El fotógrafo Luke Gilford descubrió por primera vez la subcultura de una comunidad de rodeo queer en un evento del Pride en el norte de California, y desde entonces, se propuso documentarla para mostrar que hasta en los rincones más homofóbicos del país existen historias de orgullo y resistencia LGBTIQ+.

“Pese a que el país se está dividiendo y polarizando cada vez más, aquí hay un mundo inclusivo e interseccional, una comunidad que abarca ambos extremos del espectro cultural estadounidense”, comenta el artista, señalando que esto era algo que sentía que “necesitaba ser visibilizado con urgencia”.

El primer acercamiento de Gilford con esta controvertida actividad fue en sus primeros años de vida. Creció en Colorado, en un pequeño pueblo de montaña llamado Evergreen; y su padre estaba en la «Professional Rodeo Cowboys Association», pero años después se mudó a Los Ángeles a estudiar arte en la UCLA y hoy es un reconocido fotógrafo en el circuito de arte estadounidense.

Sus obras se han exhibido a nivel mundial en lugares como MoMa en Nueva York y Foam en Ámsterdam, ha filmado campañas para Valentino, Apple y Mercedes Benz, y su trabajo ha sido publicado por medios como The New York Times, Vanity Fair y Vogue.