Las segundas partes no siempre son malas.

Por Ignacio Basualto

La industria cinematográfica moderna tiene reservado un asiento especial para cualquier película que provenga de los estudios Pixar. No es para menos, pues hablamos de la compañía de animación más exitosa y galardonada en la historia del cine comercial. Por lo mismo, el estreno de “Los Increíbles 2”, a 14 años de la original, constituye un acontecimiento especial para los fans de la cinta, pero también para cualquier amante de la animación.

Y es que la primera entrega no solo es recordada como una excelente película para niños, sino por llevar al género de los superhéroes por caminos poco explorados para su época (estrenada en 2004, mucho antes del boom de cintas basadas en comics). Brad Bird, prócer del cine de animación, dirigió un filme que mezclaba múltiples géneros, desde la acción hasta el drama familiar, logrando equilibrar varios elementos para desarrollar una historia que no se limita simplemente a entretener, sino que se transforma en un retrato de la vida moderna de ese entonces.

“Los Increíbles 2”, dirigida por el mismo realizador, sigue un camino similar.

La trama ocurre exactamente donde terminó la primera película, con la familia Parr buscando tener una vida sencilla, al tiempo que debaten el uso que deberían darle a sus poderes. Luego de ser cuestionados por el gobierno, una pareja de empresarios buscará legitimar a las “personas súper” con un elaborado plan, que tiene a Elastigirl (Helen Parr) como pieza clave. Esto motiva que el rol arcaico del concepto de roles familiares se derribe, al ser Mr. Increíble (Bob Parr) quien deba cuidar de los niños, mientras su compañera de aventuras es la estrella del momento.

Por supuesto, la problemática es muy acorde a la contingencia actual.

El guión estructura la historia de manera inteligente, cuidándose de jamás caer en lugares comunes ni sentimentalismos baratos. Entiende a la perfección cuándo los personajes necesitan soltar lo que están sintiendo, así como los momentos adecuados para recurrir a la acción y comedia. “Los Increíbles 2” se logra sentir fresca, dinámica y con un discurso claro y preciso.

Brad Bird demostró ser un extraordinario director de escenas de acción con la correctísima “Misión Imposible: Protocolo Fantasma”, lo que repite a cabalidad en este metraje, mejorando de forma significativa lo que vimos en la primera película. La construcción de las escenas, los tiros de cámara y el uso de la banda sonora (compuesta una vez más por Michael Giacchino), conjugan en varias secuencias sorprendentemente atrapantes, que incluso alcanzan altas dosis de suspenso.

El uso de los poderes de Elastigirl en dichos momentos de acción resulta muy ingenioso, abriendo una serie de posibilidades brillantemente explotadas en los momentos claves de la cinta.

Pero quien se roba la película completa es Jack Jack, el bebé con múltiples superpoderes que recién comienza a descubrir todas sus habilidades. Las secuencias que incluyen a este personaje son hilarantes, al punto de varios de los momentos más “débiles” del guión son rescatados a tiempo por algún nexo divertido con el pequeño. Frozono, el amigo con poderes de hielo, y Edna, la meticulosa diseñadora de modas de superhéroes, también juegan un rol importante en esta secuela, siendo una presencia grata y que aporta al relato.

Ahora bien, probablemente lo más débil de “Los Increíbles 2” sea su antagonista. La trama peca de ingenua al intentar “ocultar” a la mente maestra detrás de los acontecimientos, pues resulta bastante obvio quién es el villano, prácticamente desde un principio, pese a utilizar un concepto interesante.

En ese sentido, el fanboy-supervillano “Síndrome”, de la primera película, es una presencia que se extraña en este metraje. Y es que no hay grandes riesgos en la trama principal, se juega bastante a lo seguro y si bien la cinta nos entrega una gran experiencia de entretención, falta ese agregado de sorpresa que siempre eleva a una película al siguiente nivel.

De todas formas, “Los Increíbles 2” constituye una de las mejores secuelas que nos ha entrega Pixar, con acción, diversión y temas reales durante las casi dos horas de metraje. Aquí los personajes son los protagonistas, sus problemas, emociones, más de allá de los superpoderes y gadgets que contribuyen a la entretención. Y eso es exactamente lo que amamos de estas historias

https://www.youtube.com/watch?v=yxwBdtQ4XSE