Ignacio Segura está a cargo de las fiestas más voladas de Chile. ¡Weed Love Party!

weed love party

El mundo de la noche da para mucho. Desde tocatas de grupos emergentes a eventos de puro k-pop, electrónica o cualquier música bailable, no nos debería sorprender que existan fiestas dedicadas exclusivamente a la cannabis.

Weed Love Party es un ciclo de fiestas creadas con el fin de difundir lo que sus organizadores llaman cultura cannábica, además de diferentes expresiones artísticas relacionadas al consumo de marihuana, como la fotografía, pintura, gastronomía y música en vivo. Uno de sus creadores, Ignacio Segura, más conocido como Ignar Haze, partió con unos amigos hace más o menos tres años atrás con los eventos, con esta premisa de darle un espacio inclusivo a los consumidores de cannabis y como un lugar para generar oportunidades para que otras personas muestren su trabajo.

Conversamos con él:

¿Qué es Weed Love Party?

La idea principal era crear un espacio temático; Weed Love Party es una fiesta completamente cannábica, tenemos músicos que tienen un discurso y música referente al cannabis, fomentamos el consumo responsable en todas las áreas, hacemos degustaciones de cocina cannábica, apoyamos a los emprendimientos nacionales. La idea es no dejar que el mercado internacional sea el único referente, tener una comunidad acá en Chile y conectarnos con todo el mundo.

En el evento mismo, siempre un salón verde habilitado para fumar, hacemos testing de extracciones, tenemos concursos, como EL DUELO, donde buscamos a los enroladores más rápidos, o LA NUBE, donde buscamos al pulmón de acero y dos personas compiten con un bucket y por hacer la nube más bonita. Al final de la noche, cerramos las fiestas con un “Hot Box”: llenamos un cuarto de humo con una cama de carbón donde vamos lanzando nuestra mota molida.

– ¿Desde qué edad fumas?

De los 14, 15 años. Como creo que casi todos hemos hecho, fumé por probarla, para saber qué era lo que compartían los cabros más grandes. A medida que fui creciendo, me fui dando cuenta que el cannabis tenía toda una cultura asociada muy desarrollada. Logré muchas más cosas de las que pensé que podía lograr antes de empezar a fumar; fue un puente: me ayudó mucho a expresarme mejor, ser más honesto, dejar de preocuparme por cosas que en verdad no tenían tanta importancia y me estaban atrapando. Ahora soy un romántico del cannabis, porque tengo mi propio cultivo, no lo hago en indoor, no uso nutrientes agresivos, podo según los tiempos lunares, todo bonito, todo con amor.

– ¿Nunca has tenido problemas con Carabineros en las fiestas?

No, nunca. Han venido muchos carabineros y oficiales de la PDI, pero como público. En varias de las fiestas vienen hasta con grupos de amigos de la pega, como parte real del público. Me han sugerido que me podrían estar espiando, pero es cosa de ver como lo pasan y como te saludan para saber que solo quieren pasar un buen rato.

– ¿Cómo ves el panorama del autocultivo en Chile?

El autocultivo en Chile lleva muchos años, lo que pasa es que ahora ha agarrado mas visibilidad. Como todo en el sistema donde estamos, el tema de la marihuana se está mercantilizando, lo que ha generado cientos de necesidades que antes ni siquiera existían. Antes la gente regaba con pura aguita. Obviamente, la tecnología genética del mercado dio pie para que muchas marcas se aprovecharan del tema para crear un mercado mas orientado al pago de experiencias que al autocultivo responsable. Por ejemplo, se supone que el autocultivo debería ser legal, pero no puedes consumir en la vía pública, no hay sanciones ni políticas de devolución de especies para fuerzas de la ley que confiquen “equivocadamente” material de cultivo o plantas, no puedes regalar, no puedes compartirla si no es dentro de tu casa. Puedes fumar, pero todo lo que rodea a ese acto es un tabú ilegal y perseguido en Chile. Acá es súper complicado el tema de la comunidad, por que la mayoría de los cultivadores que conozco se sienten solos, con miedo a sus vecinos, amigos, a los ladrones, porque acá no es raro que a alguien que fuma públicamente le entren a robar la cosecha si todos saben que su cosecha es de alta calidad. Hay mucho odio, mucha envidia, mucho tabú. Los cultivadores tenemos que aprender a cuidarnos entre nosotros y la sociedad tiene que dejar de castigarnos por tener gustos distintos. Aunque sea legal o no, lo vamos a seguir haciendo. Los fumones y los cultivadores igual vamos a existir.

– ¿Crees que estamos cerca de la legalización en Chile?

La cosa va más por el lado comercial. Todas las organizaciones grandes partieron buscando el apoyo del público, pero terminaron por explotar sus propios intereses de una forma más comercial. En este momento se está legislando para que la marihuana sea un bien comercial a cargo del Estado, no para que podamos cultivar. Si las cosas siguen igual, vas a poder comprar marihuana en tiendas especializadas, pero no vas a poder cultivar ni fumar en público ni ir a fiestas ni nada. Es prácticamente quitarnos la libertad.