Hablamos con Haydee Oberreuter, la mujer que logró inédito fallo contra la Armada

Este jueves se estrenó de manera online para todo el mundo el documental Haydee y el Pez Volador, cinta dirigida por Pachi Bustos y que tiene como protagonista a Haydee Oberreuter (65), quien fue secuestrada en Santiago en 1975 y luego llevada al cuartel Almirante Silva Palma de Vaparaíso, lugar donde sufrió torturas por parte de oficiales de la Armada, que tuvieron como consecuencia un aborto.

El documental muestra cómo Haydee lucha durante diez años, para finalmente lograr que la Corte Suprema condene a cuatro ex agentes de la Armada, responsables de las torturas y de la muerte de su hijo, Sebastián. Una resolución inédita en Chile, y un importante triunfo para los DD.HH., y todas las mujeres detenidas y desaparecidas en dictadura.

El documental muestra la trastienda de esta historia y cómo ciertas personas influyeron de manera decisiva en la búsqueda de justicia de Haydee.

Según su visión todo se fue tejiendo con “hilos de oro”.

La sentencia se logró gracias a varias acciones fortuitas: primero la periodista Alejandra Matus, conocida por sus investigaciones sobre la corrupción en la justicia chilena, los derechos humanos y el manejo de la pandemia del covid-19 en nuestro paìs, publicó un reportaje sobre la historia de Haydee el año 2004.

Luego, el abogado Vicente Bárzana, casualmente leyó dicho texto y conmovido presentó por su cuenta y sin conocer a Haydee, una denuncia por crímenes de lesa humanidad; por último, el juez Alejandro Solís, desafiando la ausencia de una ley que tipificaba la tortura, desestimó cualquier prescripción y sometió a proceso a los inculpados.

Haydee cuenta a Pousta que en el 2012 le pidió al juez Solís poder tener acceso al escrito resumen del proyecto sumario. Cuando logró tenerlo en su manos, lo primero que vio, entre los miles de folios, fue el artículo de la revista Plan B sobre mujeres torturadas en la dictadura escrito por Matus.

Paradójicamente, Haydee comenta que en un primer momento el texto publicado por la periodista le produjo “indignación”, puesto que ella no esperaba aparecer en la portada de la revista.

“Por todos estos años yo fui una dirigenta de derechos humanos y lo soy aún y no necesité para ello ir a ninguna parte a decirle a la gente ‘mucho gusto, yo soy Haydee Oberreuter, aquella a la cual abortaron, nunca dije eso. De pronto, aparecer en una portada diciendo perdí mi guagua por las torturas de la Armada, era algo de lo que yo no era capaz”, señala.

No obstante, Haydee afirma que si no hubiera sido por ese artículo tal vez nada hubiera pasado. “Si no me pone en la portada don Vicente nunca me ve, entonces, no habría querella. Todo eso me pareció que ponía un punto de inflexión respecto de mi enojo”, señala.

Ahí tomó la decisión de hablar con Alejandra Matus y se juntaron a tomar un café. En el encuentro, ella le mostró el extracto del sumario y la periodista le dijo que buscaran a Vicente Bárzana. Tiempo después Matus y Oberreuter fueron a Valparaíso y se juntaron a tomar té con Bárzana, casualmente, el 11 de septiembre de 2013.

Ese año también se juntó con Pachi Bustos y le contó lo que había pasado. Allí la directora se dio cuenta de que tenía la historia de un documental al frente. En medio de todo esto, se cerró la causa y se inició la etapa en las cortes que duró hasta 2016. Todo eso fue registrado por el equipo liderado por Bustos que culminó con el documental “Haydee y el Pez Volador”.

“Fueron tres años de ir todas las semanas a las cortes, por eso uno se cansa y por eso muchas veces muchos compañeros desisten o se mueren o se enferman. Da pena, da rabia. Los malos te encuentran en las cortes y te insultan. A ratos, los tribunales no son lo suficientemente cuidadosos y te citan el mismo día que llaman a los malos. Te encuentras con ellos en el ascensor, en la escalera. Está todo hecho para que entregues la oreja”, afirma.

