Gracias a ‘Veneno’, la serie española creada por los Javis, la figura de Cristina Ortiz pasó de la postergación a la fama mundial en cuestión de meses. Su nombre que, desde su misteriosa muerte en 2016, parecía borrarse de la memoria colectiva apareció en las primeras planas de los medios más importantes a nivel mundial; y su vida, llena de altas y bajas, ha inspirado a figuras de talla internacional como RuPaul, Marc Jacobs y Laverne Cox.
‘Veneno’ marcó un precedente. La vida de una trabajadora sexual, de orígenes humildes, sin un final de cuento de hadas salió del nicho, y se convirtió en un fenómeno mundial. Logrando comprobar, de una vez por todas, que las producciones de corte LGBT sí pueden triunfar en el mercado mainstream.
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Sin embargo, Cristina Ortiz es solo una de una de muchas. A lo largo de la historia y en todo el mundo han existido mujeres trans como ‘La Veneno’, que pese a las circunstancias han logrado construirse, destacar en su gremio y abrir el camino para futuras generaciones.
Latinoamérica no es la excepción. Es por eso que contactamos a Ficheraz, el primer colectivo dedicado a preservar el legado de las vedettes latinoamericanas, para que nos compartiera tres perfiles de mujeres trans latinas, disruptivas y pioneras, que a base de esfuerzo y trabajo arduo han hecho historia.
Vanessa Show
Hablar de iconos trans latinoamericanas y no mencionar a Vanessa Show podría ser casi un delito. Su vida, tan tumultuosa como la de la misma Cristina Ortiz, es una lucha constante en contra de una sociedad sumamente intolerante.
A pesar de haberse criado en el seno de una familia acomodada Vanessa vivió una infancia llena de carencias emocionales. Su padre, un misógino inflexible, jamás la aceptó y de manera casi habitual abusaba física y emocionalmente de su madre.
Cansada de los malos tratos Vanessa escapa de su casa en Santiago del Estero, Argentina; con apenas 13 años. Renunciando así a todos los privilegios de los que disfrutaba al pertenecer a una familia de clase alta. En los años consecuentes
sobrevive trabajando como vendedora ambulante, lavaplatos y pela papas, hasta que finalmente llega a la Ciudad de Buenos Aires en 1965.
Es entonces que descubre el arte de la danza, —disciplina que le dio rumbo a su vida— y de manera casi inmediata comienza su preparación como bailarina profesional.
Su descomunal talento le abre las puertas de los teatros Maipo y Nacional, donde —previo a su transición— trabaja como bailarín al lado de vedettes como Nelida Lobato, Moria Casan y Nelida Roca.
Ya entrada la década de 1970, —en pleno apogeo de la liberación sexual— Vanessa comienza a explorar su identidad de género a través de la ropa. Es entonces cuando descubre que se siente más cómoda presentándose como mujer, e inicia su transición.
El bailarín sale de escena, y aparece la vedette. Debuta en plena dictadura militar, época de censura y represión. Intentan arrestarla en múltiples ocasiones, por ser una presunta amenaza para la moral de la época. Pese a eso estelariza espectáculos en múltiples cabarets y hasta el legendario Teatro Corrientes.
Su renombre llega a oídos de empresarios europeos, que sin dudar le contratan para largas temporadas en Italia, Francia, Alemania y España. Su gira europea se extendió durante 20 años.
En Francia Vanessa se convierte en la reina de los espectáculos nocturnos. A base de trabajo y dedicación se convierte en la estrella de los cabaret Madame Arthur y el Carrousel —recintos históricos por impulsar el talento de artistas trans—. Su fama alcanza niveles exorbitantes, y empieza a llega a ser cortejada por miembros de la realeza, estrellas de cine y poderosos políticos, quienes le ofrecían fortunas a cambio de su compañía.
Volvió a Argentina a mediados de la década de 1990, y desde entonces, se encuentra en una interminable espera por poder hacer un regreso triunfal al mundo del entretenimiento.
Alejandra Bogue
Actriz, bailarina, comediante, imitadora, artista del performance, vedette, conductora de televisión… La lista es interminable, lo cual hace de Alejandra Bogue una de las artistas queer más versátiles e influyentes en la historia de México.
Alejandra creció en el seno de una familia conservadora. Siendo apenas una adolescente —a finales de la década de 1970— descubre la escena nocturna de la Ciudad de México. En ese entonces, la vida artística y cultural del país se
concentraba en un solo lugar, el bar ‘El 9’. Un universo alternativo en el que las identidades, el género y las formas de expresión no eran fácilmente definidas.
Ahí conoce a su mentora, Naná; una femme fatale y celebutante trans, con la que comenzaría su transición y se adentraría en la escena contracultural de la epoca.
La Bogue —como también la llaman—, rápidamente se convierte en reina de la noche. Su belleza andrógina la lleva al mundo del modelaje, llegando incluso a ser retratada por fotógrafos de renombre como Joel Peter Witkin.
