Este miércoles salió a la luz el caso de Natalia Grace: niña que según los medios de comunicación alrededor del mundo tildaron como una adulta con enanismo que quería asesinar a sus padres. Sin embargo y pese a que todos corrieron a comparar la historia de Natalia con la película de terror “La Huérfana”, resultó ser una caso de negligencia grave donde una menor de edad pudo morir tras el abandono.

Los padres adoptivos de Natalia decidieron ampliar la familia adoptándola el año 2010. Según contaron a la policía, lo que llamó la atención de su madre en menos de un año, fue que Natalia menstruaba y tenía vello púbico. Lo anterior fue suficiente para que sus padres cayesen en un espiral de paranoia afirmando a todo el mundo que su hija en realidad era una adulta.

Natalia sufre de trastorno displásico de la ecuación, enfermedad donde la pubertad llega mucho antes de lo habitual. Sin embargo lo padres lograron cambiar la edad legal de Natalia en el tribunal de Indiana a más de 20 años cuando en realidad la niña no tenía más de 10.

Pasado el tiempo, uno de los hijos biológicos del matrimonio ganó una beca para estudiar en Canadá, y los Barnett decidieron huir dejando atrás a Natalia. La niña se quedó sola en un departamento cuyo pago anual quedó adelantado junto a cupones de comida que la mantuvieron con vida (aunque nadie sabe cómo).

Cuando Natalia fue embargada luego de que su familia dejase de costear su vivienda, apareció el caso que vimos circular por redes sociales: el de dos padres que escaparon de una niña adulta psicópata.

La policía arrestó a los padres pero los dejó ir luego de 24 horas. Todo el mundo creyó la historia. Nadie se cuestionó que en realidad esta niña huérfana ha sufrido durante toda su vida y ahora el mundo entero conoce su cara por una historia inventada. Incluso el padre adoptivo de Natalia se encuentra colaborando con la justicia como una especie de mea culpa o tan solo para aminorar su posible condena.

En tanto, Kristin Barnett continúa asegurando que Natalia sí intentó envenenar a la familia y que en realidad es una adulta. En la actualidad, Natalia vive junto a otra familia adoptiva disfrutando lo que queda de su infancia.