La nueva apuesta de Ryan Murphy nos sitúa en un Hollywood a fines de los años 40, tras el término de la guerra mundial. Es así cómo conocemos a Jack Castello (x David Corenswet), un guapo veterano de guerra, quien llega a Los Ángeles a cumplir el sueño americano con el objetivo de convertirse en un actor famoso, pese a no tener ninguna formación teatral.
De cara a la desesperación por mantener económicamente a su esposa embarazada, comienza a trabajar como gigolo en una gasolinería con clientes famosxs y lujosos, pese al dilema moral que esto le provoca.
Paralelamente, nuestro protagonista va conociendo a otrxs jóvenes desconocidxs que llegaron a Hollywood con el mismo objetivo: un aspirante a guionista homosexual, uno a actor que es pareja de éste, una actriz afroamericana y un director novato que quiere romper con estos estigmas.
Todxs ellxs luchan con las adversidades para ganar un lugar en la gran industria del cine.
3/3 sellos de spoilers a continuación:
Jack, en uno de sus encuentros sexuales pagados, conoce a Avis Amberg (x Patti LuPone), su clienta, quien casualmente es también esposa de Ace Amberg (x Rob Reiner), dueño de Ace Studios. Allí todo empieza a conjugarse a favor, casi demasiado a favor, para él y todos los personajes que luchan por instaurarse en la industria, tanto así que terminan todxs en la misma película.
Pese a lo fácil que pasó todo, en la historia se desarrolla un conflicto de tipo protagonista vs sociedad, ya que es esta última la verdadera villana en la trama. Si bien hay algunos personajes que cumplen el rol de antagonista, como parece serlo Ace en algún momento o su abogado, no hay nadie que tenga relevancia suficiente para calificarse como tal, ni ninguno de ellos es finalmente un verdadero obstáculo para estrenar la película.
El verdadero villano es el contexto, el pensamiento retrógrada de una sociedad norteamericana que aún es increíblemente machista y racista. Es la influencia de los Ku Klux Klan, la amenaza económica que puede tener una película progre por los cines que no la proyectarán y los racistas que no la irán a ver, especialmente por parte en los estados interiores y sureños.
Es un villano a medias Henry Wilson (x Jim Parsons), agente de famosxs, quien viene siendo un Harvey Weinstein de la época. Su homosexualidad reprimida lo convirtió en un hombre sumamente abusador y maltratador con sus clientes. Este personaje es uno de los mejores elementos de la historia y se reivindica al final, siendo la pieza clave que le da un final feliz (y bastante ingenioso, desde mi punto de vista).
El ambiente de LA por esos años concuerda bastante con el film, y por otro lado no. Nos muestra, por así decirlo, qué hubiese pasado en Hollywood si el progresismo -la homosexualidad, la igualdad de género y la superación del racismo- hubiesen llegado un poco antes a la industria cinematográfica. También tiene varios personajes que son la reivindicación de quienes existieron en la vida real. Les da, por así decirlo, el final que merecían.
Por esto, a continuación un compilado de personajes reales de Hollywood, la imperdible nueva serie de Netflix:
La gasolinería y Ernie West
¿Te lo esperabas? Apuesto que no. Ernie West está inspirado en la persona real Scotty Bowers, veterano de Segunda Guerra y dueño de la Gasolinera Richfield, la cual ya no existe pero que en su época llegaba a tener una veintena de clientes al día. Al igual que West, Bowers comenzó con este negocio por accidente, cuando un día llegó en un cupé Lincoln de dos puertas el famoso actor de cine clásico Walter Pidgeon a ofrecerle una transacción. Desde entonces comenzó a reclutar gente para el negocio.
Pero a diferencia de la miniserie, nunca quiso ser ni se transformó en una estrella de cine (aunque su galantería y coquetos ojos azules sí están bastante cercanos a la realidad). En 2012, publicó el libro autobiográfico Servicio completo: La secreta vida sexual de las estrellas de Hollywood. Nunca tuvo cáncer realmente, de hecho, murió el año pasado, por lo que no alcanzó a ver la adaptación de su historia en la pantalla chica :(.
