Más de alguna vez hemos ido al cine y al salir, queremos que nos devuelvan el dinero. ¿Qué te parece si aquello puede cambiar gracias a una pulsera? Al menos, eso es lo que pretende Big Data, el dispositivo que está cambiando la forma en que la industria cinematográfica realiza sus películas.La industria del cine mueve millones, 88.3 billones de dólares solo durante el 2015, para ser más exacto. Y es que la industria cinematográfica es una de las más grandes del mundo. Y si no lo es, al menos tiene un impacto cultural mundial.

Uno de los grandes problemas que enfrentan todas las empresas es llegar a su público objetivo, es decir, al consumidor. Más de alguna vez salimos decepcionados de la sala de cine porque no nos gustó la película y, lo crean o no, eso a la industria le afecta. Durante el prelanzamiento de la película “The Revenant”, Fox Studio hizo un experimento a través de la entrega de una pulsera a cada uno de los asistentes. Se trataba de la “Big Data”.

La empresa Lightwave creó una pulsera capaz de medir el ritmo cardiaco, la temperatura corporal e incluso la conductividad de la piel. En palabras simples, Big Data realiza un chequeo médico con el objetivo de saber si al asistente le gustaba o no la película, si el climax del filme provocó tensión o cuáles partes fueron las más aburridas.

A diferencia de las encuestas que se pueden realizar después de que el espectador vea la película, Big data toma los datos en tiempo real lo que abre una nueva posibilidad impensada en el cine: modificar la película antes que salga a la luz.

Una serie de críticos y especialistas en el mercado aseguran que “El Big data es el nuevo petróleo“. Y es que las posibilidades son infinitas. Su uso ha causado revuelo debido a que el cine, como mencionábamos antes, es una industria que mueve millones. Pero su utilidad trasciende a la industria cinematográfica.

En la página de la empresa, Lightwave, se pueden encontrar algunas colaboraciones que han realizado con grandes marcas a nivel mundial como Google, Gatorade, TED y Pepsi.

Con este último realizaron una prueba de cómo es el comportamiento de hombres y mujeres en una fiesta. Lo interesante es que además de medir datos como si los hombres o las mujeres bailaban más o quiénes eran los asistentes más activos de la fiesta es que, para poder adquirir bebidas, debían “desbloquearlas” con el baile, dato que también media la pulsera.

La revolución comenzó silenciosamente y aún se hacen pruebas de cómo afectará, no solo a la industria del cine, sino a toda la industria del comercio. La verdadera pregunta que nos debemos realizar es si, a través de los datos que recibe la pulsera Big data intentarán mejorar el producto o servicio que nos entregan o en realidad  solo desean controlar nuestros deseos de consumo.