Los primeros en aguarle la fiesta al Presidente y su familia fueron los ágiles reporteros de Interferencia. A través de un reportaje dieron a conocer que los hijos Sebastián y Cristóbal, que andaban de gira con su papá el Presidente Piñera por China, se habían asociado a una empresa tecnológica que buscaba estrechar lazos con ese país, coincidentemente, hace más o menos un mes.

Entonces los cuestionamientos respecto a si era ético o no, de si correspondía que los retoños Piñera anduvieran con su padre estrechando las manos de importantes empresarios chinos, pasó de ser un leve dolor de cabeza a una migraña para la delegación chilena.

Rápidamente ese se convirtió en el tema país y los acuerdos que como Gobierno Piñera pudiese lograr pasaron a un segundo o tercer plano.

Incluso la frase “cada país tiene el sistema político que quiera” que dijo el Presidente pasó a segundo plano. Recordemos que si bien esa ha sido la posición diplomática de Chile frente a China hace más de 50 años, la frase de Piñera fue considerada por muchos como un contrasentido considerando lo crítico que ha sido con Venezuela.

Porque claro, el “cada país puede hacer lo que quiera” no se condice mucho con el activo rol que ha tenido Chile con la oposición venezolana. Pero claro, es cierto que desde un punto de vista económico sería bien pero bien poco conveniente para Chile ponerse a criticar a China y menos en China.

Por eso y más lo que en realidad ha sido el tema del momento ha sido la presencia de Sebastián Jr. y Cristóbal en China. Se ha cuestionado si pagaron ellos o nosotros todo Chile sus pasajes (se supone que lo pagaron ellos pero es raro porque donde y a cuánto compras pasajes en el avión presidencial). Pero el mayor cuestionamiento es que terminó siendo demasiado evidente que los jóvenes emprendedores fueron en plan de negocios y claramente tenían un poco de ventaja considerando que en la comitiva presidencial. Los detalles que reveló Interferencia los encuentras acá.

La cosa escaló a tal nivel que diputados de oposición anunciaron que denunciarían el hecho ante la Contraloría para que desde ese organismo investigaran y determinaran una eventual falta a la probidad por parte del Presidente.

En esa línea uno de los más frontales para manifestar su descontento con la situación fue el diputado del Frente Amplio, del Movimiento Autonomista específicamente, Gabriel Boric, quien calificó el viaje del Presidente a China “como una vergüenza en varios sentidos. La presidencia de la República no puede ser un espacio para negocios familiares”, tuiteó.

Por el momento lo que trascendió es que ante el ensordecedor ruido que provocó la presencia de sus hijos en la gira, el Presidente habría decidido prohibirles “de por vida” a sus descendientes hacer algún negocio con algunas de las empresas con las que como parte de la comitiva presidencial se han juntado. Aparte dijo en tono de broma que por ejemplo a la reunión con Samsung no los llevó “porque estaban castigados”.