El estudio Felicidad Mundial 2022 de la encuestadora Ipsos reveló que los estándares de felicidad ya se han equiparado a sus niveles antes de la pandemia. Sin embargo, preocupa que el porcentaje de personas que declara sentirse “no muy feliz” o “nada feliz” supera con creces el promedio mundial.
Aunque sea un concepto amplio y determinados muchos factores, hay encuestadoras y empresas de opinión pública que hace años se aventuran en el desafío de medir quizás el objetivo vital de la mayoría de los seres humanos: la felicidad.
Un estado en la mente que se vio bruscamente afectado en el mundo con la pandemia y sus efectos: el encierro, alejamiento de los seres queridos, deterioro de la salud mental, entre otros. Y los datos, por lo menos en el caso de Chile, lo avalan. Según las estadísticas de Ipsos, en 2019 un 50% de los chilenos se consideraba “muy feliz” o “bastante feliz”, lo que disminuyó a un 35% en el 2020, cuando apareció el Covid-19 en nuestras vidas.
Sin embargo, los resultados de la encuesta “Felicidad Mundial 2022” arrojaron que un 53% se declara dentro de esta categoría. Lo que, sin embargo, está muy por debajo del promedio mundial (67%) y posiciona a Chile como el cuarto país participante del estudio con menor porcentaje en este ámbito, superando a Hungría (51%), Argentina (48%) y Turquía (42%).
Por otra parte, un 46% de los chilenos dijo considerarse “no muy feliz” o “nada feliz”, una cifra que supera en 13 puntos a la media mundial (33%).
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“El mundo entero ha estado remecido por la crisis de salud producto del covid, lo que implicó en muchos países un fuerte retroceso de la felicidad. En el caso de Chile ese retroceso fue de 15 puntos. Pero estamos en presencia de una recuperación del indicador con la recuperación del uso del espacio público, los reencuentros presenciales con familia y amistades y el retorno a las actividades cotidianas”, destacó Alejandra Ojeda, Gerenta de Estudios Público de Ipsos Chile.
Pero, ¿qué cosas influyen en estos indicadores? Según detallan, las personas de nuestro país valoran, en primer lugar, la salud mental, seguido de la salud física y en tercer puesto el “sentir que la vida tiene sentido”. Otras prioridades de realización menos valoradas, son el tener hijos y la relación con la pareja, que quedaron en los puestos 7 y 11, respectivamente.
Ojeda explica al respecto que “los resultados indican también que este momento es más bien individualista que colectivo, primando el interés en el bienestar propio o de la familia por sobre el de la comunidad”.
Por último, la investigación señaló que los tres elementos que explican en menor medida la construcción de la felicidad corresponden al tiempo que se dedica a redes sociales, las posiciones materiales, y el tiempo y dinero que destinan las personas a la caridad.
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