En el momento exacto en el que los medios masivos, la publicidad y las aspiraciones de la gente parecían llegar al colapso del consumismo y narcisismo, la generación Z llegó al rescate de todo, implantando paulatinamente ideas como la autoaceptación, confianza o la comprensión de “lo lindo, de lo feo”. No es un concepto fácil de entender, pero pareciera que todo partió diciéndole no a photoshop ni en fotos “ni en la vida”.
Nadie imaginaría que la belleza real que DOVE anunciaba con bombos y platillos hace 10 años atrás, sería una bola de nieve que pasaría de ser un viral con millones de reproducciones, a el core de una mentalidad nueva que invadiría cada rincón de internet.
Cara hace una mueca antes de tomar una selfie, más tarde mancha sus dientes con chocolate para simular no tener dientes y tomar otra selfie. Tres horas más tarde le pide a uno de sus varios asistentes que le tomen una fotografía mientras sostiene su barriga. “Embrace your weirdness” es el mensaje de bienvenida en su cuenta de Instagram donde los likes se cuentan en miles y los seguidores en millones.
Cara Delevigne es una de las 5 modelos top del momento. Salió elegida la modelo del año durante el 2013 y hoy en día ya forma parte de las listas de Forbes como las modelos mejor pagadas con tan solo 22 años.
A miles de kilómetros de distancia, un equipo editorial caracterizado por representar el humor y motivaciones de casi dos generaciones completas, marca visitas, retweets, likes y reproducciones de videos en miles de millones, al igual que el dinero que son capaces de generar en anuncios publicitarios. La fórmula parece inaudita, pero todo se resume a una línea editorial diversa e integradora, acompañado de un sentido del humor único. Buzzfeed es el nombre de esta red de contenidos y si hay algo que llamaría la atención de cualquier adulto, es la inusitada naturalidad con la que hablan de las barrigas favoritas de Hollywood, cuáles son las celebridades gays más adorables o las mil y un razones por las que Jennifer Lawrence es la actriz más genial del mundo (siendo su amor por la pizza una de ellas).
Paralelo, el mundo de la moda parecía estallar obnubilado por lo que ellos llamaron “nuevos referentes” en cuanto a tendencias. Fashion bloggers era su nombre de pila, pero internet y los verdaderos trendsetters, esos que no se encuentran en blogs bulliciosos o discusiones en redes sociales, ya tenían claro que para llevar su estilo “effortless” a un verdadero “effortless” la respuesta estaba en abandonar todo tipo de pretensión fashionista. “Las bloggers son mierda” se lee como un coro en redes sociales, mientras los generadores de tendencia tiran por la basura todo lo que se parezca. El colectivo K-Hole, dedicados a estudiar y analizar tendencias desde capitales como NY, París o Hong Kong ya nos advertía durante el 2012. Contra uno incómodos stilettos, el antagonista serán unas zapatillas blancas, en lo posible olvidadas por la moda. Dejar atrás lo trendy y abrazar prendas que incluso pudiesen considerarse vulgares, como las famosas sandalias de goma adidas o unas Zico, las más populares en Chile.
NORMCORE aquí, NORMCORE allá, explotaba la prensa, tratando de clasificar y banalizar algo que difícilmente cabe en la cabeza de una practicante de periodismo dedicado a publicar noticias en la última página de la sección de sociedad, pero el poder de internet todo lo puede y con la misma fuerza que entró, es con la que salió. Al final del día el concepto de normcore nos dejó algo más que mal periodismo de tendencias, y es una palabra que nuestros padres y abuelos no entendían, y se trata de la AUTOCONFIANZA.
Tal importancia ha adquirido esta palabra, que Mario Ximenex para Vogue ya replicaba estudios de moda, como el de “Silvia Belleza”, quien luego de pasear por tiendas de lujo de Milán o París llegó a una conclusión reveladora: las compradoras que visten con ropa deportiva o desaliñada, llevan implícito un factor de riqueza o poder adquisitivo por sobre el cliché de una chaqueta Chanel y un bolso Louis Vuitton. Autoconfianza es la palabra clave.
Sonaba estúpido darle importancia a esta nueva palabra de moda que infestaba diarios y revistas, de no ser por entender el trasfondo de todo.
CONFIANZA.
Tan solo meses más tarde, como si pareciese orquestado, una modelo se atrevió a alzar la voz desde el sur del mundo, diciendo BASTA. El concepto de “Modelo de talla extra” hay que eliminarlo, #DropThePlusSize se llama el movimiento, Stefania Ferrario su propulsora e internet fue su máximo y exitoso canal de difusión.
La industria de moda define cómo nos vestimos, pero desde la perspectiva de Stefania lleva décadas distorsionando la mente de millones de chicas alrededor del mundo, pues les hace creer que –modelos de talla menor a la talla dominante en todo el mundo– son “gordas” al ser llamadas plus. Peor aún, si el concepto plus desde ya resultaba dañino para la mayor parte de las chicas, a nivel de trabajo era incluso más ofensiva pues más que catalogar a una modelo, como lo hace un concepto como el petit, hablar de talla extra para mujeres que representaban un cuerpo real, normal y sano, podía interpretarse como discriminación. En sólo cuestión de días #DropThePlus se convirtió en trending topic mundial, acaparando portadas en revistas como ELLE o I-D Magazine.
Hasta ahora podríamos convenir que hay un renovado concepto de la autoconfianza y aceptación, sin lugar a dudas, pero incluso hay más.
Durante el recién pasado NYFW, por primera vez vimos una jugada incluso más arriesgada en la pasarela, y FTL Moda’s incluyó modelos con discapacidades físicas de todo tipo, desde piernas amputadas hasta chicas en sillas de rueda. Obviamente el desfile se tomó internet, y en lugares como Buzzfeed, donde obviamente no podrían no estar, lo calificaron como algo radicalmente inspirador.
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