La filósofa feminista Judith Butler estará participando en actividades académicas de la U. de Chile.

Durante la jornada de este martes la Universidad de Chile dio a conocer que la filósofa Judith Butler, una de de las feministas más importantes en el campo de la teoría crítica y el pensamiento contemporáneo, visitará Chile y estará participando en actividades de conversación.

El trabajo de Butler ha profundizado diferentes conceptos en los estudios de género, cuerpos y sexualidades; teoría queer, justicia y derechos humanos, violencia de Estado, soberanía y resistencia; luchas sociales y democracia.

La primera charla que dictará tiene el nombre de “Critique, Dissent, and the Future of the Humanities”, el próximo 4 de abril a las 12:00 horas.

Además, la investigadora formará parte de la Inauguración de Año Académico 2019 el viernes 5 de abril a las 12:00 horas.

EL mismo viernes, la tercera y última actividad será un diálogo llamado “Palabras Públicas: Conversatorio con Judith Butler”, a las 18:00 horas que moderará la teórica e investigadora Nelly Richard, y participará Jorge Díaz, biólogo y activista de la CUDS (Colectivo Utópico/Universitario de Disidencia sexual); Sofía Brito, activista feminista y poeta; Daniela López, abogada feminista y directora de la Fundación Nodo XXI; y Emilia Schneider, consejera de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile.

A continuación te dejamos algunas citas para pensar la visita de Judith Butler en Chile.


Las mujeres como sujetos “vulnerables y la ética del cuidado.

En algunas visiones de la ética del cuidado, se trata a una población como “vulnerable” (las mujeres) y esto se convierte en una ocasión para desarrollar una política paternalista. Esto podría ser una postura cristiana, potencialmente misionera: o una postura que acaba ratificando formas de paternalismo político antes que una democracia radical. Me interesa demostrar que incluso como criaturas vulnerables, precarias, también somos capaces de agencia y acción. Me opondría a una ética del cuidado que afirmara únicamente las formas paternales de acción, puesto que estoy a favor de encontrar voluntades de acción que surjan para contrarrestar las propias jerarquías que el paternalismo construye.


¿Cuál es el sujeto del feminismo?

El feminismo es un movimiento para las mujeres, para los hombres y para los que desbordan el género normativo.  Es importante que los hombres participen en el feminismo porque pueden influir sobre otros hombres, dar ejemplo de una masculinidad alternativa, no violenta. El mejor feminismo es el que se opone a la desigualdad, la subyugación y la explotación. El que trabaja sobre el concepto de poder… Aún hay demasiados marcos de poder a combatir, no solo ese. El racismo, la misoginia, el colonialismo, el capitalismo. Poner en cuestión todos los vínculos de poder es una tarea posible.


Contra el feminismo dogmático: la reivindicación crítica del conflicto como eje vitalizador.

A todas estas áreas de desacuerdo (sobre identidad y diferencia) deben añadirse los continuos interrogantes de qué es una mujer, cómo vamos a decir “nosotras”, quién lo puede decir y en nombre de quién. Parece que el feminismo está hecho un lío y que es incapaz de estabilizar los términos que facilitarían un plan significativo. La tentación sería caer en la desesperación, pero creo que éstas son algunas de las cuestiones no resueltas más interesantes y productivas a principios del siglo actual… El feminismo ha tenido que deshacerse de la suposición de que podamos estar todas de acuerdo sobre algunas cosas o, dicho de otra forma, ha asumido que cada uno de nuestros valores más preciados está siendo disputado y que continuarán siendo zonas políticas disputadas. Puede que esto suene como si estuviera diciendo que el feminismo nunca podrá construir desde algo, que se perderá en la reflexión sobre sí mismo, que nunca se moverá más allá de este movimiento de autorreflexión hacia un compromiso activo con el mundo. Por el contrario, es precisamente en el decurso del compromiso y de la práctica política que estas formas de disensión interna emergen. Yo añadiría categóricamente que la resistencia a resolver esta disensión y convertirla en una unidad es lo que mantiene vivo al movimiento… Así pues, por razones teóricas y políticas, el feminismo no debe silenciar ningún conflicto. Ahora bien, ¿Cuál es la mejor forma de plantearlo? ¿Cuál es la forma más productiva de representarlo? ¿Cómo debemos actuar para que se reconozca la irreversible complejidad de lo que somos?


“Ideología de género”.

La teoría de la performatividad de género es aquella que busca comprender la formación de género y apoyar la idea de la expresión de género como un derecho y una libertad básicos. No es una “ideología”. Por lo general, se entiende que una ideología es un punto de vista ilusorio y dogmático, que se ha “apoderado” del pensamiento de las personas de una manera acrítica. Mi punto de vista, sin embargo, es crítico, y se pregunta sobre los tipos de suposiciones que la gente da por sentados en su vida cotidiana, las suposiciones que los servicios médicos y sociales hacen sobre lo que es una familia y lo que cuenta como una vida patológica o desviada.


