Los Golden State Warriors acaban de ganar su tercer título en cinco años pero esa épica deportiva está quedando en segundo plano, pues están usando la victoria para dar un golpe político.
Este lunes el equipo de Golden State, los Warriors, ganaron a los Cleveland Cavaliers por 129 a 120 puntos. Con ese triunfo, los Warriors cerraron la serie por 4-1, obtuvieron el quinto campeonato en su historia y además se anotaron la tercera estrella en cinco años.
Pero esa épica deportiva está quedando un poco en segundo plano pues el equipo está aprovechando su momento en el foco del mundo para enviar un potente mensaje al mundo y a Donald Trump.
Según reportan los medios internacionales especializados, el equipo habría tomado la decisión de no cumplir con la tradición de ir a celebrar el campeonato a la Casa Blanca.
De hecho el 2015 cuando el equipo de Steph Curry salió campeones la última vez posaron felices de la vida con el presidente Obama. En la foto se le ve incluso no pudiendo más de felicidad (Curry es el que está a la derecha en la foto al lado de Obama)
El desaire fue asumido por los medios porque hace unos meses el entrenador de los Warriors, Steve Kerr declaró que “Trump no está a la altura de ser Presidente de los Estados Unidos” y que sus políticas anti inmigración eran “antiamericanas”.
Así tal cual. Además el pivote del equipo, David West, en su momento dijo que “Trump es un mal ejemplo para los niños”. Agregó que en su ONG su misión es “enseñar a los niños a no ser como él”. El que fue más lejos fue Shaun Livingston que dijo derechamente que si ganaban el campeonato no irían a celebrarlo ni amarrados a la Casa Blanca.
La polémica escaló y el Business Insider se comunicó con el equipo para saber si iban o no a saludar al Presidente Trump y los Warriors contestaron con un comunicado que dice así: “Hoy solamente estamos preocupados de celebrar. Todavía no hemos recibido una invitación de la Casa Blanca. Cuando llegue el momento tomaremos esa decisión”.
La pelota entonces está girando sobre el aro.