Como artista explora múltiples facetas. En 1985 viaja a Acapulco, Guerrero para trabajar como vedette e imitadora en el club The Gallery, del que más tarde se convertiría en estrella. Cada noche, Alejandra gozaba de un éxito descomunal, pero durante el día sufría acoso y discriminación por parte de los policias de la ciudad, que abusaban fisica y sexualmente de ella.
Después de un par de años regresa a la Ciudad de México donde continúa su carrera como artista del performance. Sus actuaciones, en solitario o al lado de su amigo y colega Luis Carlos Gómez DJ Chrysler, la convierten en un referente del arte contemporáneo nacional. El performance ‘15 Mil Voltios’ —en el que combinaba la danza, la moda y el alto voltaje— la llevó a actuar al lado de David Bowie en 1995.
En los años siguientes Alejandra continúa su carrera, esta vez como actriz. En teatro fue galardonada como actriz revelación en 1998 por su participación en la obra ‘Las Criadas’ de Jean Jenet. Mientras que en televisión se consolida como un icono LGBT ante las masas por su actuación en el ciclo de comedia ‘Desde Gayola’, uno de los primeros programas queer de la televisión Latinoamericana.
Actualmente goza de una importante presencia en linea. Desde hace un año conduce su propio programa a través de Youtube, en el cual comparte anécdotas, actua en sketches cómicos y realiza entrevista a importantes personalidades del mundo del arte, la moda, el entretenimiento y la cultura pop. 24 mil suscriptores y casi 3 millones de reproducciones la abalan como toda una influencer de la era digital. La única de su generación en lograrlo.
De la mano del artista visual Manu Mojito ha logrado producir contenido audiovisual de valor histórico: documentales, videos testimoniales y una pagina web; que pasaran a la posteridad como testimonios de su vida y obra, así como de la historia queer de México.
El 2021 marca su regreso triunfal a la televisión. Reaparece como actriz de telenovela en la mayor cadena abierta mexicana y en horario estelar. Por si fuera poco, hace historia al convertirse en la primer actriz trans en interpretar a una mujer cisgenero en la pantalla chica.
Después de un par de años regresa a la Ciudad de México donde continúa su carrera como artista del performance. Sus actuaciones, en solitario o al lado de su amigo y colega Luis Carlos Gómez DJ Chrysler, la convierten en un referente del arte contemporáneo nacional. El performance ‘15 Mil Voltios’ —en el que combinaba la danza, la moda y el alto voltaje— la llevó a actuar al lado de David Bowie en 1995.
En los años siguientes Alejandra continúa su carrera, esta vez como actriz. En teatro fue galardonada como actriz revelación en 1998 por su participación en la obra ‘Las Criadas’ de Jean Jenet. Mientras que en televisión se consolida como un icono LGBT ante las masas por su actuación en el ciclo de comedia ‘Desde Gayola’, uno de los primeros programas queer de la televisión Latinoamericana.
Terry Holiday
En el libro sobre la historia de las mujeres trans en Latinoamérica, la vida de Terry Holiday ocuparía un capítulo entero.
Vedette, actriz, bailarina, artista plástica, musa, modelo… Terry Holiday es mucho, pero sobre todo, un icono y una de las primeras mujeres en visibilizar la realidad del colectivo trans en América Latina.
Paradójicamente su primera aparición en los medios no se debió a su arte, sino a las injusticias. El año era 1976, y Terry Holiday ocupaba la portada del periodico Alerta!, un tabloide sensacionalista de corte policíaco, famoso por exhibir la clandestinidad de la vida trans en México en la época.
“Bacanal de Homosexuales: La policía acabó con la fiesta. Eran 28 y dicen que solo son travestistas”. Se lee en el titular de la nota, misma que está ilustrada con una fotografía de Terry Holiday, posando cual diva, mientras es detenida en una comisaría de la Ciudad de México.
Dicha aparición convirtió a Terry en una especie de activista involuntaria; pero también la inspiró para salir adelante, y luchar en contra de una sociedad que se negaba a aceptar la existencia de las mujeres trans.
Terry se preparó como artista. A mediados de la década de 1970 se graduó de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado de México, y bajo la tutela de Adolfo Patiño —el Andy Warhol mexicano—, se desarrolló como ilustradora, modelo, y artista de instalación, video y performance. Pasó a la historia en 1978, al convertirse en la primera mujer trans en participar en una bienal de arte en México.
Trabajó como vedette en importantes cabarets de la Ciudad de México, y causó revuelo al ser de las primeras figuras trans de la época. A la par, desarrolló una exitosa carrera como actriz; participó en un par de películas, consideradas de culto; y en controversiales puestas en escena, muchas de ellas bajo la dirección del maestro Alejandro Jodorowsky.
Actuó al lado de algunos de los cómicos más destacados, y cubierta en plumas y estrellas se consolidó como una vedette icónica de la vida nocturna en México. Actualmente, continúa trabajando en los circuitos de la noche, impulsando a nuevos talentos y como diseñadora de vestuario para artista de cabaret y centro nocturno.