Con su cara retratada en tazones, toallas y calendarios, el Halcón de Chicureo sigue vivo en los hogares de miles de chilenos y chilenas. Recordado por su cercanía y también por desafiar a la autoridad, su legado se mantiene vigente a través de sus fanáticas, agrupadas en la ONG las Halconas de Felipe Soñadoras, quienes se dedican a hacer obras de beneficencia a lo largo del país. Hablamos con una de ellas y analizamos junto a @televisivamente el vacío que dejó el animador en la pantalla chica. 

Él último día que estuvo en el Buenos Días a Todos, Felipe Camiroaga se despidió con una sonrisa en la cara. En esa ocasión el adiós fue distinto porque sería la última vez que las y los chilenos lo verían en sus pantallas. 

Ese viernes 2 de septiembre de 2011, mientras él y Carolina De Moras presentaban el último segmento del programa, Camiroaga mencionó que el fin de semana que se aproximaba sería uno especial: “Hoy lo pasamos bien, como siempre. Se viene un fin de semana lindo. Voy a ir a mi querida Isla Juan Fernández, así que les mando muchos cariños. Vamos a ver cómo va esa reconstrucción”, ese fue uno de los últimos mensajes que el animador le dio a su audiencia después de 6 años al mando de la conducción del matinal de Chile. 

Esa tarde de inicios de septiembre, Marcia Hernández (52, dueña de casa) estaba viendo Calle 7 cuando el animador del programa, Jean Phillipe Cretton, paró la competencia de eliminación del espacio juvenil para dar un aviso de último minuto: “Nos acaba de llegar una información que es muy difícil de entregar (…) El Ministerio de Defensa y el Presidente de la República informaron que un equipo de TVN iba a bordo de una nave de la Fuerza Aérea de Chile que capotó en el archipiélago de Juan Fernández”. 

En ese momento, a Marcia se le formó un nudo en la garganta. Como todos los chilenos que a esa hora se enteraban de la noticia, no lo podía creer. Lo primero que pensó, recuerda, es que probablemente Felipe y los otros 20 tripulantes del CASA C-2012 estaban a salvo, quizás sobre una balsa de emergencia esperando a que alguien los rescatara de las aguas abiertas del Pacífico. 

24 horas después del accidente, las autoridades a cargo de la búsqueda confirmaron que no existían sobrevivientes de la tragedia y que los días siguientes trabajarían para recuperar los cuerpos de quienes iban a bordo. En los 7 días que demoró identificar los restos del animador, Marcia vivió una angustia que no podía entender del todo. 

“Sentía un vacío y no sabía por qué, porque era alguien a quien yo nunca había visto en persona, no me reconocía. Era como si se hubiera ido un familiar cercano”, cuenta hoy una de las mujeres a cargo de la ONG Halconas de Felipe Soñadoras. Cuando ya era una certeza que Felipe Camiroaga no volvería más a alegrar sus mañanas ni la de millones de chilenos a través de la televisión, Marcia recuerda que pensó que “se había acabado todo”.

Con Felipe murió una parte de la tele chilena”, afirma el tuitero y experto en televisión @Televisivamente sobre lo que significó para la industria la partida de una de las figuras más icónicas de la pantalla chica. Con su estilo cercano, su personalidad espontánea y su carisma, dice el también comunicador audiovisual, Camiroaga le dio nuevos aires a una televisión chilena que hasta su debut en 1988 frente a las cámaras en Videotop, se caracterizaba por tener animadores que se daban poco espacio para la improvisación.

Felipe se atrevió a hacer cosas antes de que muchos animadores lo hicieran. Él fue cambiando la lógica de la tv en torno a permitirse despeinarse un poco, no ser tan cartucho, tan empaquetado. Ese es el legado que dejó Felipe: descartuchar la televisión chilena”, afirma.

Esa soltura y alegría en las mañanas del Buenos Días a Todos, en las tardes del Pase lo que Pase y en las noches de Animal Nocturno, fueron las razones por las que Marcia le agarró un cariño incondicional al Halcón. Durante años, el conductor de El Matinal de Chile fue su única compañía mientras sus hijos iban al colegio y ella realizaba las labores del hogar. Más que una figura inalcanzable detrás de la pantalla, Felipe fue su compañero. Y así como ella, fueron muchos los hogares chilenos a los que Camiroaga entró para quedarse hasta el día de hoy en el recuerdo de múltiples generaciones.