Rock Hudson
Rock Hudson fue famoso por sus papeles galanes del cine clásico. Llegó a Los Ángeles después de la guerra para convertirse en actor, pero antes tuvo que pasar por otros trabajos, como cartero, taxista y camionero. Finalmente obtuvo sus primeros papeles, hasta que firmó con Universal Studios gracias a su atractivo. Dicen que no era muy talentoso, y la escena en la que postula al papel en Meg está basada en una anécdota real, en la que hizo 38 tomas para decir las únicas dos frases que tenía en su primera película. Al igual que en la serie, tuvo que ocultar su homosexualidad.
Incluso, se casó con la secretaria de su agente en 1965, pero un par de años después su esposa supo la verdad y se divorciaron en silencio. Recién en 1985 hizo pública su orientación sexual, ya que había contraído VIH y estaba cansado de ocultar su identidad. Finalmente murió de Sida y cáncer. Muy alejado al final feliz que tuvo en la serie, en la que hace público su romance.
Henry Wilson (x Jim Parsons)
Este incorrecto personaje también está inspirado en una figura real, y al igual que en la historia, fue agente de Rock Hudson, con quien mantuvo relaciones en secreto. Su carrera comenzó como periodista y después de pasar por varias agencias como agente, abrió su propia compañía. Fue muy popular por llevar a la fama a varixs actores sin mucho talento, y desvivirse por cada unx de ellxs.
Al igual que en la serie, les daba fama y publicidad a cambio de favores sexuales forzados; y manejaba contactos con la mafia y la policía. Sus últimos años estuvieron marcados por las drogas, el alcohol, problemas de peso y paranoia. Después de que su homosexualidad se hiciera pública, su carrera se fue abajo, y en 1978 murió de cirrosis. Nunca se convirtió en productor, ni se rehabilitó ni pidió perdón y mucho menos creó una película sobre una pareja homosexual.
Anna May Wong
En 1922, protagonizó la primera película a technicolor The Toll of the Sea, siendo la primera asiática en conseguir un rol como ese. A pesar de haber sido un éxito de taquilla, la actriz estuvo relegada a papeles estereotípicos por su ascendencia asiática. Debido a su frustración, Wong se fue a Gran Bretaña, donde fue más valorada, sobre todo en teatro, pero tiempo después volvió nostálgica a Los Ángeles, donde las cosas empeoraron.
Fue entonces cuando se le presentó una ilusión con La buena tierra (The Good Earth), cuya protagonista era asiática, sin embargo finalmente MGM eligió a Luise Rainer, una mujer blanca a la que maquillaron “como china”. MGM le pidió a Wong que postulara para el papel de la concubina. La respuesta de Anna May es legendaria en la historia del cine: “Estaré encantada de hacer la prueba, pero no voy a interpretar el papel”. Tal como pasó en la serie, no interpretó ninguno de esos papeles.
El rol de reparto de Anna May Wong en la película es darle el final que esta talentosa actriz merecía en la vida real, quien se retiró en 1942 tras esa decepción, con apenas 37 años.
Hattie McDaniel
Hattie fue la primera mujer afroamericana en ganar un Óscar por su papel de criada, y, calcadito a la serie, durante la ceremonia de Los Óscars, fue discriminada. El Hotel Ambassador de Los Ángeles tenía una política estricta contra los afroamericanos, por lo que tras un importante lobby, fue admitida pero enviada a sentarse atrás. A pesar este triunfo, la destinaron a interpretar siempre a la mujer negra en las películas, y tuvieron que pasar 50 años para que otra mujer afroamericana consiguiera una estatutilla.
Otros personajes secundarios también existieron en la vida real, como Tallulah Bankhead, quien era tal como la muestran: desde 1920 fue conocida por su bisexualidad y libertinaje. Su vida estuvo plagada de escándalos, pero ella nunca sintió remordimientos por ello. Una vez dijo: La cocaína no crea adicción. Lo sé porque llevo tomándola desde hace años.
En los premios Oscar, que recrea la veinteava edición de la gala, varios nominados y galardonados mencionados fueron reales. Celeste Holm sí ganó el premio a mejor actriz de reparto por La barrera invisible, por ejemplo. En la vida real, la mejor película estuvo en manos de esa película.
Peg Entwistle, joven en quien se inspiró la película Meg, existió en la vida real y es una leyenda por haberse quitado la vida desde la letra H del cartel de Hollywoodland. La mujer había llegado llena de ilusiones a Los Ángeles tras una exitosa carrera teatral en Broadway, y tras varios fracasos, se suicidó en 1932. Efectivamente ocurrió que iban a quitar su papel de una película, pero después de que esto pasara, decidieron ponerla en el film.