Su abuelo le regaló su primera máquina los 17 años, con la condición de que no se siguiera tatuando, pero esta estudiante de diseño se enamoró del tatuaje mucho antes de ese momento.


Eva Lea-Plaza empezó a tatuarse a los catorce años, después de introducirse en el mundo hardcore y enamorarse de cada tatuaje que veía en tocatas. Pensó que el primero sería el último, pero en el fondo de su corazón sabía que serían muchos más que ese.

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Parte esencial de su camino en el mundo del tatuaje fue su abuelo. Recuerda especialmente una conversación que tuvo con él a los 17 años, al que describe como “súper conservador”, y le pidió si le podía regalar su primera máquina para tatuar. Lo hizo, irónicamente, con la condición de que su nieta no se hiciera más tatuajes.

Cuando estaba terminando el colegio, salió con un chico que ya tenía experiencia en el mundo de los tatuajes y Eva se introdujo en su cotidianidad: revisaba todos los libros y diseñaba por horas junto a él. “Al tatuaje hay que darle todo el tiempo del mundo y recién llevo tres años en esto, complementado con mi carrera de Diseño. Es una buena carrera que me da el sentido estético y del buen gusto, entonces, vivo en la disputa para ver a qué le doy más atención”, explica Eva.

Ella que aún no se casa con ningún estilo, a pesar de que se ha desarrollado en torno al tradicional, pero aún no tiene claridad sobre cuál es su preferido. “Quiero seguir probando y aprendiendo. Hay que tener claras las capacidades que uno tiene, porque está bien creerse el cuento, pero hasta cierto punto”.

 

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Ser mujer en el ambiente de tatuadores para Eva no ha sido fácil. “Es súper hostil”, dice, “el hombre chileno es súper machista y el tatuador no se salva de serlo por ser más alternativo. Está lleno de comentarios degradantes en las redes sociales”.

 

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Ella asegura que no hay ninguna razón para tirar mala vibra en el rubro, y que a diferencia de lo que le ha pasado con los hombres “con las mujeres tenemos buena onda y nos tiramos para arriba. La comunidad que hemos armado con las niñas es muy amigable.”

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Make-up fotos: Javi Kästner