sobreviva.
Trimagasi simboliza el status quo
Desde que se conocen, este hombre le da cátedra de cómo se vive en El Hoyo, frenando las ilusiones utópicas del novato. Por ejemplo, cuando Goreng le propone avisar a los pisos de arriba que deben racionar su comida, éste le responde: “¿Eres comunista? A los de arriba no les gustan los comunistas”, refiriéndose a que todo lo que no obedezca al status quo es marxismo, y que no hay que insistir en cambiar el sistema: ni para arriba, ni para abajo. Adicionalmente, este personaje llegó a parar a la cárcel por un arrebato que tuvo con su televisor viendo comerciales; o sea, es producto del consumismo y la publicidad.
La violencia desclasada de las clases bajas
Más abajo, existe mayor confrontación entre compañerxs de celda, al punto de matarse unxs con otrxs para sobrevivir. Al principio, en el nivel 48, vemos cómo Goreng y Trimagasi se llevan bien e incluso comparten pasatiempos juntos. Cuando despiertan en el 171, Goreng está amarrado y la amistad se pudre. “El hambre desata la locura y en ese caso es mejor comer que ser comido”. Esto representa el enfrentamiento de los pobres al pelearse entre ellos por los escasos bienes de los que disponen para sobrevivir. Trimagasi lo dice muy claro en una ocasión: “Con el tiempo nuestra confianza se iría deteriorando, lo que desencadenaría en el conflicto y el crimen”. A continuación, cuando comienza a mutilarlo, se genera un debate interesante, propia analogía de la realidad respecto a la delincuencia:
Goreng: Quiero que sepa que lo responsabilizo a usted (delincuente). No a la gente de arriba (clases altas). No a las cicunstancias (condiciones sociales). Ni si quiera a la administración (el Estado).
Consciencia social
El film en sí es una denuncia por consciencia social y la mala distribución de los recursos. La linea del guión “Si todo el mundo comiera sólo lo que necesita, la comida llegaría a los niveles más bajos” alude a la concentración de la riqueza como causa principal de la pobreza. “Somos responsables de los que no tuvieron la misma suerte”.
La determinación de tu vida por dónde naces
Cada mes, los reclusos son reasignados a otro piso por un sistema de completo azar, cosa que determinará no sólo su calidad de vida sino también la posibilidad de sobrevivir. Esto representa el destino sorteado de todxs los humanos al nacer, cosa que limita desde la calidad hasta la esperanza de vida: naces ya condenado a una probabilidad.
¿Quién se va a enterar allí arriba si lo conseguís?
Este detalle menor cobra mucho sentido por el contexto de pandemia que vive el mundo. Un sabio les dice a Goreng y su compañero “La administración no tiene consciencia. Sin embargo hay una mínima posibilidad de que los escuchen los del nivel cero. A ellos debe ir dirigido el mensaje”.
Lo interpreto así. Hay dos tipos de autoridades: los que están en el palacio presidencial y quienes tienen más llegada con la gente. Pienso que estos últimos podrían ser, por ejemplo, los alcaldes o los gobernadores, quienes han anticipado las medidas para proteger a la gente del Coronavirus, haciendo frente al gobierno constantemente. Un acierto.
La niña
No sabemos si existió realmente o fue producto del delirio del -quizá ya muerto- Goreng. En cualquier caso, su rol en la película es “ser el mensaje”, es decir, la única esperanza. La analogía concluye que la única solución para el sistema bestial y desigual son las nuevas generaciones; inocentes y sin corromper. Sólo ellas podrán acabar con el status quo y por ello Goreng no puede ser su portador: él es parte del sistema que desea destruir.
Teoría alternativa: la entrada al cielo
La teoría más descabellada es que Goreng estuvo siempre muerto y que la prueba para ingresar a El Hoyo (un lugar que nunca se explica muy bien) en realidad era su entrevista para entrar al cielo, postulación que fue rechazada y motivo por el que fue enviado a la cárcel vertical que determinaría a dónde pertenece: arriba o abajo. Por eso el nivel más bajo es 333: número del Anticristo.
La reflexión de la película es que todxs estamos sometidos a un mundo-cárcel en el que dependemos del azar, de la administración (Gobierno) y de los que están arriba de nosotrxs para poder vivir. Un sistema del que nadie puede escapar pero que con voluntad y empatía colectiva podría romperse (comenzando por arriba), sin embargo estamos todxs los humanxs corrompidos y por eso la única esperanza es un cambio generacional.
Finalmente, la única forma de encontrarle sentido a nuestras vidas humanas es tocando fondo, por allí en los niveles más bajos.