Es posible que no, pero tal vez sí.

Tal vez te has preguntado alguna vez ¿Quiénes son las personas que escriben “cartas al director” de los diarios? ¿Cómo lo hacen para asegurarse de que serán publicados?

O quizá ¿Qué son las cartas al director? ¿Por qué existen aún los diarios?

En fin las preguntas son infinitas y las respuestas, finitas.

En ese universo hay varias preguntas que sí podemos responder y quien mejor que el destacado poeta y académico Felipe Cussen quien se ha convertido en un referente del clásico y en extinción arte de plasmar sus pensamientos respecto de la actualidad en el papel del diario en vez de una abstracta y acuosa pantalla digital.

Cuando nos enteramos que de forma desinteresada y solidaria compartiría sus conocimientos vía Instagram Live no dudamos en ofrecerle nuestra plataforma de alcance mundial para transmitir el taller.

Si esta u otras temáticas relativas al hermoso arte de la escritura y la comunicación están dentro de tus intereses, la convocatoria es para este domingo 28 a las 18 hrs., donde se dará un diálogo abierto y gratuito por nuestro Instagram, en el modo Live.

Si te quedan dudas respecto de lo calificado que está el poeta Cussen para dictar este curso express, te dejamos algunos de sus pergaminos.

Es decir cartas que han sido publicadas en medios oficiales. Son muchísimas más, pero le pedimos tres perlas y esto mandó.

“Espantos de septiembre”
(Las Últimas Noticias, 6/9/06)

Señor Director:
el fin de semana pasado acudí a un supermercado perteneciente a una gran cadena, con el objeto de realizar algunas compras de carácter personal. A poco andar confirmé mi certeza de que ya nos encontrábamos inmersos en lo que los expertos en marketing han dado en llamar “el mes de la patria”, que se manifestaba ostentosamente en la chirriante decoración del local y, más específicamente, en las melodías que emanaban de los altoparlantes.

Poco a poco comencé a ser presa del desagrado que provoca escuchar por enésima vez las mismas tonadillas, y me dirigí al sector de informaciones para estampar un enérgico, pero respetuoso, reclamo. Los encargados atendieron pacientemente mis quejas y me facilitaron el respectivo libro, pero intentaron debilitar mi posición al manifestar que el resto de los compradores sí parecía disfrutar de la música. El punto cúlmine de su argumentación fue cuando uno de los funcionarios, no disfrazado de coqueta “chinita” como sus compañeras, sino más bien de maestro salchichero teutón, me preguntó, con una pizca de malicia, si acaso yo era chileno.

En el momento mismo, turbado, apuré un insulso sí como respuesta afirmativa y concluí mi intervención. Pero tras dejar el local volví a reflexionar sobre la cuestión y preparé mentalmente una respuesta más definitiva: el hecho de ser un ciudadano de esta patria no me obliga a tener que padecer cada año el horror de esas versiones edulcoradas de lo más rancio de nuestro cancionero, revestidas con orquestaciones foráneas, entonadas con un vibrato más propio de una soprano jubilada, y mal amplificadas por sobre el coro silencioso de fáciles sonrisas vespertinas de weekend. No señor, mi chilenidad no se juega en esa cancha.

Felipe Cussen


“Me duele Chile”
(La Segunda, 3/11/10)

Señora Directora:
Siempre hay motivos para sentir vergüenza de ser chileno. Recientemente se han acumulado con particular frecuencia: un Premio Nacional de Literatura entregado por gente que no sabe leer a una persona que no sabe escribir, un incontinente Presidente repartiendo sonriente los souvenirs de un accidente laboral, una feria internacional del libro con nuestro país como invitado en la que tienen el descaro de cobrar entrada, cuando lo que correspondería es que paguen por asistir.

Pero este 4 de noviembre, día de mi cumpleaños, el país se encuentra al borde del abismo y está a punto de dar un paso adelante: una artera conspiración de dueños de fundo que pretenden convertirse en los dueños de la pelota, desbancando a Harold Mayne-Nicholls de la presidencia de la ANFP, y sacando del camino a nuestro entrenador Marcelo Bielsa. Si el rosarino nos deja, sobrevendrá un descalabro institucional y el desplome de nuestros escasos valores: los jóvenes ya no tendrán un modelo de rectitud moral, los trabajadores perderán la motivación de emular su responsabilidad y constancia, y los poetas de este país perderemos al más inspirado modelo de rigor lingüístico.

Por favor, señores de la ANFP, no nos den otro motivo más para avergonzarnos de ser chilenos.

Felipe Cussen


“Iron Maiden”
(La Segunda, 13 de agosto de 2019)

Señor Director:
En 1992 la Iglesia Católica Chilena organizó una campaña para impedir que en nuestro país escucháramos al grupo de heavy metal Iron Maiden. Ha llegado la hora de que los fans de Iron Maiden organicen una campaña para impedir que en nuestro país escuchemos a la Iglesia Católica Chilena.

Felipe Cussen