En diciembre de 2016, un ex policía vestido de civil abrió fuego en una galería con el propósito de asesinar al embajador ruso en Turquía Andréi Kárlov. Y lo cumplió. “¡No se olviden de Siria!”, gritó levantando su arma. En conversación con POUSTA, el fotoperiodista Burhan Ozbilici, relata cómo capturó el momento exacto que lo llevó a ser galardonado con un World Press Photo, una obra que por estos días está en la Factoría Franklin, en Santiago de Chile.

Corría la tarde del 19 de diciembre de 2016 en Ankara (Turquía),  cuando el teléfono del fotoperiodista de Associated Press, Burhan Ozbilici, recibió una llamada inesperada. Natalia, una colega a quien prefiere mantener en anonimato, le dijo desde el otro lado de la línea: “Sé que has estado trabajando duro, ¿te parece si nos juntamos a cenar o a tomar un café?”

Él aceptó. 

En aquel momento, Ozbilici se encontraba editando unas fotos que retrataban los enfrentamientos entre civiles y las fuerzas del presidente sirio Bashar Al Assad en su país, respaldadas por el equipamiento militar del mandato ruso de Vladímir Putin. 

Aquello le tomó 20 minutos de demora para su reunión con Natalia, pero a ella no le importó. Sabía sobre su dedicación por su trabajo y, tras conversar sobre temáticas de su vidas personales, le comentó sobre un evento que ocurriría más tarde.

“Anunciaron que el embajador ruso en Turquía, Andréi Kárlov, asistirá a una galería de arte para dar un discurso. Queda camino a tu casa”

Ozbilici no tenía más planes agendados para ese día, por lo que se despidió de su colega, recogió las cámaras fotográficas que siempre trae consigo y se dirigió al lugar para registrar unas postales del encuentro para su archivo profesional.
               
Una vez ahí, lo primero que llamó su atención fue la simplicidad de Kárlov. “Me pareció un hombre muy modesto para ser diplomático de un país como Rusia. Solo lo acompañaba un traductor y había un sujeto joven que caminaba detrás de él, parecía ser su guardaespaldas”, recuerda Ozbilici en entrevista con Pousta.

El embajador ruso Andréi Kárlov minutos antes de morir. Su asesino mirándolo atrás

Así, cuando inició el discurso, desenfundó su cámara para acercarse a tomar unas fotografías, las cuales quiso mostrar a un periodista que también se encontraba en el recinto y comentaron la apariencia sencilla del representante ruso. Luego, se puso su mochila al hombro e, inesperadamente, el sonido de unos disparos quebró el silencio del ambiente.

Cuando levantó la mirada, vio que Kárlov estaba postrado en el piso y que aquel tipo bien vestido que parecía su guardaespaldas, figuraba parado junto a su cuerpo.

“¡No se olviden de Alepo! No se olviden de Siria! “, gritaba en alusión a los conflictos bélicos y la inestabilidad política en dicho país, mientras agitaba una pistola en dirección al cielo. Los asistentes se tiraron al piso entre lágrimas y llantos desesperados, mientras que Ozbilici aun permanecía parado, procesando la intensidad de lo que ocurría a su alrededor.

“Todo cambió repentinamente, estaba muy shockeado, pero me dije ‘esto es historia; como periodista, tengo que quedarme y hacer mi trabajo’. A pesar de todo, no entré en pánico, intenté analizar sus movimientos y cuando me miró directamente, traté de mantenerme paralizado”, relata acerca del suceso.

Fue ahí cuando sujetó fuertemente su cámara y optó por capturar lo que ocurría a través de su lente fotográfico.

Si bien, Ozbilici cuenta detalladamente cómo palpitaban los latidos de su corazón en aquella instancia, también dice que se sintió protegido al imaginar la presencia de sus gatos y héroes personales —como su padre y un editor que trabajó con él hasta su fallecimiento en 2020— cuidándolo en caso de que el agresor apretara el gatillo en dirección a él. 

La histórica foto que tomó Burhan Ozbilici

Asimismo, comenta que su experiencia como reportero de guerra le ayudó a enfrentar la situación y a continuar con su objetivo de capturar las fotografías del suceso, las mismas que un año más tarde se traducirían en un galardón del World Press Photo, el certamen más destacado en el ámbito del fotoperiodismo internacional.

“Detesto la violencia y las guerras, lamento que sucedan hechos así, pero cubrirlos e informar a la sociedad sobre ellos es parte de nuestra profesión”, añade. Luego de que pasaran unos minutos desde que se efectuaron los disparos en contra de Kárlov, las fuerzas de orden y seguridad llegaron a la galería de arte y abrieron fuego para contrarrestar al atacante.

