Partió tocando violonchelo a los cinco años.

Hija de profesores de música y criada en un conservatorio de Concepción, Felicia Morales encarna esa historia que no se oye muy a menudo. Menos cuando en 2020 se ha democratizado tanto la música y se puede ser músico, sin saber leer una partitura ni entender de composición.

Muchos no han escuchado hablar de ella, pero la mayoría la ha oído. Desde que llegó a Santiago, a los 18 años, comenzó a conocer gente y a participar en distintos proyectos musicales de artistas como Gepe, Mon Laferte y Javiera Mena. La llamaron la chelista del pop chileno.

Ahora la llamamos Felicia Morales: un proyecto en sí mismo.

Bajo el sello discográfico Quemasucabeza, esta vez, Felicia Morales trabaja en el proyecto Felicia Morales.

¿Por qué decidiste dar ese vuelco a hacer música propia?

Estaba acompañando mucha gente. Siempre tuve la inquietud. Estaba muy acostumbrada a trabajar sobre composiciones de otras personas. Acostumbrada a hacer arreglos. Hasta que dije, qué pasa si hago yo hago algo yo y le hago arreglos a eso encima. Fue un poco probar, experimentar.

El primer EP que saqué lo tuve guardado años, hasta que me animé a sacarlo. Lo he hecho así con todos mis trabajos. Sentí que era muy distinto a lo que estaba trabajando.

En redes sociales das muchos mensajes ideológicos, ¿cómo delimitas eso?, ¿artista en el escenario y política en otros espacios?

Las redes las ocupo como yo completa. Ahora reviví mi canal en YouTube y siempre subo historias haciendo links a mis videos, lo mismo con mis tuits. En Twitter soy mucho más política. En Instagram para el estallido fui súper activa. No hay una división. Soy yo no más.

¿No has pensado en incorporar esa faceta tuya en tu proyecto musical?

Puede ser, pero he estado trabajando súper lento. Hasta ahora he hablado de experiencias personales, pero no me cierro a hablar de otro tipo de cosas.

¿Cómo ha cambiado tu vida desde que cambiaste tu carrera musical hacia una frontwoman?

Cambio de vida no ha habido mucho porque no he dado muchos shows ni tocado mucho.

Mi participación en música siempre es más de acompañante que haciendo shows. Mi discos anteriores eran instrumentales, entonces no podía tocar en todos lados. Sólo salas especiales. Ahora en faceta de cantante, no me he presentado ninguna vez.

¿Y en tu identidad?

Ha sido un poco lo mismo. Es bacán poder hablar de cosas que me pasan y que la gente se sienta identificada con eso.

Pero no he sentido un cambio tan grande. La gracia de mis discos instrumentales era que la gente los interpretaba como ellos querían.

Había gente que los usaba para estudiar y después asociaba a mi música con un desempeño exitoso, por ejemplo.

Mentir es un single muy íntimo y fuerte, ¿te escriben mujeres que se sienten identificadas?

Cerros. Cientos de correos y mensajes. Fue súper bonito porque para mí fue super sanador hacer esta canción.

Que haya llegado gente y me hayan escrito fue bacán pero por otro lado sentí un poco de presión. Es un proceso muy largo de superación. Recibir tantas historias y no saber qué hacer, porque no soy terapeuta, fue una carga heavy.

¿Cómo te ha afectado a nivel personal la cuarentena?

Me hizo cambiar mis planes. Tenía un temporada larga en México. Me iba ahora en marzo, tenía las maletas hechas. Me afectó un montón.

Recién estoy empezando a tener más ánimo. Ya caché que esto se corrió para el otro año.

¿Es distinto ser música a ser cantante?

Todos son músicos. No necesitas saber de armonías, ni tener formación, ni que sepas cantar muchos instrumentos o sólo cantes. Eres músico igual.

¿Cuál es el problema de la música en Chile?

No estamos agrupados para empezar. No hay lugares para tocar.

Los que existen, no tienen el equipamiento necesario. Es todo muy precario. Es una de las razones por las que me iba afuera.


Colab con Francisco Victoria:

En exclusiva, te presentamos el nuevo sencillo de Felicia Morales junto a Francisco Victoria en versión lyric video.

La realizadora del video, Abril Sepúlveda, describe su trabajo así:

“Francisco y Felicia nos llamaron (a Blahblahblahsfemia y a mí) para hacerles un videolyric entonces les preguntamos cuáles eran sus imaginarios o referencias para poder comenzar a crear, nos basamos desde Robert Mapplethorpe hasta en Daniel el Travieso. Quisimos recrear sombras y un poco de viento para que el 3D se viera más real y no tan plástico. Sincronicidad es una canción que va de tiene etapas de florecimiento y luego decaimiento de las mismas flores que reflejan lo que sentimos a veces por el otre”.