Hoy en Matucana100 a las 18 horas, la sección Guerrilla del festival AMOR tiene en uno de sus dos bloques una selección que incluye tres cortos narrativos, uno experimental y un documental. Se trata de un pack sudaca en su mayoría y con un zeitgeist ramificado. Uno que muestra las escaras del silencio en un versus con la búsqueda de espacios seguros para la comunidad LGBT+.
Así lo indica “Carilito se va para siempre”, (2018) una crónica con timer en mano que sigue los pasos apresurados de Carlito (Carlito Tirira), por la Amazonía peruana en pos de abrazar su identidad. Aunque esto implique abandonar a su comunidad sin mirar atrás. Un microcuento hablado en lengua Ese Eja.
Aqueles dois (2018), documenta los avatares y esperanzas de dos hombres transgéneros al interior de Brasil. Caio y Kaio transitan enfrentando el deseo y la satisfacción de haber conquistado su propia tierra prometida. O de como volverse visible -y ser- en medio de la religión y la distancia generacional.
Sombra de ojos (2019), brilla entre los recovecos de Valpo y está basada libremente en las crónicas de Pedro Lemebel. Son ecos tejidos entre dos vidas por la lírica legible del escritor y performer. Vidas afectadas por la ansiedad del sida en algún lugar de los años noventa, camuflando la soledad con polvos de tocador y baladas melodramáticas.
Ondas mareadas (2019), es un collage experimental texturizado a varias manos. Es hipnótico, es sensorial, es atmosférico y viene desde el País Vasco. Son ondas que propagan un secreto, uno compartido por mujeres y narrado por Mariana, confesora coqueta y sarcástica de un featuring con aires dadá.
Cállate niña (2018), comienza como un acalorado romance adolescente entre chicas dominicanas. Pero pronto la amenaza machista y abusiva hace colisionar el afecto estrellándolo contra la impunidad. Todo sin concesiones ni alivio alguno. Lo que dirige Victoria Linares es el detalle de un trauma feroz, que sangra hasta el día de hoy.
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