Hablamos con Francisca Valenzuela sobre la edición 2017 de Ruidosa Fest que se celebra este 11 de marzo.
Ya habíamos anunciado que Ruidosa Fest, el festival hecho exclusivamente por mujeres, volverá a prender las luces el 11 de marzo de este 2017, en Matucana 100. El festival, a cargo de la productora de Francisca Valenzuela, Frantastic, contará con la presencia de la comediante Natalia Valdebenito y los números musicales de Nicole, Mariel Mariel, Carolina Nissen, Mamma Soul, Playa Gótica, MKRNI, Tomasa del Real, Yorka, Dania Neko, Chini and the Technicians, Entrópica y Dadalú, además de la misma organizadora.
Previo al gran momento, en Pousta conversamos con Francisca sobre el festival, la edición en México y la participación de las mujeres en la industria de la música:
¿Cuál es tu principal preocupación en esta nueva versión de Ruidosa, ahora que existe el precedente de la primera ocasión en que se celebró?
Desde el espíritu de conversación del festival, creo que hay interés en crear una instancia donde se compartan experiencias y se genere no sólo un diagnóstico de problemáticas o temas en industrias creativas desde la perspectiva de género, sino también en proponer ideas, soluciones y caminos, además de conocer y visibilizar mujeres que están forjando carreras a su pinta y son referentes.
Y desde el aspecto de producción, que las partícipes, organizaciones, artistas y público se sientan en casa, acogidos; que lo pasen bien y se sientan activad@s, conect@ds, inspirad@s.
¿Cómo crees que ha contribuido la instalación de este festival en la participación de las mujeres en la música o, al menos, en el cuestionamiento hacia la minoría femenina en esta área?
Yo creo que ha contribuido, desde un frente más popular y masivo, no académico, en darle más espacio, micrófonos y volumen a artistas y creadoras mujeres o identificadas como mujeres.
Creo que ha puesto en práctica y ha incentivado el uso y la identificación con la palabra feminista de una manera más popular y colectiva con la naturaleza inclusiva y humanista que tiene en su origen. Creo que ha contribuido a celebrar y empoderar proyectos de y por mujeres en la música. Y creo además que ha contribuido a mostrar que todas y todos enfrentamos desafíos e inseguridades laborales, profesionales y personales y es de un gran valor poder crear consciencia a través de la conversación, y desde aquí generar un cambio de conciencia, que sea capaz de contribuir al cambio social y cultural.
¿Qué diferencias observaste entre la realización del festival en Chile y en México? ¿Qué podemos aprender de los mexicanos, y ellos de nosotros?
La cultura mexicana es riquísima, multicolor, potente. Tiene alcance y eco mundial. Hay una historia que incluye desde Rivera y Kahlo hasta el Santo, el Chapulín, Cantinflas y Octavio Paz. Creo que podemos aprender, desde los referentes de ayer y hoy, a atrevernos a jugar, a lo irreverente y surreal; a tragarse el mundo y no confinarse con nada. A inspirarse, no sentir pudor ni vergüenza y emocionarse y sacudir nuestra severidad permanente. Tienen una inteligencia emocional y un biorritmo poético.
De lo contrario, creo que nosotros en Chile tenemos una conciencia social que permea lo artístico; hay un vínculo constante con el contexto histórico y la sociedad que nos rodea y un interés de hacerlo consciente, de dibujarlo, de traerlo a nuestros relatos, canciones y obras. La herencia de la Nueva Canción Chilena, de Violeta Parra, de Jorge González. Ese humor ácido y crítico y cruel y bello.
Creo que hay un espíritu crítico potente y una motivación por hacer arte y crear que es visceral y profundo. Y eso también es algo que otras culturas podrían apreciar.
¿Cuáles son las principales trabas para las mujeres en la industria musical en general, y en particular en nuestro país?
Hay barreras de acceso a la música como industria en general y hay que preguntarse por qué pasa eso. O por qué hay menos mujeres compositoras, ingenieras en sonido o managers o bookers. Ahí hay un tema de baja participación y necesitamos conversar e identificar por qué pasa, qué se puede hacer. Necesitamos más perspectivas y visiones diversas en la industria musical, en especial en aquellas posiciones de poder que toman las decisiones y manejan las oportunidades.
Por otra parte, yo diría que otros problemas son: los estereotipos y el “deber ser” impuestos a las mujeres, las expectativas impuestas en nosotras, el doble estándar que existe al criticarlas en la esfera pública.
Tercero, existen códigos de conductas que son sexistas o discriminatorias que se perpetúan y consideran normalizadas. Y otra cosa es también la omisión, el no darse cuenta que faltan mujeres. Que no están siendo invitadas o participando, ya sea en paneles de conversación, en carteles de festivales, en directorios.
¿Cuáles son los caminos que tomará Ruidosa en 2017 y el futuro? ¿Tienes planes de instalarlo de forma permanente, como ocurre con Lollapalooza y otro tipo de eventos anuales?
Sí. Ya en un año tuvimos festival en Santiago y Ciudad de México y un panel de conversación, el primero en su tipo, en los Latin Grammy, en Las Vegas. Hay varios proyectos en carpeta, incluyendo activaciones de Ruidosa en regiones en Chile, y ahora, por ejemplo, nos invitaron a realizar un proyecto en conjunto con GIRLSCHOOL, en Los Angeles. Mucho que aprender, hacer y conocer aún, pero muy motivada y agradecida con las experiencias, colaboradoras y proyectos realizados y los que vienen.