Los memes no son sólo divertidos, para la antropóloga digital Crystal Abidin, quien se ha dedicado a analizar cómo las nuevas generaciones usan TikTok y cancelan a los intolerantes con un simple “Ok, Boomer”, estas imágenes chistosas funcionan bajo un concepto conocido como la frivolidad subversiva, “donde los subestimamos y se nos olvida que pueden ser poderosos” ¿Es esta la nueva forma de hacer activismo? La experta australiana responde.
Los nativos digitales (o Gen Z) han sido denominados por los expertos como la generación del cambio e incluso “una generación de superhéroes”, debido a su conciencia social en tiempos donde la política, la economía y el cambio climático amenazan su futuro. El activismo para estos jóvenes ya no está sólo en las calles, ahora también viene en forma de vídeos de 15 segundos bailando en cámara, y memes que alcanzan miles de visualizaciones en un par de horas.
En un artículo publicado por la antropóloga digital australiana Crystal Abidin titulado ‘#OkBoomer, time to meet the Zoomers”, la especialista toma el caso de los memes con el hashtag OkBoomer para examinar la cultura política de los más jóvenes y para analizar cómo se ha “memefizado” la política intergeneracional.
Este estudio demuestra cómo la Generación Z imagina y expresa un sentimiento generacional hacia los “Boomers” como el otro imaginado. Un otro intolerante, que no respeta la salud emocional, el medio ambiente, ni las minorías sexuales o raciales. Y, a través de vídeos breves en TikTok y aprovechando la sensación de comunidad que se genera en esta plataforma, Abidin dice que allí “(Los memes) son una forma de propaganda”, afirma. Y por lo mismo, hay que tomarlos en serio: “Estos funcionan bajo el concepto de frivolidad subversiva, es decir, los subestimamos y es así como se nos olvida que pueden ser poderosos”
¿Por qué crees que TikTok es tan atractivo para la Generación Z cuando se trata de hablar de problemáticas sociales?
“Una de las principales razones es que su algoritmo fue creado para que el contenido llegue directamente a su población objetivo. Y por lo mismo, esto puede realzar la percepción de una conciencia en común entre distintos grupos. Uno de los principales discursos que tienen los centennials en TikTok es, por ejemplo, el de #OKBoomer, lo que les da un sentido generacional, un pensamiento compartido que dicta cómo se ven distanciados de esa generación por el contexto que les toca enfrentar en materia económica, social y ambiental.
Tenemos que pensar sobre lo que los jóvenes pueden llegar a hacer a través de los memes, porque esto se mezcla con la problemática de la edad legal para votar. Que sean políticamente activos en TikTok no significa que puedan ejercer su derecho a voto. Aunque generan mucho contenido, en ocasiones este es consumido por personas de su misma edad, y no por quienes pueden efectuar un cambio en las urnas debido a los requisitos legales para sufragar.
Suena deprimente, pero hay que destacar que TikTok disminuye las barreras de participación, logrando que los más jóvenes se sientan incluidos. Quizás no pueden decidir sobre los grandes temas, pero pueden empezar por un activismo diario a través de la política identitaria, y moverse desde ahí”
Viendo cómo se comportan políticamente las nuevas generaciones en internet, ¿son las redes sociales la nueva forma de protestar?
Creo que existe una desproporción mediática sobre cómo los jóvenes están usando las redes sociales. Creemos que son sólo ellos quienes las utilizan para movilizarse cuando en realidad, esto es parte de un sesgo generalizado. Los boomers también se mueven bien en redes, y no los tomamos en serio.
Existen muchos grupos racistas en Facebook integrados por personas mayores, y cuando los compartimos nos burlamos de ellos creyendo que no saben lo que hacen, cuando en realidad sus opiniones se amplifican en una cámara de eco.
Hay que recordar que comúnmente son los grupos marginados de la sociedad quienes dependen de las redes sociales para ser escuchados. No tienen otro lugar para hablar de sus problemas, y por lo mismo utilizan los recursos que tienen a la mano como los memes para probar un punto. Es algo transgeneracional.
Existe controversia sobre la forma en la que estas plataformas manejan los discursos de odio y velan por la libertad de expresión a través de sus reglas y condiciones. ¿Cómo deberían las redes sociales abordar el contenido político que se publica en ellas?
No creo que las redes deban ser el estándar moral sobre lo que es permisible o no en la sociedad. Tampoco creo que sean un barómetro de cómo se sienten efectivamente las personas respecto de la política. Primero, porque estas plataformas vienen con sus propios sesgos. Segundo, se nos olvida que son negocios y por lo tanto, les perjudicaría apartar a una gran porción de sus consumidores.
Los usuarios se están trasladando a plataformas cerradas donde hay más privacidad para hablar de temas políticos, y así evitar la censura y el escrutinio público por su pensamiento. Como son ellos quienes cambian la forma en la que funcionan las redes y estas siguen siendo un negocio, las reglas comunitarias no son suficientes para guiar su uso.
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Si hay algo que las empresas pueden hacer es asegurar que los usuarios siempre tengan la opción de acceder a una diversidad de opiniones, eso es lo que se necesita. TikTok no está diseñado para eso, pero otras redes como Facebook o Twitter sí.
Otro punto importante es que estas empresas deben ser transparentes sobre su inclinación política. Muchas veces no restringen ciertos discursos porque no les conviene, ya que no quieren aislar a posibles clientes, grupos de interés y hasta inversionistas. Tienen que ser honestos y dejar de pretender que son autoridades morales cuando es sólo de la boca para afuera.
Los memes comenzaron como imágenes que daban risa, y hoy son una forma de hacer propaganda. ¿Debería el Poder preocuparse de cómo las nuevas generaciones los están usando para expresar su descontento y hacer algo al respecto?
“Los memes siempre han sido políticos. Existen académicos que han afirmado que este tipo de humor nos ayuda a generar comunidad e identificarnos el uno con el otro. Creemos que porque son chistosos no tienen mayores consecuencias, y así los perdemos de vista y subestimamos su poder, cuando en la actualidad son una forma de propaganda para lograr justicia social.
¿Deberían los poderosos sentir miedo? No lo sé, quizás sólo si planean mantener su poder. Si fuera un político, me sentiría amenazado porque es más difícil controlar a un grupo que tiene conciencia y una voz. Por otro lado, creo que este fenómeno en redes como TikTok podría alentar a las personas a expresar cómo se sienten, ya que el usar memes para hablar de sus ideales fortalece la democracia porque los servidores públicos pueden escuchar directamente a la ciudadanía a través de ellos. Si lo miramos como una manera de abrir la discusión política, es un gran fenómeno y hay que aprovecharlo”