El presidente de la Red Nacional contra la Violación, Abuso e Incesto en Estados Unidos dijo que “desmotiva mucho que salga una sentencia así”. Mundo enfermo y triste.

Luego de que dos mujeres acusaran a David Becker, de 18 años, de violarlas mientras ellas dormían, Becker fue condenado por delito sexual y lesiones. El juez del caso alegó que no hubo hallazgos, por lo que, de acuerdo a la ley del estado de Massachusetts, implica que si Becker cumple con su libertad condicional recién otorgada “sin incidentes”, el caso será archivado.

Si bien el atleta no se declaró culpable, sí se establece en el arreglo judicial que “existen suficientes hechos” para probar su culpabilidad. Con ello, el hombre de 18 años pudo salir de la cárcel. Como parte de su libertad condicional, Becker debe permanecer libre de drogas y no puede contactar a las víctimas. Además, debe someterse a evaluaciones psicológicas por su conducta de agresor sexual.

Scott Berkowitz, presidente de la Red Nacional contra la Violación, Abuso e Incesto en Estados Unidos, se mostró evidentemente decepcionado por la resolución del juez. “Desmotiva mucho que todos estén haciendo su trabajo en aquel proceso…para que salga una sentencia así. No creo que a algún juez se le ocurra la misma idea con un asesino, de pensar “démosle libertad condicional, merecen una segunda oportunidad”.

De acuerdo con lo que el abogado defensor de Becker, Thomas Rooke, expresó, se desprende un afán por perpetuar una parodia del diálogo de la cultura de la violación, ya que defiende a su cliente de la siguiente manera: “Todos hemos cometido errores a los 17, 18 o 19 años, y no se nos debería condenar de por vida por un crimen como el de ser un agresor sexual. Poner a este chico en la cárcel por dos años habría destruido su vida”.

Por supuesto, como si las vidas de sus compañeras no estuvieran arruinadas.

El caso, recuerda al de Brock Turner, el seleccionado de natación de la Universidad de Stanford, que fue condenado a apenas seis meses de cárcel luego de violar a una compañera, cuyo desgarrador testimonio impactó al mundo entero. Ahí también su abogado sacó una defensa aberrante: “No queremos privar a USA de la posibilidad de un nuevo Michael Phelps”.