La impresionante historia del ganador del Ironman Pucón 2018 contada por él mismo.

Lionel Sanders (1988) es el campeón actual del Ironman Pucón 2018.

Si no estás famirializado con el concepto de Ironman te contamos que se trata de una competencia de triatlón en la cual los competidores deben, calcula: cruzar nadando 1.900 metros en el lago Villarrica, después pedalerar 90 kilómetros en bicicleta y luego, tranquilamente, trotar  21 kilómetros.

Lionel ganó la carrera y estableció un nuevo récord al cruzar la meta en 3 horas, 48 minutos y 43 segundos.

Bastante impresionante. Pero hay más, el canadiense ganador de la competencia posee una historia que perfectamente podría inspirar una película. Resulta que antes de convertirse en un triatleta profesional, acaso una de las disciplinas deportivas más exigentes física-y-sicológicamente hablando que existen, Lionel estuvo hundido en un espiral descendente de drogas y alcohol, del cual salió, como si de una fábula se tratara, gracias al deporte.

“Desde mi experiencia, me parece que no existen los límites, aparte de los auto-creados e impuestos que solo existen en tu mente”, es la hipotesis que Lionel se ha determinado en probar día tras día.

Nos dedicamos a investigar en su historia, entrevistas y demases, pero resulta que nunca se ha referido muy en profundidad a su rudo pasado. Pero resulta que, como siempre, la verdad estaba en la fuente directa, y resulta que en su misma página web, Sanders relata en primera persona cómo fue que salió literalmente corriendo, pedaleando y nadando de la droga.

Lo tradujimos y acá está.


“Mi nombres es Lionel Sanders. Crecí en Harrow Ontario, Canadá. Empecé a hacer deporte en cuarto básico. Los dos que más me gustaban era correr y el basketball. Seguí corriendo durante la secundaria, participando además en algunas competencias.

Al final de esa época me fui por un desvío en el cual intenté encontrarme en el alcohol y las drogas. Fui por ese camino varios años, lo que eventualmente me llevó a abandonar la universidad. Durante los siguientes años, me fui muy hacia mis adentros, sufriendo de fobias sociales, depresión y paranoia. Incluso empecé a tener alucinaciones auditivas y visuales. Después de tocar fondo en varias ocasiones finalmente vi la luz.

En noviembre del 2009, luego de muchos años sin hacer deporte, empecé a correr otra vez.

Después de un mes corriendo todavía no me sentía bien. De la nada, la idea de correr un Ironman se metió en mi cabeza. Me inscribí en el Ironman de Louisville, y durante 10 meses me dediqué a entrenar para eso. En agosto del 2010 me convertí en un Ironman. Esa vez me pasó por vuelta, Paul Ambrose, que eventualmente ganó la carrera. Pensé que se veía tan cool, y me asombró que alguien pudiera correr tan rápido durante tantas horas.

Creo que fue en ese momento en el que me decidí a ser un triatleta profesional. Tenía mucho trabajo por delante, ya que Paul me había ganado por casi dos horas.

Los siguientes 3 años enfoqué mi energía en mejorar mi nado, pedaleo y corrida. Reconecté con Barie Shepley, quien se volvió fundamental a la hora de ayudarme a conseguir recursos, equipamiento, facilidades y compañeros de entrenamiento para poder alcanzar mi potencial completo.

En septiembre del 2013 corrí mi primer maratón como profesional en Muskoka Ontario. Cuento corto, gané la carrera. Fue un sueño hecho realidad. Así fue como empecé a creer que tenía lo que se necesitaba para ser un profesional del triatlón. No mucho después, corrí un tercer triatlón en Utah y eso fue una verdadera llamada de advertencia. terminé en el lugar 18 y a casi 10 minutos del ganador. Esto fue un poco desalentador pero continué trabajando en mi nado, bicicleta, y correr, a lo que sumé otras cosas más técnicas como filosofia de entrenamiento y mejores equipos.

Mi siguiente carrera fue el Ironman 70.3 Mundial en septiembre del 2014. En esa carrera terminé cuarto, a un par de minutos de los mejores atletas del mundo en esa disciplina. Ahí me di cuenta que mi idea de que podía convertirme en un atleta profesional se consolidó.

Mi mayor motivación es la de empujarme al límite absoluto. Estoy tratando de “cruzar la puerta” pero cada vez que me acerco, esta se aleja. Desde mi experiencia, me parece que no existen los límites, aparte de los auto-creados e impuestos que solo existen en tu mente.

Planeo pasar toda mi carrera como triatleta probando esta hipótesis”.