No es fácil vivir siendo un meme.

Este hombre se ha transformado en un meme. Harold, también conocido como Hide The Pain Harold ha dado vueltas Internet con sus expresiones.

El nombre real de Harold es András Arató, nació en y creció en Hungría, siendo siempre un introvertido.

En una entrevista dijo que su vida cambió luego de sus vacaciones en 2012. Ahí se tomó una selfie y la publicó en redes sociales.

“Después de eso, de forma sorpresiva, un fotógrafo me contactó para realizarme una sesión especial. Debe haber tomado cientos de fotos. Me gustaron todas, y a él también”, dijo.

El primer meme que vio con su cara fue hace cinco años cuando se googleó. “Fue algo sumamente raro, porque yo no pensaba que mi cara normal podía parecer graciosa. No sabía que me convertiría en un fenómeno de internet”, continuó.

“Mi esposa no lo aceptó en un comienzo, pero terminó soportando la situación. No así mis hijos, que detestan ver mi cara convertida en meme, incluso en estos días”.

Hoy está jubilado y vive en Kopszeg. Con frecuencia sale a pasear, toma helados y va de compras, detalla BBCL.

“Al principio solo veía fotos normales”, sigue, “donde yo era un médico o un abogado o un profesor o algo así”.

“Algunos meses después encontré mi primera foto de meme. En un sitio estadounidense”, comentó.

“Fue impactante al principio. Me sorprendió mucho. Hubo algunos textos realmente divertidos y los disfruté, pero también hubo algunos brutales que no fueron tan divertidos”.

“Al principio quise detenerlo”, confiesa. “Pero es imposible; si tu rostro se ha extendido en Internet, no puedes hacer nada al respecto. Puedes cerrar un sitio, pero aparecerán tres nuevos”, dice en entrevista con The Independent.

Es ingeniero eléctrico de profesión. Arató además fue presidente de la Sociedad de Iluminación de Hungría. Fue bastante conocido, pero no tanto como por el meme.

“Pasa muchas veces viajando en el metro, por ejemplo, caminando por la calle o conduciendo a casa tarde en la noche y me detengo en las luces rojas y luego alguien viene a mi auto y me pide que me tome una foto”.

Arató no entiende por qué la gente dice que está sufriendo, él no siente pena, pero admite que su sonrisa es una forzada.