Tu angustia, cansancio y agobio no tiene nada que ver con la astrología ni con Mercurio Retrógrado.

El año pasado me operaron de un tumor en la rodilla, me rompí la rótula y un tendón de la misma pierna operada, me entraron a robar a la casa y como guinda de la torta, a final de año, me separé.

Mis amigas más creyentes en la astrología me decían que “algo debe estar pasando con el universo porque a todos les está pasando algo malo” o “mercurio retrógrado amiga”, pero esos argumentos, de verdad, los vengo escuchando cada vez que pasa algo terrible, todos los años. Todos los años una amiga comenta “oye este año la cagó que todas las parejas están terminando” y sí, porque bueno, sorpresa, todos los años la gente termina pero a veces estás más pendiente y otras no. Para mí las cosas malas son parte de la vida y todo-o casi todo- lo que me pasó, fue porque soy experta en tomar malas decisiones, de las que no culpo al universo, sino que a mí misma y al capitalismo que se ha encargado de sumergirnos como generación en una gran depresión.

No niego que a veces igual creo en cuestiones no probadas por la ciencia, porque estoy segura que como especie nuestro cerebro también tiene un límite como el del resto de los animales y es imposible que logremos entenderlo todo, y más ahora que, estando inestable, busco respuestas en muchas cosas que tal vez antes me hubiesen parecido ridículas: me han leído el tarot y hasta he pensado en ver mi carta astral, no como algo que me vaya a dar una verdad absoluta, pero sí para considerarlo como una interpretación o un consejo externo que me podría servir.

Según un estudio del psicólogo Graham Tyson, en 1982, la mayoría de las personas buscan respuestas en la astrología en momentos de estrés, un resultado que tiene sentido si consideramos que según un estudio de la Asociación Americana de Psicología, los millenials son la generación más estresada.

(Mia Astral claramente no está de acuerdo con este artículo)

Pero bueno, con este auge de la astrología y astrólogos que invaden internet, “mercurio retrógrado” es un concepto que hemos escuchado bastante en estos últimos años y que nos advierte que deberíamos quedarnos encerrados en nuestras casas sin tener contacto con nada ni nadie: “No compres artículos electrónicos, no tomes decisiones importantes y no discutas con gente”, son algunas de las cosas que no hay que hacer durante este período y que no deberías hacer en este preciso momento, porque se supone que mercurio está retrógrado hasta el 28 de marzo.

¿Y qué es mercurio retrógrado? Bueno, para los científicos simplemente que mercurio esté retrógrado o que cualquier movimiento sea “retrógrado”, sólo es una ilusión óptica.

Mercurio es el planeta que está más cerca de la tierra y se demora 88 días en orbitar el sol, 277 días menos que la tierra.

Rick Fienberg, vocero de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos y que dio una entrevista sobre el tema a The New York Times, explica el fenómeno pidiendo que nos imaginemos que Mercurio es un auto de carrera en una pista de alta velocidad y que la Tierra es otro auto que está en una pista más lejos del círculo ovalado.

Al ver el cielo desde el hemisferio norte, pareciera que los planetas se mueven de izquierda a derecha, pero tres o cuatro veces al año, se genera esta ilusión óptica que pareciera que mercurio está yendo al revés y eso sería el famoso mercurio retrógrado.

El efecto visual, según Fienberg, es parecido al de acelerar para adelantar a otro auto y por un momento parece que ese vehículo va más lento, pero en realidad va a la misma velocidad.

Los científicos están en contra de la base de la astrología: estudios han llegado a la conclusión de que el movimiento de los planetas no influye en lo que sucede en las personas, pero por supuesto que ni los astrólogos ni todo el mundo confía 100% en la ciencia.

Como en todas las áreas, hay astrólogos y astrólogos. Al ser una disciplina que muchos encuentran que no tiene ningún valor, los más comprometidos y responsables estudian y buscan el reconocimiento con distintos exámenes, como el de CAP (Certificación de Competencia Astrológica) de la Sociedad Internacional de Investigación Astrológica (ISAR), donde miden sus aptitudes metafísicas y capacidad para leer las estrellas, en una prueba a libro abierto de seis horas de duración, donde les preguntan, entre otras cosas, “cuál es la mayor distancia entre el Sol y el ecuador celeste”,”cuál es el armónico de un aspecto quintil, y cuántos grados tiene” o “con qué frecuencia Mercurio y Venus están en conjunción de un trígono”. Una prueba que, honestamente, dudo que la gran mayoría de las personas que dicen leer la carta astral o que saben sobre astrología, podrían pasar.

Pero bueno, ellos, los más doctos, creen que muchos astrólogos exageran con lo que significa “mercurio retrógrado” y el caos que provoca, ya que no es nada tan terrible como para que tengas que esconderte de la vida y no salir de una cueva.

Según la astróloga Chani Nicholas, “Le ponen demasiado énfasis por lo general” y no es una tragedia, sólo una molestia.

¿Es la astrología la religión de los millenials? Yo creo que sí. Nuestra generación vive en un mundo completamente racionalizado, tenemos solución para casi todas nuestras demandas como aplicaciones que nos ayudan a dormir o que nos traen comida a la casa, pero nada de eso nos ayuda en el auto-conocimiento. Lo tenemos todo pero a la vez nos estamos cuestionando las tradiciones con las que crecimos como el matrimonio, las relaciones, hasta la veracidad de la información que nos entregan los medios. Nos estamos cuestionando muchas cosas que, para la generación de nuestros abuelos y papás, la solución creían encontrarla en la religión.

Los millenials tratamos de encontrar las respuestas a la vida en lo místico, porque pensamos que las respuestas están dentro de nosotros, que todo cambia constantemente, como lo hace el universo y, por ende, los horóscopos, el tarot o la carta astral.

Al final de todo, creamos o no en la astrología o en mercurio retrógrado (nunca en los horóscopos del diario o revistas por favor), lo único que todes queremos con esta búsqueda de respuestas ante una vida que muchas veces nos abruma, es encontrar algo, cualquier cosa, que nos haga sentir que levantarnos en la mañana tiene sentido.