Si estás conectado por más de seis horas en Internet, tendrás que haber visto o escuchado las palabras “I’m Poppy”.

De aburrido en internet llegué a ella, después de pasar horas viendo videos de cómo derriten materiales físicos con cuchillos calientes y peleas de gringas en restaurantes de comida rápida. La encontré sin saber que se trataba de la líder de una nueva religión que se está masificando en Internet bajo el nombre de I’m Poppy, la YouTuber del futuro.

Su simpleza para decir lo que piensa me invitó a quedarme pegado por varios minutos en su trabajo. Su mística voz (obvio que con sintetizadores, pero el personaje está tan bien trabajado que quiero creer que es genuina). Un concepto único y especial la hace ser simplemente ella. Su exposición personal no está en Internet para que pueda ser descifrada y encontrar empatía ante el resto; su originalidad y simpleza la llevan a estar donde está. Tratar de explicar quién es sería como enseñarle a un perro a hablar. Sus videos surrealistas nos llevan a la inocencia de una niña que habla como si fuera la jefa de prensa de un gobierno que no existe, ni que tampoco tiene ganas de existir.

Sus monólogos no tienen explicación ni finalidad, sólo están presentes para hacer ruido comunicacional. Sus influencias de Tumblr y vaporwave han acumulado a cientos de fanáticos que la idolatran por ser simplemente ella. Muchos la comparan con el personaje de Luna Lovegood en Harry Potter, una inocente niña que da vida a un interesante personaje.

El canal de YouTube fue creado el 2011, pero el primer video se subió recién en 2014, donde Poppy no hace más que comer seda de caramelo. Desde ese video hasta la fecha, ha subido más de 100; todos con la misma línea editorial. Fiel a su estilo, cada entrega nos muestra una línea de colores pasteles inocentes para crear una estética que pueda diferenciar a Poppy al resto. En otros videos, ella se come un pan con queso mientras lee partes de la biblia parta terminar con una entrevista realizada por un maniquí. El video más popular dura 10 minutos y vemos a Poppy diciendo “I’m Poppy” una y otra vez.

Su entrega de información es una serie de preguntas y declaraciones desconectadas, que no tienen relación entre sí. Su masividad llegó a un nivel de tener merchandising de ella misma en su sitio web. Estamos viviendo una religión que no tiene dónde acabar.

Hablar sobre las ansiedades de la vida moderna es la manera más interesante de comunicar. El año 2015, Island Records lanzó el primer single de la youtuber, “Lowlife” bajo el nombre de “That Poppy”. Una clásica melodía pop envuelve a Poppy en un ambiente minimalista con interacciones surrealistas, alcanzando los charts de Billboard. Otro hit llamado “Money” fue usado en el juego “The Sims 4” y en un episodio de la serie “Scream”. No sólo Poppy se queda en un manifiesto visual, también incursiona en la música y en un proyecto secreto que tiene con Snapchat y Comedy Central que esperamos ver este año. Poppy está en todo y en nada a la vez.

“Poppy no se identifica con una edad”

https://www.youtube.com/watch?v=fS9f6_i6v3Q

Poppy es una persona real que nunca revela su nombre legal, se fue a L.A. a probar suerte en su carrera musical y terminó haciendo videos en YouTube. En todas las entrevistas que ha dado, Poppy habla en tercera persona. Sobre su edad, comenta: “Poppy no se identifica con una edad”. Crear una barrera de misterio es el éxito que ha logrado Poppy desde su existencia. Lo que sí sabemos es que detrás de los videos de Poppy se encuentra Titanic Sinclair, otro personaje del mundo de Youtube, cuyo propio canal está lleno de videos similares a los de Poppy y videos musicales de su ex banda “Mars Argo”, que define como: “una forma de teatro en Internet que está destinado a ser satírico y complejo”. Poco después de que Sinclair se separara de su grupo, Poppy apareció.

El proyecto que vemos en potencia es una narración a la exageración y burla del pop de la escena electrónica sin rostro. Se puede tener una lectura de parodia o de cómo se ve el mundo de hoy, viéndolo en retrospectiva. Burlarse de lo superficial para terminar exagerándolo ocurre numerosas veces, cuando el personaje se come la creación en desarrollo para terminar con actos dominantes y exagerados que te permiten caracterizar a Poppy, que mezcla el “PC Music” con su belleza digital, como es el caso de Hannah Diamond o QT, por ejemplo.

Poppy es el resultado de lo que pasa actualmente en Internet. Ahora sólo queda esperar en misterio si su silencio la llevará a la cima o si será la puerta hacia un camino más sincero y real. De cómo nos enamoramos de una niña que no conocemos y de cómo nos habla como si estuviéramos leyendo las respuesta de Yahoo ante cualquier pregunta googleada.