por Juan Fontaine, co-fundador de Accionet y creador de Apaño tu Pyme

Mucho se ha hablado de la innovación en estos últimos días como algo urgente para las empresas, independiente de su tamaño. Nosotros mismos, desde ApañoTuPyme, estamos apoyandoa más de 3.500 pymes para que se adapten alos nuevos escenarios e inicien el camino hacia la digitalización.

Hoy las empresas ya comienzan a ver las ventajas que generan introducir nuevas herramientas en las dinámicas de trabajo: Videollamadas, mantener archivos en la nube, google drive, slack, trello, entre otras aplicaciones, se han tomado el día a día de quienes se encuentran cumpliendo funciones desde sus casas.

Y si bien pueden existir varias oportunidades para mejorar su uso, nadie discute que abren innumerables posibilidades, significando un punto de no retorno, pues, una vez introducidas, se transforman en imprescindibles.

Sin embargo, la innovación-que hoy adquiere principal importancia a través de la digitalización-puede generar el efecto contrario, e, incluso, alejarnos de los resultados esperados si es vista como un parche que viene a curar las heridas que deja esta pandemia o como una vacuna que nos va a proteger ante la crisis económica.

La innovación no puede ser temporal ni debiera ser llamada sólo ante casos de emergencia. Sino más bien, tiene que ser entendida como algo esencial.

innovación

En definitiva, la innovación no debiera ser parte de un proceso, sino el proceso.

Nadie puede decir que no lo sabía.

Las empresas, de algún modo, conocían de la importancia de innovar y de la necesidad de digitalizarse. Nosotros como emprendedores e innovadores, trabajamos con varias empresas en ese proceso de transformación. Sin embargo, en la búsqueda de nuevos clientes era frecuente encontrarse con organizaciones que no querían empezar un proceso en esa línea, mirando la innovación como una interrupción anecdótica de su comodidad, prefiriendo siempre ser los segundos en tomar el riesgo de crear algo nuevo.

Hoy, con todo lo que ha pasado, queda demostrado lo costoso de esa actitud y la necesidad de comenzar a mirar al futuro de manera global y sin miedo dar un salto hacia el cambio. Las condiciones perfectas no existen y hoy nos queda claro que es necesario ir continuamente adaptándonos.

Quizá si viéramos en todo constantes crisis, veríamos también constantes oportunidades para innovar, entendiendo que es el camino para sobrevivir en este mundo acelerado.

Es un hecho: las empresas que hoy mejor están sobrellevando la crisis son aquellas que tenían, o que rápidamente incorporaron, la innovación dentro de su ADN. Las que comprendieron que no sólo pueden contar con más herramientas para defenderse en esta crisis, sino que para cualquier situación de riesgo que pueda venir en el futuro.

Como decía Bob Dylan, “The Times They Are A-Changin”.

Innovar es el camino.

*Fotos gentileza Unsplash