Toto Duarte vive en Valparaíso, y dibuja y escribe de lo que le pasa, el amor, el dolor, la felicidad de tener amig@s, entre otros.

En esas extrañas coincidencias de la vida, con Toto Duarte fuimos compañer@s de colegio por un par de años. Yo había llegado en 3º Medio y nos veíamos generalmente en el patio porque frecuentábamos el mismo grupo de amigos. Siempre amable y cercan@, habremos conversado unas cuantas veces sentadas en la cuneta que separaba el patio de uno de los edificios para los niños más chicos. Años después, nos encontramos un par de veces caminando por Valparaíso o en Pagano, la disco cola por autonomasia del puerto.

No hace mucho me enteré que Toto Duarte era efectivamente la misma persona que conocí en la época escolar y que, además, sus ilustraciones me saltaban de cuando en vez en Facebook, Instagram y otros sitios de Internet. Sus dibujos hablan de la soledad, del amor, de los amig@s que forman tu familia, lo duro que es crecer y el aceptarte a ti mism@.

El ver su perfil en Instagram, que es una vitrina de todo su trabajo, también es una cachetada personal al poco tiempo que uno se da para conocer al otro, como el tiempo efectivamente lo cambia todo y, desde una perspectiva profesional, sus ilustraciones resuenan, y deberían hacerlo más, en un momento clave para aceptar a todas las otras expresiones de género, identidades y sexualidades que existen.

toto duarte

Toto Duarte fue la cofundadora, con Sofía Garabito y Catalina Cartagena, de la editorial independiente Galope Ediciones y ya ha lanzado varios títulos suyos, de los que destacan “Saudade de un astronauta”, “Algo dentro se vuelve azul”, “Cosas que pasan y yo estoy ahí” y “Una serie de historias que nunca mostré y que ahora puedes ver”, los últimos dos editados por ella misma fuera de Galope. Y durante marzo estará dictando un taller en el laboratorio interdisciplinario de artes gráficas, textiles y reflexión cultural “Boceto & Puntada” en Valparaíso.

Conversamos con ella para saber más sobre su trabajo y su historia de vida:

¿Cómo tu trabajo te ha ayudado a entenderte a ti mism@ y a las personas que te rodean?

Mira, ahora lo siento así: el dibujo me ha ayudado a armar un mapa de mí. Veo mis dibujos de hace tres años atrás, veo en la que estaba, y me doy cuenta que dibujar y escribir son ahora un registro de la persona que era. Aprender a conocerse es quizá la tarea más difícil.

toto duarte

Muchos de tus dibujos hablan de experiencias personales, como el crecer, el amor, la amistad y el dolor, ¿por qué expresarte de esta manera tan íntima en tu trabajo?

Porque estallé. Creo que pasé mucho tiempo en mi vida guardándome cosas, no tuve el privilegio de aprender a comunicarme bien desde pequeñ@, por miedo o por vergüenza a hablar me mantuve en silencio. Por eso dibujaba y escribía, era el recurso de más fácil acceso, bastaba con tener un cuaderno y un lápiz para sacar por algún lado lo que pensaba. En un principio lo hacía para mí. Y pasó que algunas personas al ver estos registros me decían: “ohh, yo me he sentido así”.

También me gusta dibujar reflexiones o diálogos que salen en conversaciones con amig@s, frases de canciones, recordatorios para l@ Toto del futuro. Lo que quiero decir con esto es que no decidí conscientemente que fuera íntimo: sucedió. Lo íntimo se dio de forma natural, no lo escogí. Obvio
que ahora hay algo distinto, porque me di cuenta que esto que hacía/hago es también un oficio, y desde ese lugar empecé a trabajar otras cosas.

¿Qué es lo más difícil de trabajar en un entorno colaborativo y “hágalo usted mismo”? ¿Y lo más gratificante?

El hazlo tú mismo me llevó a lo colaborativo, no fue al revés. Me acuerdo de cuando hablé con Martina y me invitó a colaborar para una feria que estaban armando en Áncora 517, desde ahí empezó todo. Viví dos años en La Finca, un proyecto autogestionado, territorial y colectivo por Avenida Alemania, allí colaboré de forma activa y presencial en todo tipo de eventos, gestionar y activar con amig@s encuentros como fue la Feria de Rayas, un montón de tocatas, conversatorios. Lo pasé muy bien.

Lo más gratificante creo que siempre son los vínculos, las personas que vas conociendo, l@s amig@s fundamentales. Toda esa red me ha permitido persistir cuando pienso que ya ni vale la pena seguir intentando, y viceversa. En lo colaborativo es importante, y a la vez complejo, saber poner límites y tener roles claros. Pasa bastante que hay personas que trabajan mucho y hay otr@s que descansan en esas personas. No tiene sentido.

Aunque tu entorno te crio como mujer, como una forma de “normalizar” ¿Cómo has llevado el ser xxy (intersexual)?

Ha sido duro, triste, emocionante, extraño, todo. Es algo que he ido aceptando y reconociendo en estos últimos años. Por mucho tiempo tuve la certeza de que no era mujer y tampoco un hombre; es complejo ser adolescente y tener esos cuestionamientos sin hallar respuestas reconfortantes. Sobre todo cuando creces en un contexto cristiano, tradicional, opresivo. Fue difícil, porque en mi caso esto de ser “xxy” se presentó como una condición genética y biológica, por tanto también se manifestó en mi cuerpo. Eso fue quizás lo que más costó: aprender y seguir aprendiendo a vivir en un cuerpo distint@. Ha sido doloroso y hermoso. Nadie te enseña que puedes encontrarte con cuerp@s con pliegues y formas diferentes. Si no es porque lo experimentas, o te encuentras en la vida con seres intersexuales o trans, o si no es porque te mueves en círculos donde estos temas se hablan, no sabrías que existimos.

¿Cómo se refleja esto en tu trabajo?

Se está recién reflejando, antes no hablaba de estas cosas abiertamente. Lo compartía con mis cercan@s. Ahora pienso que es una misión hablar más de esto, que es íntimo pero que no debería serlo tanto. Ahora pronto se va a publicar la Agenda Kuir (Trío Editorial, Valparaíso) donde colaboré con un cómic que habla de estas cosas.

¿Por qué crees que es importante abrir los caminos para que todas las perspectivas de género tengan cabida en la sociedad?

Más que importante es necesario. No puedes negar la existencia de human@s fuera de la clasificación binaria varón/mujer. Yo soy unx. La intersexualidad o personas intersex es invisibilizada por la ideología del sistema médico/político/social, que con sus prácticas de mutilación, hormonización, medicación, produce cuerpos feminizados y masculinizados para insertar a las personas en el dualismo varón/mujer y sean funcionales a los valores de la ideología dominante heteronormativa.