Un informe publicado esta semana reúne los testimonios de disidencias sexuales que viven en el país controlado por los talibanes. A pesar de que muchas de estas personas intentan escapar hacia territorios como Pakistán, allí también deben enfrentarse a la persecución y violación de sus Derechos Civiles.

El pasado 15 de agosto, los talibanes tomaron el control del Kabul, capital de Afganistán, y junto con ello, el terror se apoderó nuevamente de las calles de la ciudad: multitudes de personas se reunieron en el aeropuerto para intentar tomar un avión que los sacara del país, mientras que otras superaron peligrosos obstáculos para cruzar la frontera y alejarse del lugar. Al mismo tiempo, los soldados del cuerpo militar musulmán eliminaron las imágenes de mujeres en avisos publicitarios e impusieron un estricto régimen en el que debieron someterse a la figura masculina y en el que es obligación esconder su rostro a través de una burka.

A eso se le suma la imposición de un manual de conducta en el que se prohíben las relaciones homosexuales y demostraciones que den cuenta de identificación con la comunidad LGBTIQ+. En caso de negarse a estas u otras de sus numerosas normas, las consecuencias abarcan desde la humillación pública hasta la tortura y la misma muerte. Y a pesar de que sus autoridades manifestaron en diversos puntos de prensa que van a respetar los Derechos Humanos, la evidencia demuestra todo lo contrario. 

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Esta semana, las organizaciones Human Rights Watch y OutRight Action International publicaron un informe en el que alertan sobre la violencia que las disidencias sexuales y de género deben enfrentar actualmente en Afganistán. Asimismo, el documento, titulado Te encontraremos aunque te vayas al espacio, reúne los testimonios de personas que viven en el territorio o en sus cercanías y que han sufrido de ataques solo por su identidad de género u orientación sexual.


Según se declaró en varias de las entrevistas del escrito, el destino más común para quienes tratan de huir del país es Pakistán, pero allá también deben enfrentarse a la persecución y violación de sus derechos, por lo que Reino Unido se ha convertido en el destino que la mayoría persigue, debido a que ya han recibido a un número limitado de personas en este contexto.

“Es extremadamente importante que los gobiernos interesados ejerzan presión para que  se respete y reconozca el derecho de asilo ante los riesgos de persecución”, manifestó en el documento la vicedirectora de la División de Mujeres de Human Rights Watch, Heather Barr.

Puedes encontrar el informe completo aquí.