Seguimos con la serie de artículos sobre la fauna y la flora chilena en peligro de extinción. Aquí puedes leer el post introductorio, post #2 sobre el huemul y post #3 sobre el gato andino.

En Chile se puede encontrar diez especies de colibrí y de los diez, dos son especies endémicas (quiere decir que sólo se encuentran en Chile). Se trata del picaflor de Arica y el colibrí de Juan Fernández. El picaflor de Arica vive exclusivamente en el norte del país, en particular en tres valles: el Azapa, el Chaca y el Camarones. Las alas son verdes oliva y los machos tienen una garganta y cuello de un hermoso color violeta. Mide hasta 8 centímetros y pesa entre 2 y 3 gramos, por lo cual es el ave más pequeña de Chile.

El macho del picaflor de Arica

 

Por otro lado, el colibrí de Juan Fernández sólo habita la isla Robinson Crusoe. Exhibe un dimorfismo sexual extremo, tanto que los ornitólogos pensaban que eran dos especies distintas hasta los descubrieron juntos en un mismo nido. Es más grande que el picaflor de Arica ya que mide hasta 13 centímetros. El macho pesa ~11 gramos y las hembras ~7. Los machos son color naranjo con plumas dorados en la cabeza mientras la hembra tiene la espalda y las alas verdes pero un pecho blanco.

La hembra del picaflor de Arica

 

Lamentablemente ambas especies están en peligro critico de extinción y parece que sólo es una cuestión de tiempo hasta que se desaparezcan. El colibrí de Juan Fernández enfrenta una limitación importante debido a que vive en una sola isla y no migra como otros colibrí. Lleva más de 20 años clasificado en peligro critico. Se estima que su población se disminuye 1-9% cada año. En el pasado habitaba otra isla del archipiélago Juan Fernandez, la isla Alejandro Selkirk, pero allí se extinguió. Ahora quedan sólo 750 individuos y la tendencia parece irreversible.

El macho del colibrí de Juan Fernandez

 

A lo mejor cuesta creerlo pero la situación del picaflor de Arica es aun más grave. Hasta la primera mitad del siglo XX, de hecho, era muy común en los jardines de la zona. Sin embargo, en las ultimas décadas su población ha bajado bruscamente. Ahora estiman que sólo quedan 350 individuos en la naturaleza. Si la tendencia sigue así, advierten que la especie se desaparecerá en menos de 20 años.

La hembra del colibrí de Juan Fernandez

 

La principal amenaza para las dos especies es la introducción de plantas y animales invasivos. Los gatos con que el colibrí de Juan Fernández comparte la isla lo cazan. Históricamente, no ha tenido predadores y como resultado no les tiene miedo.

Además, las plantas que llegaron a la isla compiten con las plantas nativas, principalmente la Luma y la Dendroseris Litoralis, que usa el colibrí para alimentarse.

En los valles del norte, el hábitat del picaflor de Arica ha sido desplazado por la agricultura. Depende del árbol chañar como importante fuente alimenticia, pero los granjeros consideran que este árbol atrae ratones. El uso de pesticidas también puede influir en la disminución de su población.

Las crias del picaflor de Arica

 

Ambos colibrís son objeto de programas de conversación. Está prohibido por ley extraerlos de su hábitat. En Arica quieren crear programas de educación para fomentar la siembra y protección de plantas nativas. También se ha propuesto la compra de terrenos para crear reservas destinadas a la protección del picaflor de Arica. En la isla Robinson Crusoe, ya existe un proyecto gubernamental con la colaboración de ONGs que buscan controlar las especies introducidas y restaurar zonas silvestres. Los expertos dedicados a su conservación llevan a cabo un censo anual de ambas especies.

Pero si los últimos años nos indican el futuro, estos sólo serán un triste registro de la gradual descenso y eventual extinción de estas hermosas aves.