Las Halconas

Después de la muerte del animador, fueron cientos las páginas y grupos de fans dedicados a homenajearlo que aparecieron en redes sociales, sobre todo en Facebook. Uno de esos es el que dio origen a Halconas de Felipe Soñadoras, la organización sin fines de lucro que Marcia Hernández preside en la actualidad y que además de ser un club de fans, se dedica a hacer obras benéficas para honrar la memoria del Halcón de Chicureo. 

Conformada por mujeres entre los 50 y 57 años, lo que comenzó como un lugar para compartir fotos y videos después de su fallecimiento, se convirtió en un grupo de 12 personas (de las cuales 6 están activas) que realizan causas benéficas a lo largo de todo Chile. Esto según Marcia, porque sintieron que “no era suficiente” recordar a Felipe sólo compartiendo imágenes suyas, ya que él era “un hombre de ayudar a los demás”. 

Su compromiso con él es tal, que van sagradamente los 2 de cada mes (por la fecha en que fue el accidente) a dejarle flores a la escultura al interior de TVN que conmemora a las víctimas. En ese mismo lugar está también lo que queda del memorial que se instaló en el que fue su estacionamiento (y que hace unos años volvió a ser ocupado): una placa con su nombre que es sostenida por dos conos dorados. Cada vez que visitan el lugar primero pasan a la Pérgola de las Flores, donde hace años le encargan al mismo casero los arreglos con los que decoran el espacio del canal que le rinde homenaje al ex animador del Buenos Días a Todos y a sus compañeros. 

Durante la pandemia fue más difícil mantener esta tradición, por lo que mientras duraba el encierro cada una de las Halconas realizaban sus propios ritos en casa: armar un altar, prenderle una vela, dejar unas flores junto a una foto suya. Cuando se cumple un nuevo aniversario de la tragedia, van en grupo al cementerio Parque del Recuerdo y organizan una misa en su honor -la de este año será en conjunto con las familias de los 21 fallecidos-. 

Una vez que termina la ceremonia, entregan a todos los asistentes un pequeño recuerdo de la ocasión, el que mandan a confeccionar con semanas de anticipación. Al igual que las actividades benéficas para recaudar fondos y comprar mercadería para aquellos que lo necesitan, todo lo financian ellas desde sus bolsillos. 

El lado más social del Halcón de Chicureo

A propósito de la aprobación del proyecto minero Dominga en la región de Coquimbo hace unas semanas, reflotó en redes sociales el registro de un momento que marcó la carrera de Felipe Camiroaga casi exactamente un año antes de su fallecimiento. El 25 de agosto de 2010 en una entrevista en Buenos A Días a Todos al entonces Ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, Camiroaga aprovechó la oportunidad de plantearle su preocupación respecto a la termoeléctrica que en esa época había sido recientemente autorizada para instalarse en Punta de Choros, también en la cuarta región.

En esa oportunidad, Felipe no titubeó en expresar su malestar a la autoridad: “Sé que represento a la gran mayoría de los chilenos. Por favor que el gobierno, el Presidente y su equipo se opongan con toda la fuerza que sea necesaria a esta termoeléctrica que quieren poner en un santuario maravilloso”, dijo mirando directamente a la cámara. Después de un segundo de silencio sepulcral, en el estudio de Inés Matte Urrejola se escucharon aplausos y vitoreos. 

Unos días después de ese tenso momento en el canal público, incluso el hermano del Presidente de la República, conocido en la farándula nacional como Miguel Negro Piñera, se refirió al tema en su cuenta de Twitter y le aconsejó al animador que “no se entrometiera en temas de gobierno”. Esa no fue ni la primera ni la última vez que el animador expresó su opinión crítica respecto a la actualidad del país. En julio del 2011, grabó un saludo en apoyo al movimiento estudiantil que por ese tiempo se manifestaba en las calles por una educación gratuita y de calidad.