¿Cuántos de nosotros todavía creemos que el sexo biológico determina los roles sociales que asumimos en la vida? ¿Cuántos de nosotros todavía sostenemos que el significado de lo masculino y lo femenino está determinado por las instituciones de la familia heterosexual y la idea de la nación que impone una noción conyugal de matrimonio y familia?

Las familias queer y travestis ponen en acto formas de asociaciones íntimas, compañerismo y cuidados de otros tipos. Las madres solteras tienen diferentes lazos de parentesco. También, las familias ensambladas, donde las personas se han vuelto a casar o se han unido en nuevas fusiones muy diferentes de las estructuras familiares tradicionales. Encontramos sostén a través de muchas formas sociales, incluida la familia, pero la familia también es una formación histórica: su estructura y significado cambian a través del tiempo y el lugar. Si negamos esto, estamos negando la complejidad y la riqueza de la existencia humana.


Acoso sexual y tribunales.

Hay diferentes opiniones en cuanto a lo profunda y sistemática que es la opresión de las mujeres, y si es correcto denominar a esa opresión “seducción”, por ejemplo, o si debería nombrarse simplemente como “acoso” y “violación”.

En los Estados Unidos, parecía que las acusaciones debieran ser consideradas como evidencias porque, de lo contrario, parecería como si no nos estuviéramos tomando en serio las demandas de las mujeres. Aún así, las acusaciones nunca son suficientes para evidenciar un crimen, tienen que darse mediante un procedimiento en condiciones, y si algunas acusaciones son incorrectas o están distorsionadas, deberían basarse en evidencias que aseguren la rectitud del procedimiento.

Todo gay y toda lesbiana ha conocido la excusa del “pánico homosexual” con la que alguien homófobo acusa a una persona LGTBQ de intentar seducirle. Muchas veces es infundado. ¿Cuál es la protección contra la reaparición de aquella monstruosa coartada legal que ha justificado actos de violencia contra las personas LGTBQ?

Algunas feministas dicen que los tribunales nos han fallado, por lo que ahora los hombres deben ser juzgados en los medios, pero esa es la forma equivocada de acercarse a los medios. Lo convierte en un teatro de la crueldad. Así que la paradoja que nos queda es cómo reconocer el carácter ubicuo del acoso y la violencia sexual, al mismo tiempo que nos aseguramos de que los procesos legales no permitan la destrucción de los que son falsamente acusados.

Femicidios.

Al intentar entender el femicidio, tenemos que preguntarnos cómo el género y la raza se interseccionan para entender las formas de dominación que procuran mantener la supremacía blanca y continuar el legado de la esclavitud por otros medios. Por lo tanto, hay un carácter repetitivo, sino compulsivo, para el femicidio no sólo en Brasil sino que en toda América Latina y especialmente en lugares como Honduras. Podemos decir que una forma de supremacía de género y raza se constituye de nuevo y de nuevo en cada acto de asesinato. Pero no podemos comprender esa forma de poder sin comprender el pasado imperial, la institución de la esclavitud y su continuación en el presente y las formas por las cuales las mujeres negras sufren la convergencia de esas historias. Las redes de resistencia son impresionantes, una vez que es evidente que la aplicación de la ley todavía no es un aliado de nuestro movimiento.

¿Sexualidad performativa?

No creo que la sexualidad sea performativa. Y cierta parte del género definitivamente no es performativa. Lo que ahora sostengo es simplemente que, más allá de que nuestro género o sexualidad estén o no determinados de antemano por fuerzas sociales o de otra índole, todos tenemos el derecho de vivir nuestro género y sexualidad en público sin temor a la discriminación y la violencia. Reivindicar quiénes somos es un acto performativo en el lenguaje. Las alianzas efectivas se sustentan en cuerpos que se reúnen, exponen y combaten su precariedad. Pero también dependen de aquellos que no pueden aparecer en público, aquellos que están sin papeles, detenidos o en prisión. Por lo que las redes son tan importantes como las asambleas, y nuestros mundos virtuales pueden ser muy poderosos. Sin diferencia, no hay energía, ni vitalidad, ni coalición. Lo que nosotros valoramos es la diferencia, y es la condición de posibilidad de coalición.


Dependemos de los demás.

La resistencia no es pasiva sino una existencia activa, y una forma de decirle al otro: no me vas a destruir. Voy a seguir aquí. No me vas a mover. Voy a hacer una demanda política. Tu me estás amenazando con tu violencia, pero no voy a correr. Porque voy a persistir. Esta es una posición fuerte. Es la posición final.

Si te violentas, te convierten en el criminal que ellos ya pensaban que eres. Deben haber movimientos de solidaridad y un ethos que mantenga la resistencia colectiva para sentir que somos parte de una estructura más grande, que no estamos solos. Es más fácil mantener la lucha cuando sabes que no estás solo. Dependemos de los demás.