Si buscas el verdadero restorán de comida italiana, InPasta es el lugar (obvio que está en Barrio Italia)

Lo único malo de ir a InPasta es que te va costar volver a comer los fideos con salsa que haces en tu casa cuando estás corto de plata.

En mis dÍas de estudiante universitario sobrevivía gracias a las famosas promociones de tallarines y salsa de tomate en sobre. Aún siendo ahora profesional, a veces llego a fin de mes un poco corto y un pack de tres spaghetti con salsa de tomates me salva hasta que me llega el santo depósito. Pero tengo que confesar que los odio a la vez. Esos tallarines industriales no tienen ninguna gracia y la salsa es, en el fondo, ketchup bajo otro nombre. Cuando los como, por un buen rato después (véase hasta el fin del otro mes) tengo que evitar a toda costa cualquier comida que me traiga un recuerdo a lo que comí.

La autentica comida italiana no produce ese efecto. De hecho, ¡mientras más comida italiana buena comas, más vas a querer comer! El tema es que no es fácil encontrar una picada rica de comida italiana. Las pastas y las lasañas son tan generalizadas que se ha perdido la esencia y la calidad. Muchos ni siquiera saben las glorias que tiene la verdadera comida italiana. Sin embargo, aún hay esperanza. Nuestra salvación se encuentra en el corazón de Barrio Italia (como corresponde, ¿o no?) y se llama InPasta.

La dueña, quien personalmente atiende junto con su staff, es una italiana de la región de Calabria, pero vivió unos 20 años en Bolonia, el norte del país. Habla castellano con un acento italiano y es encantadora. Entonces no lo dudes: tanto ella como la comida que sirven en InPasta, no podría ser más autentica.

Fui acompañado a hacer una desgustación de la carta. Llegamos a las 12:30 horas del día y tuvimos nuestra elección de mesa entre las que tienen afuera y adentro, en el segundo nivel. En el primer piso están la cocina, la heladería, la caja y los dispensadores llenos con productos importados de Italia. Decidimos sentarnos afuera y comenzamos a tomar una gaseosa italiana y un jugo fresco de la casa. Ambos estaban muy buenos. Un detalle divertido, por lo menos al mi parecer, es que los platos salen en la carta con los nombres originales. No te vas del local sin aprender un poco de italiano.

Para partir pedimos una sopa de camote y una ensalada caprese, ambos deliciosos. Luego optamos por dos tipos de pasta, que cabe mencionar que son la única opción de plato de fondo. Si quieres comer un corte de carne o pollo asado, este no es tu local. La mitad de los platos son vegetarianos y la otra mitad la carne solo complementa la pasta. El protagonista del plato siempre es la pasta. Estas son caseras y las hacen ahí mismo. Se siente el verdadero sabor de frescura.

La diferencia entre los tallerines y los fideos industriales del supermercado y los que te dan aquí se nota mucho, sobre todo en los raviolis. Por lo mismo los pedimos. Venían con rellono de ricotta y espinaca bañados en una salsa de tomate, albahaca y crema. El otro plato fue rigatoni con salsa de cuatro quesos. Este es para los amantes del queso, en particular el queso fuerte como el roquefort.

Terminamos con un tiramisú y una porción de helado sabor frutos del bosque. Todo muy exquisito. El tiramisú tiene que ser el mejor que he probado en Santiago y a mi, ni siquiera me gusta mucho. Los helados son estilo “gelato” y en mi opinión, compiten con los mejores de la ciudad. De hecho son mis preferidos. Todos tienen un sabor natural y es evidente que usan ingredientes reales. Nada de saborizantes o “sabor a”. Ojo que se puede pedir el helado de paso; no te tienes que sentar.

Siendo un restaurante italiano, no podía no probar el café, ya que en Italia es tradición terminar la comida con un expresso. Eso hice y los felicito por cumplir con las expectativas. Por supuesto que era café de máquina y nunca vi un Nescafé andando por ahí. Dado de todas las cosas que tengo que decir sobre el local, igual debo advertir que no es barato. El menú sale entre seis y nueve mil pesos, depende si lo pides con entrada y/o postre, mientras pedir un plato de la carta vale lo mismo por plato. De todas maneras, para mi vale la pena. Porque si necesito hacerle caso a mis ganas por comida italiana, este es mi local.

InPasta queda en Santa Isabel 0395, Providencia, a pasos de la esquina de Condell. Está abierto de martes a sábado, de 10:30 a 20:00 hrs. y los domingos desde las 10:30 hasta las 15:30 hrs. Más información en su Facebook.

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