¿Recuerdan cuando en 2019 todxs usamos esa app para jugar y ver nuestra versión anciana, hasta que la funaron por su cuestionable y peligrosa política de datos? Bueno, por alguna razón, todo el mundo la volvió a usar.
Las redes sociales se plagaron no sólo de resultados personales, sino también del experimento aplicado en famosxs y gente de todas partes en su versión-sexo-opuesto. Muchas celebridades andan compartiendo sus transformaciones.
En conclusión, podríamos pensar que la pandemia subió los niveles del ocio a tal punto que el mundo olvidó el asunto del robo de datos de esta app que fue noticia en 2019, y motivo por el que pasó de moda o fue cancelada.
O quizá, la “new age” digital que agudizó la cuarentena, llevando los niveles de virtualidad a lo más alto, de alguna forma logró que la gente dejara de resistirse a este tipo de cosas, porque como ya todxs sabemos y bien dijo el Snowden: nada es privado.
Aunque en una de esas sin pandemia iba a pasar igual. Como sea, quisimos averiguar por qué existen tantas advertencias y sospechas hacia la app y la compañía que está detrás de ella.
Robo de datos e imágenes
“FaceApp recolecta todo el contenido generado por el usuario, ya sean fotos o videos registrados con la cámara de tu celular como otra información del comportamiento por medio de herramientas de análisis de terceros, cookies e identificadores de tu dispositivo para proveer contenido personalizado y publicidad”, se lee en los términos y condiciones.
El punto es que estos sistemas son rentables ya que viven del uso de comercialización de tus datos personales, muy jugosos para las empresas y los algoritmos, y de la venta de imagen (tu foto) que cargaste y automáticamente cediste. O sea, le regalas tus datos y fotos a Wireless Lab, la compañía a cargo de la app.
O sea, básicamente estás dando el consentimiento de que tu foto pueda ser usada para publicidad en Rusia, o Estados Unidos, o Dubái. Bueno, la aplicación proviene de Rusia, y por alguna razón su boom aparece y reaparece cada cierto tiempo desde que se lanzó en 2017.
Como con toda plataforma, para poder usarla, debes aceptar los términos, con lo cual permites que la app venda, transfiera o comparta tu información personal para fines comerciales y desinversión corporativa. Proveedores de servicios y “ciertos terceros” compilan tu información de navegación.
“Nuestros proveedores de servicios y ciertos terceros (por ejemplo, redes de publicidad en línea y sus clientes) también pueden recopilar este tipo de información a lo largo del tiempo y en sitios web de terceros y aplicaciones móviles”, advierte FaceApp.
Aunque una empresa asegure que no va a acceder a tu información personal, sea del celular o computador, la letra chica recae en que sí la podrían compartir con corporaciones que se afilien a la marca.
Adicionalmente, no informa sobre los aspectos básicos del ecosistema de seguridad de la nube.
Existen dudas respecto a si los vídeos y el material que se edita en el dispositivo, se usa o comparte. Tampoco queda claro si los videos van temporalmente a la nube, o quedan almacenados permanentemente.
La forma más arriesgada de acceder a la popular aplicación de filtros, es a través de Facebook, ya que así puede extraer información adicional como tu nombre y apellido, el número de amigos que tienes en la red social, tu actividad en línea, historial de navegación, cuánto tiempo pasaste en una página o pantalla y de qué forma interactuaste, además de datos como el tiempo en el que permaneciste en cada sitio.
Compañía sospechosa
En 2019, fue tanto el nivel de polémica alcanzó, que el tema llegó a discutirse en el parlamento estadounidense y su creador, Yaroslav Goncharov, decidió configurar las políticas de la app. Sin embargo, con eso no dejó de ser peligrosa.
Por alguna razón, la base de la compañía está registrada en todos lados en San Petersburgo (Rusia), sin embargo en sitios como Playstore de Android la sede figura en Wilmington, una ciudad de Delaware, Estados Unidos, un estado polémico por tratarse de una especie de paraíso fiscal.
Diversos expertos a lo largo del mundo insisten en que, pese a los avances en la política de la plataforma, sigue presentando riesgos. También es curioso que cada cierto tiempo despierte de forma explosiva en la población global, como ocurre de moda por estos días.
Recordemos que hay expertos en algoritmos y manipulación de conductas y tendencias virtuales detrás de estos sistemas.
Sin ir más allá ni ponernos conspiranoicos, piensa bien a quién regalarle tu selfie.