Más de 200 documentos revelan que los problemas habían sido advertidos desde 2015. Químicos farmacéuticos habían notificado a las autoridades para que tomaran medidas

Por Juan Andrés Vallejos

Las condiciones irregulares en que se encontraban los insumos y medicamentos que son derivados a los CESFAM y postas rurales de la región de Aysén, no son una realidad reciente. La primera fiscalización data del año 2015 y fue efectuada por la SEREMI de Salud. Luego, en 2016, se realizó otra por parte de la Contraloría General de la República.

Ambas fiscalizaciones concluyeron que se necesitaba de forma urgente hacer cambios a los establecimientos debido a las falencias que se presentaban. 

Luego, en 2017, la Directora de Atención Primaria, quien por ese entonces era Sandra Ampuero, recibió en julio un correo desde el equipo de Farmacia de Salud Rural. Dicho correo reafirmaba las advertencias de la Contraloría y la SEREMI. “Le comento que actualmente no solo las condiciones de temperatura e higiene para los medicamentos son deficientes, sino que peor aún, no son las condiciones mínimas para mantener trabajando a nuestros funcionarios”, se puede extraer del correo. 

Se agrega también que, debido a las bajas temperaturas, el agua de los baños de los funcionarios estaba congelada y que ellos no contaban con ropa que cumpliera los estándares mínimos, como guantes, zapatos de seguridad y ropa térmica. 

Por otra parte, el equipo de farmacia y prótesis del Hospital Regional Coyhaique notificó también al Subdirector Médico del Servicio de Salud, Carlos Mansilla, del complejo escenario. El equipo hacía hincapié que en las bodegas “hay bienes para nuestros pacientes, familia, amigos y hasta para nosotros mismos”. También se describe que el lugar no superaba los 10 grados a las cuatro de la tarde, que es húmedo y que no cuenta con aseo.  Características que, de sostenerse en el tiempo, “producen un deterioro permanente en los medicamentos afectando su calidad, estabilidad y seguridad para ser administrada a pacientes”. 

En ese mismo mes, el equipo de Farmacéutica y Abastecimiento de Salud Rural realizó un informe en cual detallaba los tipos de falencia y hacía énfasis en que “no se reúne condiciones de funcionamiento básicos relacionados con la capacidad de almacenamiento, recepción de artículos y estantería”. 

El informe también advertía del “riesgo del ingreso de roedores, felinos, insectos, agua, tierra y otros agentes contaminantes”, los cuales vulneran la norma de Buenas Prácticas de Almacenamiento y Distribución. Del documento se extrae que la razón de este riesgo se debía a que “falta un sistema que impida el paso del aire y entradas de vectores”

Fecas de ratones, filtraciones de agua e instalaciones de gas en mal estado: las bodegas en la actualidad

Tras la publicación del reportaje en El Divisadero, en el se que denunciaba el almacenamiento de medicamentos e insumos médicos sin cumplir estándares del MINSAL, la actual Directora del Servicio de Salud de Aysén, Rina Cares, informó que se adoptaron medidas provisorias. “Me hice cargo de una situación ha hechos consumados que se arrastra del año 2012”, afirmó Cares en un punto de prensa realizado el 13 de julio.

La medida consistió en trasladar los medicamentos que estaban dentro de los contenedores desde 2014 a la ciudad de Puerto Aysén y devolver dichos container a sus propietarios. Sin embargo, este traslado no abarcó los medicamentos e insumos médicos que se encuentran dentro del galpón y en las oficinas ubicadas en la misma propiedad en donde estaban los siete contenedores para almacenaje marítimo.

Tanto el galpón como las oficinas fueron inspeccionadas por la SEREMI de Salud en junio de este año. Y el acta de inspección revela que muchas de las falencias dadas a conocer en años anteriores se han mantenido y que incluso han empeorado. 

Sobre las dependencias, la inspección constató que los pisos no son de un material sólido que cuente con un sistema de drenaje. Por lo que se pudo apreciar la existencia de filtraciones que lo hace resbaladizo. Incluso se afirma que algunos cielos rasos también tienen filtraciones. Aparte de goteras sobre cableado eléctrico y forados en las paredes, se advierte que las instalaciones de gas no están en buen estado. 

Se acredita que hay basura y muebles en desuso que se acumulan en distintas partes del lugar, que el pasto no se corta y que se encontraron fecas frescas de ratones tanto en las bodegas como en el baño de hombres. 

En cuanto a las condiciones laborales, el acta asegura que la calefacción es insuficiente, que a los trabajadores no se les entrega el reglamento interno de higiene y seguridad, que tampoco se les entrega ropa de abrigo y que los servicios higiénicos y artefactos sanitarios no se encuentran en buen estado de limpieza. Tampoco existen duchas con agua fría y caliente para aquellos trabajadores que han estado expuestos sustancias tóxicas o suciedad corporal. Además, el Servicio de Salud no les ha brindado a los funcionarios un comedor, tampoco casilleros y vestidores en donde puedan hacer cambio de sus vestimentas. 

Se tomó contacto con el Servicio de Salud para referirse a estos nuevos antecedentes, pero decidieron no referirse al tema. Por otra parte, el alcalde de Coyhaique, Alejandro Huala, calificó la situación como “muy grave” y aseguró que “en la región de Aysén merecemos una salud pública a la altura y condiciones adecuadas para los medicamentos”. Huala también aseguró que exigirán las fiscalizaciones y medidas correspondientes. “Prácticamente en esta región el 100% es usuario de la salud pública, lo cual hace de esta situación algo aún más grave”.

Puedes leer más sobre el trabajo de Juan Vallejos y este caso en particular revisando las columnas publicadas de forma exclusiva en El Divisadero.