La gigantesca instalación de Gabriel Dawe, a base de hilos y alfileres lo ha convertido en el niño favorito de la escena artística mundial durante las últimas dos semanas.
A pesar de que el común denominador de todo su trabajo es el protagonismo del color y el hilo, es esta vez es plexus nº 3 la que nos deja atónitos gracias al hermoso efecto orgánico que logran sus gradientes.
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