Las razones que llevaron Ciudad del Cabo, la segunda ciudad más grande de Sudáfrica a quedarse sin agua potables te van a resultar bastante cercanas a la realidad de tu ciudad.

La situación es la siguiente, y puedes leerla impostando la voz como si fuera el opening de una película distópica:

“Cada año, dos millones de personas mueren por falta de agua. Se estima que en 15 años, la mitad de la población vivirá en sectores donde el agua no alcance para todos”.

“Hoy en día un tercio de la población mundial vive al menos un mes al año sin suficiente agua potable”.

El problema es que la mierda es real. Y nos está literalmente llegando al cuello.

La matemática es bien brutal. Mientras el agua potable, su oferta si quieres, empieza a escasear globalmente, la demanda mundial se incrementará en un 55% entre 2000 y el 2050.

Todos los cientistas políticos, futurólogos y conspiranoicos coinciden en una cosa: las próximas guerras serán por conquistar reservas de agua.

Las razones tienen que ver con el cambio climático, la contaminación de las reservas de agua subterránea (Hola Alto Maipo) para minería o electricidad, el aumento de la densidad de la población y por consiguiente la ganadería y agricultura que incrementa su uso de agua para poder alimentar a más humanos.

Algunas formas de revertir  un proceso que no parece tener forma de rebobinar tienen que ver con el ahorro extremo, reciclar agua, y convertir agua salada en dulce.Y hay lugares donde ha tenido un resultado positivo, como son los casos de Australia e Israel, en el primero encarecieron el precio del agua y en el segundo el tema hídrico es tratado con la seriedad de “seguridad nacional”.

Pero bueno, la siguiente situación que te voy a contar es terrible. Terrorífica. Y súper real. Ahora, lo bueno, viendo el vaso medio lleno (gracias, gracias), puede ser una oportunidad para que finalmente el mundo tome consciencia de que la crisis del agua ES REAL y no es propaganda hippie o conspiranoia.

Hoy. En febrero del 2018 una de las metrópolis más importantes del planeta, no un pueblito perdido al medio de la nada, en una selva o un desierto, o el altiplano- lugares donde eso ya comenzó a pasar hace rato- se ha quedado literalmente sin agua potable.

“Tienen que ahorrar agua como si su vida dependiera de ello, porque depende de ello”.

Y si, es en África, y yo sé que nos hemos “acostumbrado” a ver que las consecuencias más terribles de todo lo que hace la humanidad recae en ese continente, pero despabila por una vez que sea.

Además es en Sudáfrica, en Ciudad del Cabo, también conocida como Cape Town, una urbe igual o más grande y desarrollada que desde donde estás leyendo esto ahora. De hecho es uno de los destinos turísticos más visitados del planeta.

Y atención a este dato. (Puedes hacer la comparación con la ciudad donde vivas).

Ciudad del Cabo en 1995 albergaba a 2,5 de personas y hoy, 2018, cuenta con 4 millones de habitantes. (A principios de los 90, en Santiago de Chile vivían un poquito más de 3 millones de personas, hoy, según el censo del 2017, habemos 7.112.808 seres humanos metidos en la Región Metropolitana).

Ahora, sumado al aumento de la densidad de la población, Ciudad del Cabo, lleva años de escasas lluvias y sufre la peor sequía del siglo en el continente, que bueno, como te podrás imaginar, tiene causa y consecuencia en ese concepto que hace no tantos años todos pensábamos que era una alucinación de hippies que habían fumado demasiada hierba y que ahora es algo que solo Trump niega, hablamos del calentamiento global.

“Hemos emitido cantidades estratosféricas de gases de calentamiento global, que atrapan más calor del sol del que necesitamos. Esta energía extra en la atmósfera de manifiesta de muchas maneras, la mayoría de ellas violentas o incómodas. En la Ciudad del Cabo, es la sequía” ha explicado el vocero de la organización ambientalista Sierra Club, Javier Sierra.

Ahora, la cruda y seca realidad de Ciudad del Cabo.

“Tienen que ahorrar agua como si su vida dependiera de ello, porque depende de ello. Nadie debería estar duchándose más de dos veces a la semana”, dijo hace unos días las jefa de gobierno provincial, Helen Zille.

Desde el pasado 1 de enero, el gobierno limitó el uso del agua a 87 litros por persona y día. También se prohibió lavar autos, regar jardines o llenar las piscinas. También se pidió tomar duchas en lugar de baños y se aconsejó limitar el uso del lavaplatos.

Pero nada de eso hizo efecto. Según la alcaldesa Patricia de Lille el uso del agua continuó siendo “insensible”. “Ya no podemos pedirle a la gente que deje de desperdiciar agua. Debemos obligarlos”, dijo a la BBC.

Sumemos: Aumento desaforado en la densidad de la población, uso irresponsable del agua por parte de los seres humanos, poca lluvia, calentamiento global, etc. ¿Te suena como algo que sucede donde vives?

Entonces, desde mañana, en Ciudad del Cabo el consumo límite de agua para cada persona es de 50 litros.

Según de Lille confesó a la BBC, se llegó a un “punto sin retorno”, que tendrá su “DIA CERO” (como la canción de La Ley) el 21 de abril de este año. Un día en que el agua indefinidamente dejará de correr por las cañerías y se empezará a repartir 25 litros de agua por persona al día. Nada más.

A eso llegamos. Por el momento, y mientras los presidentes del mundo se ponen de acuerdo en las políticas mundiales, cada uno de nosotros debería al menos tener la decencia de partir por seguir estos 5 muy simples consejos para cuidar el agua de acuerdo a Acción Verde.