Los flamencos son esbeltas aves que alcanzan hasta el metro y medio de alto, poseen unas patas preciosas y su cuello es tanto o más estilizado que el de los cisnes. En todas sus variaciones, veremos un ave cuyo color va desde el rosa hasta el salmón, dependiendo de la especie. Tan bella es esta ave, que se ha convertido en mi obsesión compulsiva durante este 2014, y aparentemente la de un montón de gente más.
Como les decía, el flamenco es un ave extraordinariamente bella, que desde mediados del año pasado ha estado inspirando a artistas de todas las artes y géneros a desarrollar, patrones, pinturas e ilustraciones, que al extrapolarlos en productos de moda, mobiliarios o decoración de interiores, el resultado es un mix que junta escencialmente el calor tropical, con el romanticismo inherente de un ave tan estilizada.
De esto es lo que estoy hablando.