Según detallaron las autoridades, el acto terminó con tres personas heridas y, más tarde, la investigación identificó al agresor como Mevlüt Mert Altıntaş, un retirado policía antidisturbios de Ankara, quien decidió efectuar el ataque en el contexto de varias manifestaciones civiles en contra del apoyo ruso al mandato del presidente sirio Bashir Al Assad en 2015. Tal soporte se plasmó significativamente en el bombardeo de la ciudad de Aleppo.

Tras el asesinato al diplomático, el presidente Vladímir Putin manifestó a diversos medios de comunicación que ese hecho buscó “obstaculizar el proceso de paz en Siria, el cual Rusia, Turquía e Irán han intentado promover de manera activa”.

Desde su residencia en Turquía, Burhan Ozbilici expresa no conocer en detalle las motivaciones de Mert Altıntaş, como tampoco está seguro de por qué escogió una galería de arte para realizar el atentado, aun así cree que probablemente se debió a la ausencia de seguridad para Kárlov durante el evento.

“Hubiese deseado que lo capturaran vivo y le preguntaran a él mismo. Después de que me retiré del lugar (tras tomar las fotografías), vi una entrevista televisiva en la que le consultaron a un agente de seguridad sobre el suceso, a lo que él respondió ‘acabamos con él’ y cuando le pidieron que fuera más explícito, respondió ‘lo matamos’. Quedé en shock”, comenta el reportero, para luego cuestionarse “¿por qué no lo atraparon vivo? ¿Quién estaba detrás de él? ¿Qué lo motivó? ¿Cuál era su intención?”.

Han pasado cinco años desde ese evento, ¿cómo lo interpretas hoy?

“El asesinato fue el resultado de algo tan horrible como lo es la guerra en Siria, no fue un asunto personal contra el embajador, él estaba representando a Rusia y, por consiguiente, a su política en ese país.

La primera lección o mensaje que puedo compartir con la gente, es que la guerra es sucia y es por eso que tenemos que respetar el valor de la paz. El amor es más importante que el odio y la paz es más importante que la guerra. La desesperación es algo terrible que destruye la esperanza. Siempre he vivido en paz, amor y respeto, en solidaridad con las personas. Creo que el trabajo de los periodistas es ser mensajeros de la verdad y que tenemos mucho que aprender de tragedias como esta. Tenemos que respetar los derechos de todas las personas. No hay ganadores en una guerra, todos los lados pierden; independiente de si mueren miles de soldados o si se pierde solo una vida, también es importante. Preferiría que Andrei Kárlov siguiera vivo y yo no hubiese ganado el premio”

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Hoy las fotografías de Ozbilici están siendo exhibidas en Factoría Franklin en Santiago de Chile, como parte de una exposición de arte político que reúne tanto las obras de autores internacionales como Petr Davydtchenko, Regina José Galindo y Boris Nzebo, además de nacionales como Francisco Papas Fritas e Isidora Bravo. Y junto a las capturas del asesinato en Turquía, también se encuentra material de archivo relacionado a los conflictos en Aleppo, Siria.

¿Cómo evalúas la labor periodística en la actualidad?

“En todas partes hay problemas con los gobiernos, incluso en los países democráticos. Se trata de bloquear al periodismo, específicamente al de investigación, debido a que es el que cubre los casos de corrupción. En mi país pasa lo mismo, afortunadamente tenemos grandes reporteros, pero hoy el 90% de los periodistas son realmente malos, solo dicen blabla. El ejercicio debe tratar de perseguir la verdad qué hay detrás y compartirla con las personas sin miedo. La mayoría del ejercicio periodístico es malo actualmente y creo que el periodismo ciudadano y las redes sociales exponen muchas noticias verídicas. El internet y las nuevas tecnologías, a menos que estén censuradas, nos ofrecen la oportunidad de conocer qué sucede realmente, pero tenemos que ser responsables con la ley y los Derechos Humanos; tener criterio, aunque no sea fácil.”

Y tú como fotógrafo y artista, ¿qué resulta de esa combinación y cómo aporta al mundo de hoy?


“Los artistas también tienen un rol esencial en compartir la verdad en el mundo actual. En muchos casos, el arte es más relevante que el periodismo. Su trabajo duro puede mostrar varios aspectos que son realmente importantes. Creo que una buena educación, junto al arte y los artistas, pueden cambiar nuestras vidas positivamente. 

Los periodistas tenemos mucho que aprender de los artistas, son más creativos, mientras que el periodismo es más limitado. En el arte tienes más posibilidades. La literatura, la pintura y el teatro son distintos lenguajes y oportunidades. Es por eso que veo mucha importancia en aquellas disciplinas y en quienes las practican

La exposición, organizada por el colectivo Acaab con el apoyo de Factoría Franklin y Fundación Alberto Gatica, estará disponible en el país hasta el 19 de diciembre de 2021. Puedes encontrar más detalles en http://www.acaab.org