Estamos en el horno.
Incapaz de recuperarse a tiempo de todo lo que la humanidad ha consumido en lo que va del 2018, hoy es el día que marca el agotamiento de los recursos del planeta. Desde mañana, de acuerdo con el análisis de la ONG Global Footprint Network, el planeta entrará en una fase de “sobregiro medioambiental” en donde tres cuartas partes de los países tienen al menos el 50% de sus zonas protegidas afectadas o presionadas por la minería, la expansión de las ciudades o la agricultura.
Greenpeace expresó su preocupación ante el análisis desarrollado por la ONG Global Footprint Network que señala que, desde hoy se ha generado el fin de los recursos naturales y que, desde mañana, la humanidad entrará en una etapa de “sobregiro medioambiental”.
“Esta última medición dada a conocer representa la fecha más próxima de todos los estudios realizados hasta ahora. Así, si en los 70 la fecha era fines de diciembre, el 2017 se había adelantado al día 3 de agosto, mientras que este año la fecha avanzó en dos días”, dice Noemí Cruz, coordinadora de la campaña de bosques de Greenpeace Andino.
El estudio, en todo caso, da cuenta de una gran diferencia de acuerdo a los países. Así, si es que el mundo viviera como Qatar, la fecha sería el 9 de febrero, mientras que si lo hiciera como Vietnam, la fecha sería el 21 de diciembre.
¿Y si el mundo viviera como Chile? “Si así fuera la fecha de agotamiento de los recursos naturales se adelantaría al 2 de junio. Es decir, estaríamos más de medio año con sobregiro medioambiental”, dice Matías Asun, director nacional de Greenpeace en Chile.
Es por este avance de la sobreexplotación que existe un creciente esfuerzo -que lleva 146 años- por declarar zonas protegidas en el planeta. Así, hoy se contabilizan más de 200.000 reservas naturales. En extensión, son algo más de 20 millones de kilómetros cuadrados, lo que representa un 15% de la superficie de la Tierra.
La batalla por la protección de estas más de 200.000 reservas naturales ha tenido por objetivo proteger las especies animales y la flora ubicada en esas áreas, intentando que la acción del hombre no las afecte. O que lo haga lo menos posible.
Sin embargo, este empeño está siendo cada vez más difícil de sostener. Lo ha ratificado un estudio publicado de la prestigiosa revista Science, análisis que señala que casi un tercio de las áreas protegidas del mundo están siendo presionadas de distinta manera, básicamente por el asedio de carreteras, minería, expansión de ciudades y actividades productivas de todo tipo.
Es por ello que se estima que solo el 42% de las áreas protegidas están efectivamente libres de la acción del hombre. ¿El resto? Mantienen a duras penas la situación de no intervención.
Esa realidad explica en buena medida una situación aparentemente contradictoria: ¿Por qué si han aumentado las zonas protegidas la biodiversidad disminuye?
“Buena parte de la explicación tiene que ver porque se aprueban diversos y variados proyectos en las áreas cercanas a zonas protegidas. Si es que no se alivian esas presiones, los intentos de protección no tendrán los efectos de conservación que se buscan. Las áreas protegidas son nuestro reservorio si son efectivamente manejadas, pero necesitamos crear conciencia y políticas globales responsables para que todos los ecosistemas sean usados en forma sustentable”, explica Noemí Cruz.
Fuente: Greenpeace