El nivel de intimidad y honestidad de lo nuevo de la pareja de monarcas absolutos de la música actual los lleva a “Everything Is Love” a otro nivel, uno que difumina para siempre los límites entre lo privado y lo público.
Love is universal.
Love is going to express itself as a form of forgiveness
and compassion for each other.
SUMMER, Everything Is Love.
Fue un sábado 16 de junio, día improbable para un estreno musical, en que el mundo pudo escuchar por primera vez un álbum de The Carters, el pseudónimo del dúo musical que componen Beyoncé y JAY-Z. Es de conocimiento público que no solo son marido y mujer desde 2008, si no que también son un imperio de la música; un negocio de familia capaz de tener al público a sus pies independiente de lo que saquen, con quien colaboren y en que escenarios se paren. Beyoncé no es ajena a los lanzamientos sorpresa (Beyoncé y Lemonade no recibieron ningún tipo de publicidad previa), así que esta movida junto a su esposo no era algo inesperable. De alguna forma, lo fue.
Ambos son figuras reconocidas mundialmente con carreras separadas, profundamente públicos y a la vez, impermeables. Más allá de su casamiento, el anuncio del embarazo de Beyoncé de Blue Ivy en los VMAs 2011 y de sus gemelos por Instagram, en 2017 y la pelea pública de JAY-Z con Kanye West, entre otros eventos menores, poco y nada se sabe de uno de los matrimonios artísticos más icónicos de la historia de la música. Un video de la hermana de Beyoncé, Solange, pegándole a JAY-Z en un ascensor, rumores de crisis matrimonial e infidelidad de parte de JAY-Z y Beyoncé más hermética que nunca.
La primera parte de esta historia musical pasó con Lemonade (2016), el disco más personal de Beyoncé donde reflexiona sobre la figura de la mujer negra y su propia vida, en dónde esa infidelidad, el desamor de encontrarte en una situación que no elegiste y el poder del perdón son los elementos principales. Ahora, ¿quién era Becky with the good hair? El Internet se volvió loco intentando encontrar quien fue la mujer con la que engañaron a la reina de nuestros corazones, porque ¿cómo era posible tamaña traición? En algún punto, muchos creyeron ser Beyoncé para identificarse con ese “dolor” del cual no sabemos nada.
Y JAY-Z salió a pedir disculpas, también musicalizadas. En 4:44 (2017), el rapero de Brooklyn hace lo suyo: habla de raza, de hip-hop, de su familia y las relaciones que tiene con otros. También, pide perdón por engañar a su mujer. Todos estábamos impactados, porque eran personas de poder teniendo problemas reales.
Everything Is Love es la tercera parte de una trilogía musical, un producto que sella el perdón ejercido en una relación y la celebración de éste y el poder que hay en el ser negros (y ricos). Es una forma bastante pública de renovar sus votos, pero a parte de los tours On The Run, es lo más abierto que se han mostrado.
El hacer música juntos sirvió casi como una terapia de pareja para ellos, al juntar lo que ambos hacían por separado en un disco compartido. En Everything Is Love ambos toman la dirección creativa y la libertad de roles se difuminan en cada canción, con una Beyoncé rapeando constantemente y un JAY-Z sacando todas sus habilidades como productor. Es, también, un recuento de una relación completa que tiene más de una década, desde los primeros encuentros a los nacimientos de sus tres hijos y todo lo que han hecho para asegurar el futuro familiar (como en BOSS, donde Beyoncé rapea que sus tatara tatara nietos ya son ricos, y que esos son muchos niños en la lista de los más ricos de Forbes).
Por si fuera poco, el disco (más el single “SALUD!”, que no aparece en el álbum sino que fue lanzado solo) está acompañado por el video de “APESHIT”, que fue grabado por completo en un museo Louvre cerrado para ellos y sus bailarines. La portada de Everything Is Love y “SALUD!” están fotografiadas en estas sesiones de grabación, con los modelos delante de cuadros hechos por y para los blancos, en un museo que reúne arte robado, arte que muestra el poder de los colonizadores europeos y no de los pueblos bajo el yugo, o si existen como “Retrato de una negra (Portrait d’une négresse)” de Marie-Guillemine Benoist siempre fueron vistos a través de esta óptica blanca.
“APESHIT” es una pieza visual de arte-dentro-del-arte, como si ellos mismos estuvieran dentro de otro cuadro colgado en alguna galería de arte en el mundo; dicha galería hoy se llama YouTube o TIDAL (streaming de música de los que son dueños), protagonista constante de lanzamientos. Así, el arte que nos entregan los Carters es completamente político por dónde se le mire, una demostración del poder que dos estrellas pop pueden adquirir si se es capaz de mantener en las sombras por mucho tiempo problemas personales y que, en el momento en que ajenos los escuchan, se transforma el silencio en una oportunidad de gritar por todos lados: somos ricos, humanos y nos amamos por sobre todo.
No cualquier puede cerrar el Louvre por completo y grabarse delante de la Mona Lisa, como si ese cuadro que todos quieren ver detrás de ese vidrio fuera una acompañante de este matrimonio más relevante y fuerte que los de cualquier miembro de las realezas que aún quedan en el mundo. Porque hoy, la única monarquía que reina es la de la música negra.