Hablamos con Antonia Amar, Presidenta Asociación Nacional Educadores Diferenciales Chile, que asegura: “No les interesa la educación de nuestros niños en el amplio sentido de la palabra.  Si no se preocupan por la educación regular menos les interesa la formación de los niños con necesidades educaciones especiales”.

Hemos visto de todo en los debates presidenciales y nos hemos llevado las manos a la cabeza ante la falta de compromiso con la que se tocan algunos temas de contingencia logrando que nos replanteemos que tan capacitado puede estar el futuro presidente/a de Chile. Y si bien la oportunidad de generar una discusión sustancial respecto del país que queremos se pierde al día siguiente en memes y momentos de poca monta, existe un tópico que ni siquiera se menciona por motivos que desconocemos: el futuro de la educación diferencial en Chile y los proyectos que deberían estar sobre la mesa para mejorar la calidad de vida de cientos de miles de chilenos que ven sus oportunidades limitadas.

El último Estudio Nacional de la Discapacidad pretendía entregar un diagnóstico de cómo viven los chilenos y chilenas discapacitados para posteriormente, avanzar en el diseño de políticas públicas pertinentes que lograsen su integración educacional en el país.

Sin embargo, no existe un diálogo ni participación entre los diferentes actores relevantes de la sociedad que puedan cumplir esta tarea y el futuro de miles de jóvenes queda rezagado a lo que pueden pagar sus familias en instituciones particulares.

Recién este mes (y cuando queda menos de una semana para las elecciones), diferentes candidatos subieron a sus respectivas páginas webs las medidas a tomar en términos de inclusión para personas discapacitadas. Sin embargo, la mayoría responde a una necesidad de circunscribir a estas personas en el mundo laboral dejando pocas –casi nulas- menciones a tomar en términos de educación temprana.

Demás está decir que unas cuantas y vagas menciones en el programa de gobierno, no hace justicia a que la educación diferencial quedase fuera del debate cuando uno de los temas de más contingencia nacional es justamente, la educación –junto a salud y seguridad-.

Se puede inferir que las personas con discapacidad no son un grupo lo suficientemente grande como para captar la atención de los políticos e integrarlos a su agenda de forma urgente. Pero ahí está el primer error: en Chile –y según datos de la misma encuesta Nacional de Discapacidad-  más de un millón de personas vive con una discapacidad severa. Se suma otra millón más cuando se trata de alguna situación de discapacidad calificada como leve.

Los datos entregados por Mineduc también señalan la existencia de 300 mil estudiantes con necesidades especiales cuyo futuro educacional se ve incierto al no existir estadísticas ni catastros sobre el tipo de enfermedades que padecen.

Antonieta Amar, Presidenta de la Asociación Nacional de Educadores Diferenciales de Chile, afirma que la displicencia con la que se trata este tema se debe a que la educación –en todas sus formas- siempre ha sido un tema conflictivo en la agenda presidencial y que los profesores simplemente no cuentan con la capacitación necesaria.

“Como asociación estuvimos la semana pasada en la Cámara de Diputados justamente en un seminario por el tema de la educación especial, y pudimos ver que es un tópico que no les interesa. En este país cuando se habla de inclusión se habla de una utopía. No hay realmente cambios ni un interés en los niños ni en las personas con habilidades diferentes” enfatiza.

“Es un tema gubernamental asociado a una falta de interés tremenda, la educación (diferencial) de este país no le interesa a ningún futuro presidente. Todo hablan de cambiar la educación pero es un cambio absolutamente irreal, creo que Sebastián Piñera dijo que iban a trabajar en los niños con dificultades pero fuera de eso no hay propuestas, absolutamente nada” agrega.

Amar también descarta que se trate de un tema de recursos: “Fui coordinadora comunal de un programa de integración y los dineros que llegan por subvención para esos niños con una necesidad educacional diferenciada, es bastante”.

Para la asociación, que cubre las necesidades transitorias –trastornos de aprendizaje, lenguaje, déficit atencional, inteligencia normal limítrofe- y permanentes: síndrome de Down, autismo, asperger y niños con discapacidad motora, el verdadero problema recae en la falta de profesores comprometidos y bien preparados.

“Efectivamente aunque la gente cuente con los recursos la educación que reciben no es buena por un tema de formación: para ser profesor se necesita una vocación real y no estudiar pedagogía porque no te alcanzó el puntaje para otra cosa. Mientras no se cambien las mallas curriculares  y no se prepare a un profesor de básica para trabajar en la diversidad, la situación no cambiará nunca” agrega la autoridad.

“No les interesa la educación de nuestros niños en el amplio sentido de la palabra.  Si no se preocupan por la educación regular menos les interesa la formación de los niños con necesidades educaciones especiales”.

“El hecho de tener una Teletón deja más que claro que los ciudadanos tenemos que aportar en lo que es una responsabilidad del Estado siempre, incluso cuando se trata del bienestar de los niños” finaliza.

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