La justicia chilena está en deuda

Haydee tiene una visión crítica con respecto al rol que ha jugado el Estado, luego de la dictadura en materia de justicia, verdad y reparación.

“La justicia transicional establece la importancia de la pertinencia, del sentido de la oportunidad. Cuando tú vienes a reconocer la verdad 50 años más tarde, sí tiene un valor, pero desde luego hay un plazo de 50 años donde persistió como injusticia. Eso es lo que ha pasado con nosotros. El Estado de Chile no sólo tardó los años de la dictadura. Y te digo, no habría existido jamás una Comisión Valech si no hubiéramos estado golpeando cada día, haciendo presión nacional e internacional, jamás lo hubieran hecho”, señala.

La dirigenta afirma que luego de la Comisión Valech, no se creó ningún órgano continuador tal como se hizo con la Comisión Rettig y la creación del programa de Derechos Humanos dependiente del Ministerio del interior, que acompañó a los familiares de los ejecutados políticos

“Cuando se cerró la comisión Valech no se creó nada, no hay un órgano continuador y la ley establece una pensión del orden de los 100 mil pesos para cada calificado y nos impone 50 años de silencio y nuestros testimonios quedan a resguardo del Ministerio del Interior. Luego, vinieron los largos años donde tuvimos que pelear para que nos entregaran nuestros testimonios, aún no lo hacen. Y lo único que conseguimos es que esos testimonios quedaran a disposición del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), que tampoco nos da acceso al testimonio”, afirma.

En esa línea, Oberreuter señala que “la experiencia nos ha mostrado que el Estado de Chile no ha tenido ninguna voluntad política, en ninguno de sus mandatos post dictatoriales, para hacerse cargo de las obligaciones que tiene en materia de verdad justicia y reparación”.

Por otro lado, Haydee señala que existe una contradicción dentro de la Corte Suprema al no pronunciarse por los abortos cometidos por tortura.

“La Corte Suprema dice si esas torturas tuvieron como consecuencia un aborto, nosotros no podemos hacernos cargo del aborto como persona, porque quién no alienta vida, no es sujeto de derecho. En esa misma línea, esos mismos sectores que usan esa argumentación para negar el derecho a reivindicar que se cometió un aborto forzado en tortura contra muchas mujeres detenidas desaparecidas con embarazos de término, sostienen que la vida existe desde el momento de la concepción”.

El Pez volador

El documental también registra un acto simbólico que realizó Haydee para liberar a su hijo Sebastián. En 2016, la activista de Derechos Humanos reunió a 40 personas y realizó una ceremonia en un barco en medio del mar para que su hijo se transformara en un pez volador

“Decidí que saliera de ese lugar donde lo habían asesinado. A pesar de que yo viva en Santiago, yo soy de mar, mi familia es de mar”, afirma.

Para preparar la ceremonia, habló por teléfono con el fallecido cura Mariano Puga y le preguntó qué le parecía lo que ella imaginaba. Él la ayudó con algunos aspectos espirituales que tuvieron que ver con la preparación del acto.

“En el fondo esa acción era parir al hijo, era cerrar un círculo que no había podido realizar. Quería que fuera una ceremonia en al cual los signos fueran de esperanza, de luz. Ahí me encontré con el pez volador”.

Descubrió que había una constelación del pez volador, que este animal no era un ser mítico sino que era real, que nadaba cuando lo perseguían en el cielo y que volaba cuando lo perseguían en el mar.

Ella le contó al equipo que realizaba el documental que tenía planeado hacer este acto, lo cual los sorprendió porque el rodaje ya estaba bastante avanzado. “El pez volador terminó cambiándole el nombre al documental. Algo que me encanta es que la gente se me acerca y me dice ‘vi El Pez Volador’. Me encanta que a la gente no se le vaya la idea”.

Para ver el documental Haydee y el pez volador haz click acá.

Hoy en la tarde habrá un conversatorio sobre el documental y su historia, que puedes ver acá.

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