“Él era la voz de los sin voz”, expresa Maria con seguridad cuando le preguntan sobre el lado más crítico del animador, uno que molestó a los poderosos pero que al mismo tiempo empoderó a una ciudadanía que desde sus casas presenciaban y vivían en carne propia las desigualdades de un país injusto. Con el privilegio de poder hacer y decir lo que quisiera, Felipe Camiroaga decidió utilizar su plataforma y no callar: “A lo mejor nosotros podíamos tener las mismas ideas que él pero, ¿quién nos iba a escuchar? ¿Quién nos iba a dar cámara para que dijéramos lo que queríamos?”, opina la Halcona. Es más, ella está más que segura de que si él estuviera vivo, habría apoyado con entusiasmo el estallido social.

Lo mismo cree @Televisivamente cuando a veces se imagina qué habría pasado con Camiroaga después del 18 de octubre de 2019. Quizás no habría estado en pantalla por decisión propia o por lo efímero que es el éxito en la televisión, aclara, pero eso probablemente no lo habría detenido al momento de expresar su opinión: “No tengo ninguna duda de que él hubiese sido el primero en cambiar la pauta de sus programas en pos de lo que estaba pasando en la realidad nacional”.

Ese estilo que hoy caracteriza a conductores como los periodistas Julio César Rodríguez (CHV) y Gonzalo Ramírez (TVN), fue una sorpresa para la época y el público lo premió convirtiéndolo en una de las figuras más queridas de la historia de la tv chilena: más que Don Francisco o que Antonio Vodanovic. Aún en su peor momento televisivo (cuando recibió las pifias de un Teatro Caupolicán enfurecido durante sus últimos Copihue de Oro en 2010, tras la salida de Katherine Salosny del matinal), Felipe seguía siendo una figura inigualable y lo es hasta el día de hoy: “Conseguir un reemplazante de Camiroaga es imposible”, manifiesta @Televisivamente.

Escúchanos Felipito, te rogamos

Toallas de playa, calendarios, una animita en plena Estación Central, y hasta un mural en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) que lo retrata como superhéroe. Después de su trágica muerte, la imagen de Felipe Camiroaga se elevó directo a los cielos y se convirtió incluso en un personaje digno de la devoción popular. En redes sociales es muy común leer mensajes del tipo “todo chileno recuerda qué estaba haciendo para el terremoto del 2010, la muerte de Felipito y la Copa América del 2015”, porque el accidente que se llevó al Halcón significó un shock cultural del que muchos aún no se recuperan.

Marcia Hernández es una de ellas. El día que el CASA C-212 capotó en el océano lo tiene grabado en la memoria y aún le es difícil contar cómo lo vivió sin emocionarse. Así como ella, fueron millones los chilenos que lloraron -literal y figurativamente- su partida, no sólo las Halconas, sus fans más acérrimas. Sus seguidores no son sólo dueñas de casa en sus 50 y tantos, también están las generaciones más jóvenes que hasta el 2 de septiembre de 2011 vieron a Felipe conducir el BDAT antes de irse al colegio, y aquellos que estaban en plena juventud cuando lo miraban realizar las performance de Luciano Bello y el Washington, sus dos personajes más queridos. 

La figura de Felipito, como le dicen de cariño sus fanáticas, hoy es un elemento clave en la cultura pop del país: en los livings de las casas abundan los calendarios con su foto, la gente usa poleras con su cara, y algunos llegan incluso a rezarle como si de un santo se tratara. 

“La gente en este país necesita creer en algo, y en él vieron a alguien en quién apoyarse. Cuando viajamos con las Halconas, en todas partes vemos alguna foto de él”, explica Marcia sobre el fervor que provoca Felipe. @Televisivamente también cree que estas demostraciones de cariño y devoción (además de su talento, por supuesto) consagraron a Felipe Camiroaga como uno de los mejores -sino el mejor- animadores de la historia de la televisión chilena: “Yo no sé si pasaría lo mismo con la muerte de otra persona. Es más, yo no he visto toallas de Julio Videla, por ejemplo”. 

Del aire soy, como todo mortal, del gran vuelo terrible y estoy aquí de paso a las estrellas”, escribía Camiroaga en su cuenta de Twitter (@halconmatinal) citando el poema Mortal de Gonzalo Rojas unos meses antes de su muerte. Para muchos, este fue un presagio del triste final que la leyenda de la televisión tendría una fría mañana de septiembre de 2011. El Halcón habrá emprendido vuelo hace 10 años, pero su ausencia todavía cala hondo en los corazones de los chilenos y chilenas, y ese cariño, lo convirtió en leyenda.