Ya van siglos de este re acomodo de la figura femenina en el juego este de la sociedad. Mi visión evolutiva es optimista, luego de una historia patriarcal todo bueno puede salir de un orden social basado en el amor maternal (sin restarle jamás los méritos a la maravillosa fuerza masculina, pero de todos los superhéroes de las tiras cómicas, la WONDER es precisamente WOMAN). Enfatizo de todos modos, en que la gracia no la provee el género si no la tintura sensible de la femineidad, presente en todo individuo que habita la faz de la tierra, TODO.
Entonces es precisamente ahí donde radica la “lucha” esta. Con el reconocer la integridad alucinante de cada ser humano. Y para ello, las mujeres han tenido que abrirse lugar en el reconocimiento. Urge romper las convenciones.
Es sabido que los sueldos lamentan una diferencia genérica penosa. Hoy se está luchando en grande y la industria de la moda está, enhorabuena, sumándose a la bandera de la justicia con la revolución de un llamado Equal Pay Pledge.
Un terno no alcanza con el porcentaje variable de gastos con el ingreso de una chiquilla. Y es ridícula la cantidad de vestidos que alcanzan con el mismo porcentaje del chiquillo. Entonces balanceemos todo.
Oficial y solemne, Michelle Obama puso la Casa Blanca como cede para la cruzada de la paridad y hasta ahora 28 compañías del sector privado han iniciado la marcha, Patricia Arquette y Oprah Winfrey estuvieron ahí para contarlo y toda esta vorágine sucedió el reciente Martes. Todo sucede ahora.
GAP, AMAZON, Stella McCartney, Pepsico, L’Oreal son algunos de los que están ya comprometiéndose con la causa del trato igualitario entre géneros esta vez en el mercado textil.
Si quieres ver el anuncio o la lista completa de marcas que hasta ahora adhirieron, puedes visitar esta web, o conocer más detalles de la iniciativa aquí.
Si vamos a ganar igual, gastaremos como tal. Larga vida a la equidad.