Fiorella lleva tres años tatuando sin máquina, haciendo hand poke. Asegura que de esa forma el trabajo es más personal.
A Fiorella siempre le ha interesado la modificación corporal. Ya suma dos expansiones, lengua bífida, escarificación en su rostro y más del 50% de su cuerpo tatuado. “Me encanta ver cosas novedosas”, cuenta la tatuadora que se especializa en hand poked (también llamado handpoke o hand poke).
Acá te explicamos más sobre esta técnica.
Llegó a tatuar de curiosa, cuando una amiga que estaba aprendiendo a tatuar le dejó unas agujas y una tinta de mala calidad. Hoy día ya lleva tres años practicando la técnica, pero recién hace uno comenzó a hacerlo en su cuerpo y en el de sus amigos. “Todo lo hago a mano, sin máquina. Incluso nunca he tomado una porque no me llama la atención. Mi trabajo es más personal a la hora de encontrarme con las personas”, explica Fiore.
Al conversar sobre los aspectos positivos que ha encontrado en el tatuaje, ella asegura que la ha ayudado a crecer como persona, dándole la oportunidad para desarrollarse y darse cuenta de lo que es realmente capaz. Por otra parte, cree que lo más negativo de estar en este ambiente es que haya gente que no respete su trabajo, buscando productos más baratos en vez de priorizar la calidad de un tatuaje.
Fiorella se muestra agradecida del mundo del tatuaje y de las modificaciones corporales, ya que gracias a eso ha logrado encontrar la comodidad en su propio cuerpo. “La vida es un viaje constante a descubrirse a uno mismo y a encontrar el cuerpo en el que uno quiere vivir. Ya sea teñirse el pelo o tatuarse, para mí es buscar sentirme cómoda y, aunque no lo crean, con cada intervención me siento mejor.”
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